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Caso #Dieselgate: los Mercedes-Benz GLK 220 CDI también tienen centralitas tramposas

Mercedes-Benz también tendrá que llamar a revisión a los todocamino GLK fabricados entre 2012 y 2015 para reprogramar sus centralitas, por orden de la KBA. Estos modelos se unen a una larga lista de Mercedes diésel que se pasaban de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx).

7 min. lectura

Publicado: 24/06/2019 22:00

Mercedes-Benz GLK 220 CDI

En el pasado hemos hablado en varias ocasiones de los problemas que está teniendo Mercedes-Benz con los motores de generaciones previas (Euro 5, Euro 6a y Euro 6b) debido a las programaciones de sus centralitas. Solo en determinadas condiciones los escapes son realmente limpios y cumplen con los límites legales.

Daimler, empresa matriz de Mercedes-Benz, siempre ha dicho que sus centralitas no están trucadas, es decir, lo que hizo Volkswagen. El fabricante lo justifica como ventana térmica, es decir, que los motores pueden contaminar más puntualmente para preservar la salud mecánica. La KBA, autoridad federal del transporte de Alemania, no lo ve así.

Cientos de miles de Mercedes-Benz con motores diésel han tenido que ser llamados a revisión, y acaban de apuntarse a la fiesta los GLK 220 CDI. Recordemos que la Clase GLK fue reemplazada por la Clase GLC. Para pasar las pruebas de homologación con comodidad, los motores forzaban que el refrigerante estuviese más tiempo frío, retrasando por tanto el calentamiento del aceite y manteniendo las emisiones de NOx por debajo del límite de 180 mg/km impuesto por la normativa Euro 5. Esa función se desactiva en conducción normal.

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Según el Ministerio de Transporte de Alemania, Daimler tiene que llamar a revisión a 60.000 GLK 220 CDI solamente en ese país, a nivel europeo habrá más, pero desconocemos el número. Todas las unidades fueron fabricadas entre 2012 y 2015. Podrían estar afectados también los C 220 CDI y E 220 CDI de la generación Euro 5, ya que el motor es el mismo.

El fabricante va a colaborar con las autoridades mientras realiza paralelamente un procedimiento de protesta contra esa decisión. Todo esto nos suena haberlo leído porque es lo que ha ocurrido en las veces anteriores. Las autoridades alemanas llevaban tiempo sospechando de la limpieza del escape de estos GLK.

La publicación Bild am Sonntag informó en abril (sub. req.) que esta tirada de vehículos estaba siendo investigada. El resultado de la investigación ha sido una presunta programación fraudulenta. El fabricante habría introducido esa programación pensando que era mejor evitar posibles averías que cumplir con la normativa de emisiones (el cliente no percibe esto último, pero lo otro sí).

Esto conecta con otra noticia. Ayer domingo Daimler emitió un "profit warning", es decir, una alerta para accionistas diciéndoles que no van a ganar tanto dinero en el segundo trimestre, tal y como estaba previsto. El fabricante ha calculado un impacto de centenares de millones de euros (nueve cifras) tirando a lo alto para hacer frente a "procedimientos y medidas de origen gubernamental".

En otras palabras, Mercedes-Benz ha previsto que va a tener que gastarse mucho dinero en solucionar los problemas legales que han supuesto estas programaciones. Es posible que estén afectados aún más modelos, el fabricante lo sepa, pero la KBA todavía no. Eso sí, la KBA está investigando a más modelos.

Previamente supimos que 24 modelos con los motores 3.0 V6 (OM 642), 2.2 L4 (OM 651) y 1.6 L4 (OM 622) tenían problemas de emisiones de NOx excesivas. Para la próxima generación, Euro 6d (desde 2020) el problema debería estar solucionado, tal y como explicó el fabricante hace unos días. Los motores más modernos son excepcionalmente limpios.

Los motores diésel pueden ser limpios, sí, con sistemas antipolución más complejos y más caros, tanto para el fabricante (por desarrollarlos) como para el cliente

¿Qué diferencia hay entre los motores con programaciones presuntamente fraudulentas y los más modernos? Para empezar, los nuevos motores tienen más etapas de filtrado y depuración de gases, ya que los de generaciones anteriores no lograban ser tan eficaces. En determinadas circunstancias los motores anteriores no podían mantener el nivel de limpieza y se pasaban de los límites.

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Pero los nuevos motores sí pueden, son más fases de depuración y se hace un uso más intensivo del aditivo AdBlue, basado en urea, que no tenían los modelos anteriores. Para el que se haya perdido, los nuevos motores diésel son más limpios porque son más complejos y gastan más aditivo para limpiar sus escapes, incluso en las situaciones de conducción más complicadas. Además, en el ciclo de prueba RDE, que se hace fuera de laboratorio, no hay forma de tapar programaciones fraudulentas.

La moraleja de toda esta historia es que si Mercedes-Benz hubiese empleado la última tecnología antes, se habría ahorrado muchos problemas con la KBA. Si las programaciones anteriores son fraudulentas con el ánimo de ahorrarse dinero, el tiro le puede salir al fabricante por la culata. De hecho, Daimler, BMW y Volkswagen ya fueron sancionados por la Unión Europea -tras una investigación previa- por haber retrasado adrede el despliegue de tecnologías de limpieza de escape de motores diésel.

¿Por qué será? Ahí lo dejo. Las piezas parecen encajar ahora.

Fuente: Bild am Sonntag

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