Coches eléctricos por menos de 25.000 € hechos en Europa: la ofensiva de 2026 que promete sacudir el mercado como nunca
Para 2026, las grandes marcas preparan una oleada de coches eléctricos fabricados en Europa por menos de 25.000 euros, una ofensiva pensada para frenar a China y convencer, por fin, a quienes veían el coche a baterías como algo prohibitivo.

Durante años, hablar de coche eléctrico en Europa era casi sinónimo de precios altos y modelos que se escapaban del presupuesto medio. En 2026 ese guion puede cambiar: los fabricantes preparan una ofensiva de eléctricos asequibles, fabricados en casa y pensados para competir con los chinos.
Detrás de este movimiento hay dos fuerzas claras. Por un lado, un 2024 flojo en ventas que encendió las alarmas en la industria; por otro, un 2025 en el que el mercado ha vuelto a despertar y demuestra que, cuando el precio acompaña, el interés por enchufarse se dispara.
Por qué 2026 apunta a ser el año del eléctrico asequible
El plan del sector europeo pasa por llenar el mercado de modelos que partan de unos 25.000 euros antes de ayudas, o incluso menos en algunos casos. No son cifras milagrosas, pero sí un punto de entrada mucho más razonable que los 35.000 o 40.000 euros que marcaban hasta ahora la barrera de entrada.
En España, ese rango de precio, combinado con planes de ayuda y ofertas de financiación, puede dejar algunos urbanos y compactos claramente por debajo de los 20.000 euros finales. Es justo el terreno donde hoy dominan los utilitarios de combustión y donde se juega la batalla del volumen real.
Volkswagen quiere liderar la ofensiva desde España
Volkswagen es la marca que más claramente ha enseñado sus cartas. El grupo tiene en cartera cuatro modelos eléctricos asequibles que se fabricarán en plantas españolas: de Navarra y de Barcelona.

No hablamos de coches de transición, sino de productos que prometen autonomías entre 425 y 450 kilómetros WLTP, cifras suficientes para el uso diario y muchos viajes de fin de semana. Si esos precios se mantienen cerca de los 25.000 euros, España podría pasar de importar eléctricos baratos a exportarlos al resto de Europa.
Renault, Dacia, Kia y Stellantis se suman al ataque
Renault seguirá jugando la carta del urbano con un nuevo Twingo eléctrico producido en Eslovenia, pensado para moverse por ciudad y marcar la entrada a la marca por debajo de los 20.000 euros. A su lado, la gran baza del grupo será el nuevo Dacia Spring europeo, que promete colocarse por debajo de los 18.000 euros antes de ayudas a finales de 2026.

Kia añadirá el EV2 fabricado en Eslovaquia, un compacto accesible que encaja en ese escalón de precio y autonomía razonable. Stellantis, por su parte, ya ha puesto en la calle opciones como el Citroën C3 eléctrico o el Fiat Grande Panda, pensados para ofrecer etiqueta Cero sin obligar a hipotecarse.
España, entre las fábricas y un mercado que despierta
Este aluvión de modelos tiene una derivada directa para España: más carga de trabajo en plantas como Martorell y Landaben y una oportunidad para engancharse al tren industrial del vehículo eléctrico. No es casualidad que las grandes inversiones en baterías, como la gigafactoría de Sagunto, estén pensadas justo para alimentar estos coches de nueva generación.
En el lado del cliente, las cifras apuntan a un cambio. Entre enero y octubre de 2025, las matriculaciones de eléctricos en España han crecido cerca de un 90 %, pese a que la gama aún es limitada y los precios siguen siendo altos en muchos segmentos. El sector confía en que, con esta nueva ola de modelos, esa curva se consolide y el eléctrico pase de ser un nicho a convertirse en una opción normal más.
Lo que todavía falta por resolver
Por muy atractivos que sean los precios, la ecuación no está cerrada. La infraestructura de recarga pública sigue siendo irregular según la zona, los plazos para instalar un punto en garajes comunitarios continúan siendo largos y muchos conductores temen quedarse sin enchufe en viajes largos. El esfuerzo industrial tendrá que ir acompañado de un empujón serio en puntos de recarga y de trámites más ágiles.
También habrá que ver cómo reaccionan los fabricantes chinos, que hoy dominan el mercado mundial de eléctricos asequibles. Si responden con modelos aún más baratos o con producción localizada en Europa, la guerra de precios apretará los márgenes de las marcas tradicionales, pero a cambio puede acelerar la adopción masiva del coche eléctrico.
De momento, 2026 ya tiene un titular claro: los eléctricos made in Europe quieren dejar de ser un lujo y colarse en el presupuesto del conductor medio. Si lo consiguen, será el año en el que muchos duden de verdad entre un compacto de gasolina y uno a baterías, sin que el precio sea la barrera que lo decida todo.
