Así funciona el sistema de frenada autónoma de emergencia, obligatorio en los nuevos coches

Ya sea por despistes, porque el vehículo de delante frena de forma inesperada para nosotros, porque se cruza en nuestro camino un peatón o una bicicleta o, simplemente, por estar demasiado pegados al vehículo de delante, la tecnología del sistema de frenada autónoma de emergencia resulta vital.

Este asistente a la conducción forma parte de los sistemas ADAS, o Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor, que son ya obligatorios en los vehículos de nueva homologación desde el pasado mes de julio de 2022.

Estos sistemas ADAS persiguen un objetivo: reducir a cero las muertes por accidentes de tráfico en la Comunidad Europea para el año 2050. El llamado EBA o BAS es uno de los asistentes más importantes para cumplirlo, ya que previene en gran medida los accidentes por alcances.

Según los análisis de Bosch, este sistema podría evitar hasta el 72 por ciento de todas las colisiones por alcance con lesiones, así como dos de cada tres colisiones por alcance con lesiones personales y daños materiales hasta 30 km/h.

Cómo funciona el sistema de frenado de emergencia

El sistema de frenada autónoma de emergencia es una tecnología que lleva ya varios años entre nosotros, a base de evolucionar los tradicionales asistentes de alerta de colisión frontal con otros vehículos, ciclistas o peatones.

Los asistentes actuales, y que son obligatorios en los coches nuevos, son capaces de actuar sobre el sistema de frenado del vehículo cuando el conductor no reacciona a tiempo o no aplica la intensidad necesaria de los frenos de su coche.

En el caso de que el sistema detecte que hay riesgo de una colisión con el vehículo de delante, aplicará de forma inmediata y con intensidad los frenos para evitar el golpe. El EBA o BAS tiene el fin de acortar al máximo la distancia de frenado, trabajando conjuntamente con el sistema ABS y el Control de Estabilidad, sistemas a su vez ya obligatorios desde el 2003 y el 2014, respectivamente.

A partir de las reacciones del conductor en un situación de emergencia, el sistema de frenada de emergencia aplica la máxima intensidad de frenado de forma autónoma. Para ello, utiliza los siguientes componentes para su funcionamiento:

• Cámara frontal.
• Radar frontal.
• Sensores de posicionamiento de los pedales de freno y acelerador.
• Sensor de ángulo de giro del volante.
• Unidad de control.
• Sistema de frenado.

El sistema de frenada de emergencia, explicado en vídeo por la DGT

Así han evolucionado los sistemas de frenada de emergencia

La propia evolución de esta tecnología permite utilizar este sistema BAS o EBA en el ámbito urbano, que funcionan hasta una velocidad máxima de 50 km/h, y fuera de la ciudad, a más velocidad.

Los primeros asistentes simplemente alertaban al conductor de la presencia de un coche delante, peatón o ciclista, mediante señales acústicas, visuales o incluso de vibración en el volante.

Con los asistentes de frenada autónoma de emergencia más modernos utilizan los mismos componentes para detectar la presencia de peatones o ciclistas: si este AEB+P+C detecta el riesgo de colisión contra alguno de estos usuarios vulnerables, también aplicará los frenos a la máxima intensidad.

Eso sí, esta última tecnología se puede ver afectada por diferentes motivos: condiciones climatológicas adversas, suciedad sobre los sensores, o bien cuando los peatones o ciclistas visten prendas de colores que se confunden con el fondo.

Tampoco hay que confundir el AEB con el llamado «sistema de frenado de emergencia» o ESS. Esta última tecnología también está diseñada para prevenir colisiones por alcance, pero para evitar los golpes con los vehículos que nos preceden.

Al accionar los frenos con brusquedad, el sistema activa las luces de emergencia traseras o bien hace parpadear a alta velocidad las luces de posición traseras. De esta forma, se alerta a los conductores que le siguen de que se está produciendo una frenada de emergencia.

Fotos: DGT