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774.000 Mercedes-Benz diésel irán a revisión por manipular emisiones en Europa

Daimler AG, empresa matriz del fabricante Mercedes-Benz, confirma que 774.000 turismos Mercedes-Benz Clase C y GLC, además de furgonetas Vito, tendrán que pasar por el taller. Según la KBA alemana, tienen trampas en su programación. Daimler confirma la llamada a revisión, pero no eso último.

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Publicado: 11/06/2018 21:00

Esta mañana se han reunido el ministro de Transporte de Alemania, Andreas Scheuer, y el CEO de Daimler, Dieter Zetsche. Después de la reunión, se ha anunciado una llamada a revisión que afecta a 774.000 turismos y furgonetas de la marca Mercedes-Benz, equipados presuntamente con programaciones tramposas.

Están afectados los C 220d, GLC 220d y Vito 109/111 CDI, todos con motores diésel Euro 6, los en teoría más limpios hasta la llegada de Euro 6d-temp en septiembre. Estos motores desactivan los controles antipolución pasado un tiempo programado, sin atender aparentemente a las circunstancias de conducción.

Esto supone una violación del estándar de homologación europeo, que permite la desconexión selectiva de los sistemas anticontaminación cuando hay razones para ello, pero no de forma sistemática o usando como criterio el tiempo de funcionamiento. De esta forma, los modelos afectados se pudieron homologar sin problemas, la prueba no dura tanto y todos los controles funcionan hasta el final.

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A nivel europeo tendrán que pasar por el taller 774.000 vehículos, de los cuales 238.000 están en Alemania. Lo de las furgonetas Vito ha sido la punta del iceberg, solo hay 4.923 unidades llamadas a revisión, de las cuales 1.372 se encuentran en Alemania. El grueso lo forman los Clase C y GLC.

Daimler no admite su participación en ningún fraude, a diferencia de Volkswagen, que con la llamada a revisión ya había entonado el "mea culpa". Sí aclaran que las preguntas legales pertinentes se conocerán en el "procedimiento de objeción", que suena a segunda instancia.

Por lo tanto, a día de hoy la versión oficial del fabricante iría en la línea de que hay discrepancias en cuanto a la zona gris de los reglamentos, qué se considera desactivación permitida y qué es programación tramposa. La autoridad de certificación alemana, la KBA, parece tenerlo claro. La llamada a revisión se producirá en muy poco tiempo.

Mercedes-Benz GLC 220d, también afecta a la versión SUV de la Clase C

A falta de mayores detalles técnicos, debería ocurrir de forma similar a como se ha hecho con los dueños de vehículos con motores TDI CR de Volkswagen. Los propietarios recibirán una carta invitándoles a realizar la llamada a revisión en un centro autorizado Mercedes-Benz, que no tendrá ningún coste para ellos.

La llamada a revisión es voluntaria para el cliente, obligatoria para el fabricante

Salvo que haya que hacer alguna modificación mecánica, se trataría únicamente de una reprogramación de centralita, un trabajo que lleva entre media hora y una hora, ajustando los parámetros para que los sistemas antipolución funcionen durante más tiempo.

A estas alturas se desconoce qué efectos secundarios puede tener eso en la fiabilidad de los motores a largo plazo, consumo de gasóleo, afectación en las prestaciones o cualquier otro síntoma. Desde luego en los motores Volkswagen cerca de la mitad ha notado algún efecto secundario, los demás funcionan igual. No tiene por qué pasar eso con los motores Mercedes.

Están afectadas las versiones comercial y mixtas de Mercedes-Benz Vito 109 CDI y 111CDI

A partir de aquí se abren dos teorías sobre el origen de esas programaciones fraudulentas detectadas por la KBA:

  • a) Unos ingenieros temerosos de jefes exigentes hicieron las trampas para que fuese posible homologar esos motores, sin orden de sus superiores
  • b) Los superiores conocían todo y dieron instrucciones de realizar las manipulaciones, a sabiendas de que estaban haciendo algo prohibido

Volkswagen comenzó defendiendo la a) y está resultando que era la b), y está pringado hasta Martin Winterkorn, el máximo responsable de Volkswagen hasta que "fue dimitido" al estallar el escándalo de las emisiones en septiembre de 2015.

Daimler ha negado por activa y pasiva cualquier manipulación en sus motores desde entonces. De inocentes -hasta que se demuestre lo contrario- han pasado a presuntos o investigados, pero no a culpables.

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