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El Circuit Ricardo Tormo de Cheste celebra sus 25 años por todo lo alto

El Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo de Cheste celebró en la tarde de ayer un acto institucional en plena recta del trazado para celebrar los 25 años del nacimiento del circuito, que se cumplen precisamente este mes de septiembre.

El Circuit Ricardo Tormo de Cheste celebra sus 25 años por todo lo alto
Celebración de los 25 años del Ricardo Tormo - Circuit Ricardo Tormo

15 min. lectura

Publicado: 13/09/2024 11:00

Era un 19 de septiembre de 1999. Llovía con mucha intensidad para el estreno del circuito con el mundial de motociclismo. Podía ser Assen. Podía ser Spa-Francorchamps. De un momento a otro, de la nube del agua en suspensión, podía aparecer un casco blanquiazul envuelto en el zumbido de un motor de 50 centímetros cúbicos. Eran las condiciones de Ricardo Tormo, y bajo sus condiciones tendrían que correr todos.

Hacía apenas nueve meses que el bicampeón del mundo había fallecido, pero estaba presente en el estreno del circuito que lleva su nombre. Un trazado que tardó 25 años en llegar, por lo que ahora se celebran también los 50 años de las primeras iniciativas para tener un trazado permanente en la Comunidad Valenciana. Fue en 1974, y su promotor fue el entonces presidente del Motoclub de Cullera, Salvador Gascón, que luego sería de la Federación Valenciana de Motociclismo.

La lucha por el trazado

Porque la Comunidad Valenciana tenía muchos trazados urbanos. Por supuesto estaba el de Montserrat-Venta Cabrera, pero fundamentalmente los de Cullera, Guadassuar o Vistahermosa, trazados urbanos o conformados por carreteras públicas en los que se desfogaban las ansias de competición de pilotos y aficionados. Pero un trazado permanente era necesario.

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La construcción del circuito - Foto: Instituto Geográfico Nacional

España contaba por entonces sólo con el Jarama como permanente, y a la región levantina le iba a tocar esperar tiempo para ver satisfechos sus deseos. Por supuesto, el surgimiento de pilotos como Ricardo Tormo -primer campeón del mundo valenciano-, Jorge Mártínez ‘Aspar’ -con sus cuatro títulos mundiales-, y también el ascenso en las cuatro ruedas de Adrián Campos hasta la Fórmula 1 en 1987, eran un impulso.

Obviamente, lo que empujaba más eran las dos ruedas. En 1984, una reunión entre el entonces Conseller de Deportes, José Antonio Ibars, con los pilotos Ricardo Tormo y Jorge Martínez ‘Aspar’, nació el compromiso de construir el trazado valenciano. La propuesta de lugares era variada: Cullera, por supuesto, pero también Benidorm o Gandía por el turismo, Sueca, L’Alcudia o Sagunto. Al final, sería la partida denominada Cambrillas, en el término municipal de Cheste, la que fue elegida.

El proyecto quedó en suspenso por problemas económicos, que lo lastrarían durante la siguiente década, mientras aparecían trazados como Jerez de la Frontera, Montmeló o Albacete. En 1990 se colocó simbólicamente la primera piedra por el presidente de la Comunidad, Joan Lerma. Pero eran las concentraciones moteras de cada fin de semana las que mantenían viva la esperanza del nacimiento del circuito de velocidad.

La construcción

Tras las elecciones autonómicas de 1995, sería bajo el mandato del presidente Eduardo Zaplana el que, tras superar más incertidumbres económicas, dio luz verde a la construcción a partir de 1997. Se comenzaron las expropiaciones y en 1998 las obras eran ya algo imparable. El diseño del trazado siempre tuvo la intención de pensar en el aficionado, con el concepto de ‘un circuito dentro de un estadio’, concepto exportado de los Estados Unidos pero muy novedoso en el ámbito de circuitos ruteros tradicionales.

