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Consejos ante viajes de larga duración (Tutorial Motor.es)

Los viajes largos son un escenario donde todos los reflejos han de maximizarse. No obstante, las prisas y la falta de organización pueden hacernos olvidar algunos aspectos imprescindibles. Motor.es repasa todos los elementos necesarios para iniciar un viaje largo sin olvidarnos de nada. También ofrecemos algunos consejos para minimizar los riesgos en carretera.

Consejos ante viajes de larga duración (Tutorial Motor.es)

10 min. lectura

Publicado: 27/04/2012 12:00

Iniciar un viaje de larga duración, siempre ha sido una aventura. Antiguamente se tardaban muchas horas en recorrer los kilómetros necesarios desde Madrid hasta la playa, e incluso cabían cinco personas en coches minúsculos. Hoy en día, se está perdiendo el concepto de aventura para ser un mero ‘trámite’ de tiempo debido en gran parte a las mejoras en las carreteras y los coches mejor diseñados.

No obstante, a la hora de viajar es posible que olvidemos algunos aspectos básicos que podrían condicionar nuestra seguridad o la eficiencia del automóvil, y por ello Motor.es brinda esta guía que sirve para no olvidarse de nada antes de ponernos en marcha.

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Sean 100 o 1.000 kilómetros

Sea la distancia que sea, es importante comprobar varias cosas: la presión de los neumáticos y el nivel de aceite. Es importante tener en cuenta estos dos factores. Un mal inflado en los neumáticos puede causar una aceleración de su desgaste y un mayor consumo en el automóvil, así como condicionar la seguridad. Si uno no sabe qué presión deben llevar los neumáticos, es posible que encuentre una pegatina en el reverso de la tapa del depósito o en una puerta que lo indica en función de la carga que vamos a llevar. Si no, en el manual de instrucciones.

En el caso del aceite, es importante mantener un control periódico del nivel, así como cambiarlo una vez al año (en las revisiones lo cambian). Si el coche que tenemos es diesel, es posible que consuma un poco de aceite, por lo que debemos revisarlo con mayor frecuencia. Si la varilla muestra que está bajo de nivel, es recomendable rellenarlo antes de iniciar un viaje de larga duración. No se debe rellenar el aceite por el tubo de la varilla. Tampoco debemos olvidar rellenar el depósito de agua del limpiaparabrisas si lo tenemos vacío.

Si nuestro destino es a lugares de frío, no está de más que tengamos a mano un bote de anticongelante y nunca olvidar las cadenas, ya que podemos pasarlo mal si el estado de la carretera nos impide continuar sin ellas y no llevamos.

Programar lo que se va a necesitar antes de empezar

Con las prisas, uno puede olvidarse de mil cosas y en los primeros kilómetros estar pendientes de tareas que deben hacerse en parado, como por ejemplo, programar el navegador, enchufar el USB, buscar un CD, decidir si va a tomar una ruta de peaje o no etc… Para una conducción más segura en estos kilómetros, es recomendable programar la ruta de viaje así como los elementos que vaya a necesitar antes de iniciar la marcha. El copiloto debe de hacer funciones de asistencia, por lo tanto es importante que se encargue de estas tareas si nos hemos olvidado de hacerlas antes de salir.

También es importante tratar de no salir cuando lo hace todo el mundo. Generalmente aquí no hay muchas opciones, pero si cabe la posibilidad, puede ser un punto positivo a nuestro favor, ya que evitaremos estrés innecesario y atascos.

Una vez iniciada la marcha, la distancia de seguridad se convierte en un requisito. No debemos pegarnos demasiado a un conductor lento. En algunas carreteras hay símbolos dibujados en el asfalto con forma de punta de flecha. Éstas indican la distancia de seguridad que debemos llevar con el coche de delante.

Refrescos y paradas

Si viajamos por encima de los 200 kilómetros o las dos horas, deberíamos efectuar una parada al menos. El motivo es porque el cansancio y la monotonía favorecen a la desconcentración, lo que puede ser determinante en los siguientes kilómetros. En 2010 hubo 149 fallecidos en accidentes por la fatiga, según elmundo.es.

Los refrescos son una ayuda importante, así que es recomendable comprar uno en la estación de servicio pertinente. Estirar las piernas es un ejercicio necesario también para practicar una conducción segura.

Como he comentado al principio, un copiloto debe ser un asistente de viaje. Una conversación ayuda a combatir la monotinía y el copiloto debe ayudar al conductor en esta tarea.

Un ‘machito’ al volante

Demostrar que uno es capaz de conducir durante 500 kilómetros o más sin parar es, más que una virtud, un riesgo para todos los ocupantes del vehículo. Debemos priorizar por la seguridad de todo el mundo y cambiar posiciones con otro conductor si notamos cansancio. El cansancio puede detectarse si parpadeamos mucho, si notamos picores o si cambiamos de postura frecuentemente. Estos síntomas son claros indicativos de parar.

Si nuestro coche lleva control de velocidad, un viaje es un buen momento para usarlo y así no superar el límite de velocidad. No obstante, la monotonía de una velocidad constante y el casi nulo juego de pies, puede favorecer a la desconcentración. En ocasiones es bueno tomar todos los mandos.

En este apartado también debemos incluir el factor límites de velocidad. Entendemos que mucha gente no circula a 120 km/h, sino mucho más rápido. El consejo más inmediato es que no sigáis esos ejemplos porque más vale una hora más en carretera que jugarse la vida o una multa que arruinaría nuestras vacaciones. Además, un detector de radares no siempre calcula el 100% de los dispositivos que pueden fotografiarnos para enviarnos una factura de varios centenares de euros por imprudentes.

Por el día mejor que por la noche

La luz diurna ayuda a mantener la concentración mucho mejor que los faros del automóvil. Además, el alcance de las luces del coche es limitado y por tanto nuestra visibilidad es peor. Si viajamos por la noche, el consejo más inmediato es el de reducir la velocidad máxima por dos motivos. El primero es porque las luces halógenas cansan la vista. Si nuestro coche lleva Xenon o LED, este punto es algo menor. El segundo motivo es porque las imperfecciones de la carretera o imprevistos no se aprecian desde tan lejos, y por tanto debemos dejar un margen paraa realizar una frenada o una maniobra que no nos haga perder el control del coche. Solución: conducir más despacio.

En caso de emergencia

La carretera está llena de sorpresas y podemos encontrarnos con muchos factores por el cual deberíamos efectuar una parada de emergencia, como por ejemplo, un pinchazo. El equipamiento necesario para cualquier situación, son los triángulos de emergencia y los chalecos reflectantes. Los triángulos de emergencia deben de colocarse a unos 50 metros del automóvil (por delante y por detrás en el caso de doble sentido, y sólo por detrás en único sentido), aunque deben ser visibles desde mucho antes. Por ello, si hemos parado en el arcén, debemos procurar no hacerlo en una curva sin visibilidad. Los chalecos son obligatorios, con lo cual si no llevamos y descendemos del automóvil, podrían sancionarnos. En el caso de un pinchazo próximamente os explicaremos cómo cambiar la rueda.

Una vez que hemos llegado a nuestro destino, en el caso de un coche turbo, es recomendable dejar el motor al ralentí durante un minuto aproximadamente. Esto se hace para evitar que el aceite se convierta en carbonilla.

Como podemos ver, un viaje tiene más ‘miga’ de lo que uno cree, y es necesario seguir una serie de consejos para realizar un trayecto más seguro y eficiente.

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