China pone a prueba a Europa con sus PHEV, pero hay un problema que no vio venir
Si alguien piensa que quien está interesado en un coche eléctrico chino, ahora comprará un PHEV de la misma nacionalidad y que estos van a arrasar, está muy equivocado. Dos factores clave impiden triunfar a las marcas asiáticas como imaginan, al mismo tiempo de que sus PHEV también engordarán sus precios a partir de 2025.
Se quejan, como es normal, pero las marcas chinas no tienen miedo alguno a los aranceles que les ha impuesto Europa. Porque de ser así, no seguirían enviando grandes barcos desde el gigante asiático y llenando las campas cercanas a los principales puertos de atraque europeos.
Las marcas chinas no son ajenas a la difícil situación que viven los eléctricos en el Viejo Continente, por lo que a finales del pasado verano lograron que los fabricantes europeos cayesen en otra trampa más, la de los PHEV. Los chinos han sabido jugar sus cartas maravillosamente bien, hay que reconocerles que la primera mano de una partida que se jugará en esta segunda parte de la década la han ganado, anunciando la llegada de modelos que ya se acercan a los 2.000 kilómetros sin repostar.
Europa tiene su librillo, pero los chinos van camino de una biblioteca
La jugada no tiene un gran secreto detrás. Solamente han sabido aplicar la tecnología de los coches eléctricos a los híbridos enchufables, especialmente las baterías, con las que están consiguiendo autonomías eléctricas de hasta 300 kilómetros.
Sin embargo, hay quien piensa -marcas chinas incluidas- que estos híbridos enchufables de elevada autonomía van a arrasar porque, si los eléctricos asiáticos ahora son más caros, y los PHEV están exentos de aranceles, estos son los que se van a vender como churros. Esta conclusión es infundada porque los PHEV serán más caros en 2025, chinos incluidos.
Incluso se podría decir que China no ha medido bien y que es ella la que ahora ha caído en su propia trampa. El sello «Hecho en Europa» sigue pesando muy mucho en la compra de coches, aunque las prestaciones sean tan notablemente diferentes como la diferencia a favor en los precios. Por supuesto, habrá atrevidos, pero otros muchos se pensarán muy seriamente de qué lado inclinar la balanza pensando en la fiabilidad.
La fiabilidad a largo plazo de los chinos, la gran cuestión
Porque los chinos pueden ser reyes en la tecnología de electrificación, pero no tanto en la de combustión. Ahora se tienen que enfrentar a una norma Euro 6e más exigentes que Europa ha impuesto a los híbridos enchufables, y donde tendrán que demostrar que esas autonomías que les hacen destacar sobre el papel también lo hacen en la práctica, con los correspondientes límites de emisiones.
Pro ahora, en esta línea, las marcas europeas están más tranquilas. Un precio más asequible y un equipamiento apabullante no es suficiente para conquistar a una gran mayoría de clientes. La calidad de producción en Europa transmite más confianza en quienes buscan coches hechos para durar muchos años, y los chino son unos recién llegados que no han podido demostrar eso.