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Análisis técnico del Ferrari SF-23: un paso más hacia la excelencia

Ferrari sabe que en 2022 tuvo un coche sumamente competitivo, incluso el más rápido en varias ocasiones. Por eso, de cara a 2023 se ha centrado en mejorar un concepto que ya ha demostrado ser exitoso.

Análisis técnico del Ferrari SF-23: un paso más hacia la excelencia
El imponente Ferrari SF-23 quiere terminar el trabajo que empezó el F1-75.

6 min. lectura

Publicado: 14/02/2023 16:30

La Scuderia Ferrari ha presentado el nuevo SF-23 y lo ha hecho a lo grande, retransmitiendo incluso el debut de este en la pista de Fiorano. Pero más allá de la excelente puesta en escena del coche de 2023, lo cierto es que la casa italiana ha apostado por la continuidad de un concepto de monoplaza que el año pasado demostró ser muy válido.

De hecho, el Ferrari SF-75 de la temporada pasada comenzó el año siendo la referencia de la parrilla, y sólo la excelencia de Max Verstappen y la elevadísima velocidad punta del Red Bull RB18 impidieron más victorias de los italianos.

Luego llegaron los problemas en forma de errores, averías y un desarrollo errático, sirviendo en bandeja el título mundial a sus rivales. En lo que respecta al diseño del SF-23, poco de eso importa y Ferrari ha querido continuar donde empezó con este nuevo reglamento técnico.

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Más negro, menos peso

Como ya hemos apuntado en el análisis técnico del Aston Martin AMR23, hoy en día hay que fijarse también en la cantidad de pintura que tienen los monoplazas. Esta nueva generación de coches sufre mucho para cumplir con el peso mínimo, por lo que se buscan modos de ahorrar peso al máximo posible.

Restar pintura es una de esas formas, y el Ferrari SF-23 ha renunciado a ella en varias zonas. Desde el alerón delantero, hasta la mitad inferior del morro o la aleta de tiburón de la cubierta motor.

Pero entrando ya en las formas del nuevo monoplaza, lo primero que cambia es el morro (1) y el alerón delantero. El primero es más corto que en 2022, lo que hace que el plano principal quede ahora suspendido. En esto, Ferrari ha recorrido el camino inverso al de Aston Martin con el AMR23.

También llaman la atención los flaps secundarios, que combinan una curvatura bastante suave con la incorporación de cinco piezas de fijación entre flaps (2) para incrementar la rigidez de estos.

La cuestión es que esta solución es la misma que intentó utilizar Mercedes en el Gran Premio de Estados Unidos de 2022, pero que le fue negada al considerarse un elemento con influencia aerodinámica. Este año, a consecuencia de la modificación del texto reglamentario, ha quedado la puerta abierta a su uso y Ferrari lo ha aprovechado.

Pontones que mantienen la filosofía del SF-75

Si por algo se caracterizaba el Ferrari de 2022 era por el original e innovador diseño de sus pontones, que además de optar por unas entradas de aire muy achatadas y anchas, formaba una especie de bañera bastante llamativa en la parte superior.

Este año todo ello se ha llevado al extremo. Por un lado, la entrada de aire (3) es aún más pequeña. Por otro lado, la bañera incorpora una rejilla de refrigeración adicional (4) y la parte posterior de la cubierta motor (6) se ciñe aún más a la caja de cambios.

Esto, sin duda, muestra un trabajo intenso de aerodinámica interna y refrigeración con el objetivo de mejorar el tratamiento del aire en dirección al alerón delantero y el difusor. Además, Ferrari incorpora un aletín (5) a los lados de la toma de admisión superior para gestionar más eficientemente el flujo de la parte superior de la carrocería.

En la imagen cenital posterior se observa a la perfección el espectacular trabajo realizado por los diseñadores de Ferrari, con la rejilla adicional (4) de la base y unas nuevas tomas de extracción de aire (7) situadas a los lados del cockpit. Todo, para permitir una zaga (6) más estrecha y ceñida que mejore la aerodinámica en el eje trasero.

Ya en la vista lateral, observamos que el empaquetado es este año aún más radical, llegándose incluso a ver la estructura de impacto inferior (8) obligatoria. Además, se observa que la parte inferior del pontón (9) es más estrecha que en 2022, permitiendo así incrementar el tamaño del canal interior por el que discurre al flujo aerodinámico en dirección a la parte superior del difusor.

En líneas generales, no podemos decir que el Ferrari SF-23 sea un monoplaza novedoso con respecto a lo visto en 2022. Pero es que, tratándose del sucesor del F1-75, eso es complicado y, sobre todo, innecesario.

Ahora bien, lo que Ferrari no ha hecho ha sido dormirse en los laureles y ha llevado al extremo los conceptos exitosos de la temporada pasada. Si estos funcionan según lo previsto por los ingenieros de Maranello, no hay duda: el SF-23 va a ser un coche muy, pero que muy rápido.

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