La torre y la recta de meta en construcción en 1999 - Foto: Levante El Mercantil Valenciano

El circuito cuenta con cuatro variantes de trazado, siendo la de 4.005 metros la que se usa para los Grandes Premios de motociclismo que ha albergado anualmente desde su creación. Cuenta con una anchura que va de los 11’5 metros a los 12’5 como máximo durante sus trece curvas, cinco a derechas y ocho a izquierdas, de sentido antihorario.

Desde aquél lluvioso día de septiembre, el Ricardo Tormo ha vivido momentos importantes. Uno de ellos, sólo dos meses después de su inauguración, cuando Fernando Alonso ganaba el campeonato del Euro Open by Nissan con el equipo del valenciano Adrián Campos, catapultando así su carrera hacia la Fórmula 1.

Se han decidido mundiales, se han retirado leyendas como Valentino Rossi, pero también ha albergado prácticamente todas las categorías del motor, faltando solo un Gran Premio de Fórmula 1, si bien fue sede de entrenamientos privados durante más de una década, y a punto estuvo de tener su Gran Premio hasta que se optó por el Valencia Street Circuit en el puerto deportivo de Valencia.

El Coloni de Fernando Alonso en 1999 - Foto: Motor.es/José Miguel Vinuesa

En este 25 aniversario, la proyección internacional del circuito está más activa que nunca. En febrero fue designado sede logística del mundial de Fórmula E -siendo sede también de los entrenamientos de pretemporada y habiendo albergado la única prueba de la categoría en suelo español-. Y en octubre será la sede de los FIA Motorsport Games, una especie de olimpiadas del motor que por primera vez pisan España.

Pero además de ello, el circuito, como organización, es una de las escuelas de formación más importantes de nuestro país, tanto en las dos ruedas -Cuna de Campeones- como en las cuatro -Fórmula de Campeones- y que han arrojado a campeones del mundo de motociclismo y a pilotos a las más altas categorías del automovilismo.

La Gala

Pero eso es la historia y lo que implica el circuito. Pasemos a las celebraciones. La recta de meta del circuito se engalanó con una pantalla gigante y un escenario para celebrar la vida del recinto. Desde la puerta de acceso, en el Box 2, coches y motos iban marcando el camino hacia el lugar de celebración. Y allí nos encontrábamos modelos importantes del automovilismo y el motociclismo.

De hecho, tanto Campos Racing como el Aspar Team trajeron lo mejor de sus casas para rendir homenaje a la que, en el fondo, es su casa. El equipo de dos ruedas traía la legendaria Derbi pilotada por su creador, así como motos más actuales de su equipo, junto con motos de la Cuna de Campeones.

En las cuatro ruedas, aparte de algún F4 actual, destacaban piezas llenas de nostalgia y pedigrí. Estaban los Coloni del Euro Open by Nissan de Marc Gené de 1998, Fernando Alonso en 1999 y Antonio García del año 2000, todos ellos campeones con Campos. También estaba el F3000 de la temporada 2000 con el que Fernando Alonso dio el salto definitivo a la Fórmula 1, especialmente tras su brillante victoria en Spa-Francorchamps.

El F1 de Campos Racing que no fue - Foto: Motor.es/José Miguel Vinuesa

Había un modelo, sin embargo, que producía una gran nostalgia. Era un ‘showcar’ del HRT de 2010, pero con los emblemas de Campos Racing y el nombre de Bruno Senna, el piloto fichado para pilotarlo. Lo que debió ser, pero no fue: el Campos Meta, el equipo de F1 que el alcireño siempre ambicionó y rozó con los dedos. Allí, inerte, producía impotencia y un agridulce recuerdo hacia Adrián Campos.

El circuito quiso homenajear a muchos protagonistas. Desde los comisarios y médicos, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que tanto ayudan en los grandes eventos. Y por supuesto, a los pilotos. Champi Herreros, Jorge Martínez Aspar, Nico Terol, Nerea Martí o Jaume Masiá, además de varios entrevistados.

También Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna Sports, entidad que organiza el mundial de MotoGP -entre otros- aunque recientemente fue vendida a Liberty Media. Ezpeleta es uno de los grandes impulsores del motociclismo en España, pero también impulsó el circuito de Calafat, dirigió el Jarama, y dirigió la comisión encargada de llevar adelante el Circuit de Cataluña, además de promover campeonatos. A sus 78 años, el motor ha sido su razón de vida y recordaba la gestación de Cheste:

Un momento de la gala - Foto: Circuit Ricardo Tormo

«Tiene una pinta bestial ver la recta con tanta gente implicada en que Valencia tuviera un GP. En el 98 había ya 2 Grandes Premios, Jerez y Barcelona. El president de entonces me dijo que tenían el proyecto, la afición pedía un gran circuito, pero que sin tener un GP asegurado era muy difícil tener una instalación así. Le dije que eso sería difícil. Pero en 1998 se cayó el GP de Portugal e introdujimos el del Jarama. Al día siguiente del GP del Jarama me llamó y me dijo que había habido 3 y me dijo que Valencia necesitaba y merecía tener un GP. Hicimos consulta a la asociación de equipos y dijeron que si.

Eso fue a finales del 98. Y se puso todo en marcha. Mick Doohan no se creía que fuera posible cuando vino a verlo. Hubo que garantizar a los equipos que estaría listo. Desde entonces siempre ha sido un éxito, y quiero agradecer al gobierno de Valencia que durante estos años ha apoyado este evento, y también a la afición valenciana y a toda la que siente esta casa como suya.»

Otro bonito e inesperado homenaje fue a la voz del circuito durante estos 25 años, con quien el presentador, de hecho, mantenía un diálogo como si fuera el circuito mismo. Nacho Santos fue el encargado de recibir el reconocimiento al mundo del periodismo, y fue más que merecido en su persona, dada la pasión con la que vive cada una de las carreras, da igual de qué campeonato, que se disputan en Cheste.

El F3000 del equipo Astromega de Fernando Alonso en el año 2000 - Foto: Motor.es/José Miguel Vinuesa

Otro homenajeado que entró a lomos de una moto fue el piloto de MotoGP Pedro Acosta, doble campeón del mundo en Moto3 y Moto2. El murciano es un producto de la Cuna de Campeones, llevada de forma magistral por el expiloto valenciano Julián Miralles, donde pasó cinco años de formación y apoyo fundamentales para el piloto que es hoy en día. El murciano fue todo naturalidad:

«Os veo muy serios y hoy es un día para sonreir. ¡Un poco de alegría! Sin la ayuda del circuito hoy no estaría donde estoy, soy una de esas familias a las que salvó económicamente el Circuit. Todo lo que consiga estará ligado a la Cuna, a Julián Miralles, a Gonzalo Gobert y a todo el Circuit

Adrián Campos, en las manos de Andreu Romera, recibió también el homenaje que merecía, más allá de dar nombre a la última curva del trazado valenciano. Se echó en falta al alcireño, como también a otras personas claves en el deporte del motor valenciano que fueron recordadas con cariño.

Sería casi imposible enumerar a todas las personalidades del mundo del motor, del deporte en general, de la sociedad, la prensa y de las instituciones presentes en el acto. Este lo cerró el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quien con mucha intencionalidad aprovechó la ocasión para lanzar el guante a Ezpeleta para la renovación del contrato de MotoGP con el circuito. Emocionantes también los vídeos enviados por Marc Gené, Marta García, Pedro de la Rosa, los hermanos Márquez, Carlos Sainz, Alex Palou o Carlos Tatay.

Vista aérea del circuito en 1999, recién terminado - Foto: Insituto Geográfico Nacional

Valencia no sería Valencia si el acto no se hubiera cerrado con un hermoso castillo de fuegos artificiales que llenó de luz y ruido la recta del circuito. Otro tipo de ruido. Como del de las animadas conversaciones que se sucedieron a continuación, con anécdotas y recuerdos de todo tipo. Y al final, un circuito quizás no sea más que eso: el lugar perfecto para compartir lo que nos apasiona.

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