El vicio oculto del Williams FW47 le quita el sueño a Sainz: “Es algo muy grande que no encontramos”
Los casi dos tercios de temporada que ya se han cumplido han evidenciado que el Williams FW47 es un monoplaza con ciertas limitaciones. Lo malo es que estas llevan años repitiéndose y el equipo aún no ha encontrado el origen de las mismas.

Aunque Williams ha experimentado un gran avance, pasando de la penúltima posición en 2024 a la quinta provisional esta temporada, el FW47 sigue siendo un coche con algunos puntos débiles que le impiden llegar más allá.
A lo largo del campeonato, tanto Carlos Sainz como Alexander Albon han reconocido que el monoplaza sufre en las curvas largas y enlazadas, ya que se vuelve inestable e impredecible. Esto le hace ser un coche poco competitivo en circuitos como Barcelona, Silverstone o Hungaroring, donde abundan este tipo de virajes.
Pero, además, el Williams es un coche al que le cuesta mucho llevar los neumáticos a su momento optimo en clasificación, lo que este año ha lastrado a sus pilotos a la hora de maximizar el resultado los domingos.
«Me adapto y puedo ser rápido, aunque no al nivel de hacer algo mágico»
Carlos Sainz sigue buscando
Uno de los grandes objetivos de Williams y Carlos Sainz para este año es identificar el origen de los principales puntos débiles del FW47. No con la intención de resolverlo de inmediato, sino para poder evitar que el monoplaza de 2026 lo herede.
«Estamos en el proceso de identificar por qué este coche tiene esas debilidades. ¿Dónde está en el mapa aerodinámico? ¿Dónde está en las suspensiones, en los ajustes? ¿Qué hay en estas cosas o en las herramientas del coche, dónde está lo oculto que hace que el coche tenga debilidades tan peculiares que son tan extremas?», se pregunta Carlos Sainz.
«En Hungría estás a casi un segundo de la pole position de un Ferrari, pero luego en Miami e Imola fuimos más rápidos que ellos», añade, consciente de los grandes altibajos que propicia el monoplaza en función del circuito.
«Entonces debe ser algo muy grande que no estamos entendiendo ni encontrando. Mientras diseñamos el coche del próximo año, estamos tratando de entender qué está mal con este monoplaza y sus predecesores, porque el del 22, 23 y 24 también lo tenían. ¿Qué ha sido intrínseco de un coche Williams que siempre le da esta relativa debilidad en la competición?», reitera Sainz, que considera vital resolver este asunto.
Rápido a pesar del coche
Independientemente de si Williams encuentra el origen del problema, el coche de este año no se deshará de él. Y eso obliga a Carlos Sainz a conformarse con lo que hay, por mucho que no se adapte a sus preferencias de pilotaje.

«El coche tiene algunas debilidades que no puedo sortear o no puedo ajustar una configuración para deshacerme de ellas», lamenta el madrileño. «Y necesitas conducir el coche de una manera muy particular para hacer una vuelta rápida, el mejor tiempo de vuelta posible, y no se adapta particularmente a mi estilo de conducción en ese sentido», comienza explicando el piloto madrileño
«Pero sé que incluso con esas debilidades puedo ser rápido. He sido rápido desde el principio en Baréin. Me adapto y puedo ser rápido. No al nivel de tal vez hacer algo mágico con el coche, porque todavía me falta un poco de sensaciones y experiencia con el coche, pero lo suficientemente rápido», concluye Sainz.
Fuente: Motorsportweek.com