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Caso #MonkeyGate: no solo 10 monos respiraron escape de un diésel, también 25 personas

La prensa alemana ha desvelado hoy que tras el experimento de los 10 monos, se hizo lo propio con seres humanos voluntarios. BMW, Daimler y Volkswagen se desmarcan del ensayo hecho en la Universidad de Aquisgrán con el beneplácito de un comité de ética científica.

7 min. lectura

Publicado: 29/01/2018 21:00

La prensa se ha estado interesando en la actividad del Grupo de Investigación Europeo en Medio Ambiente y Salud en el Sector del Transporte (EUGT). Esta organización funcionó entre 2007 y 2017 con la financiación de tres fabricantes alemanes: BMW, Daimler y Volkswagen. Primero vino el escándalo a cuenta de los 10 monos, sobre todo si tenemos sensibilidad hacia el maltrato animal y su uso en laboratorio (aunque sea 100% legal).

Recapitulemos. El EUGT encargó un estudio sobre el impacto en la salud al Instituto Lovelace de Investigación Respiratoria (LRRI) de Albuquerque (New Mexico, EEUU), el cual tuvo a 10 ejemplares de macacos respirando durante horas el escape de un Volkswagen Beetle Clean Diesel mientras veían dibujos animados. Fue una fase previa a experimentar con personas.

Según la ética médica, antes de probar algo en seres humanos se han hecho comprobaciones a nivel celular y posteriormente con ratas o simios. Una vez que se ha comprobado que existe muy bajo riesgo para la salud, se pueden realizar pruebas con voluntarios que, obviamente, saben a qué se exponen. Suelen utilizar a personas jóvenes y sanas para ello.

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Los macacos cangrejeros de Albuquerque fueron confinados de esta forma para respirar humo del escape de un Volkswagen Beetle

Pues bien, tanto el Stuttgarter Zeitung como el Süddeutsche Zeitung han encontrado información interesante entre los informes del EUGT. Posteriormente a la prueba con simios, se realizó otro experimento en Alemania con 25 voluntarios, concretamente en el Hospital Universitario de Aquisgrán.

Los investigadores querían comprobar los efectos del humo de los motores diésel de última generación en trabajadores con una exposición a los gases, véase mecánicos o soldadores. Esto fue después de que la OMS alertase de que el humo de los diésel es cancerígeno. Dichos profesionales, como los que atienden cabinas de peaje, tienen una mayor exposición a ese veneno.

Millones de europeos participan en un experimento todos los días, sin saberlo, sin contrato, sin consentimiento, prolongadamente y sin comité ético: respiran humo de los diésel en la calle

Independientemente de lo bueno que sea un motor diésel, emite una cantidad elevada de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas (PM). En el caso de las partículas más pequeñas, pueden acabar en el torrente sanguíneo, y los filtros de partículas no pueden evitar el 100% de la emisión de estos contaminantes. Dichas partículas finas provocan, entre otras cosas, cáncer.

Hospital Universitario de Aquisgrán

Las reacciones en Alemania no han tardado en seguir a estas revelaciones. Políticos de distinto signo han condenado estos experimentos, a pesar de haber contado con el visto bueno de un comité ético independiente. No solo eso, este tipo de pruebas con voluntarios son relativamente habituales.

El experimento puede haber sido totalmente legal, pero de ética y moralidad muy discutible

Ahora bien, su eficacia a nivel experimental es muy limitada, ya que los voluntarios no son evaluados en el medio y el largo plazo, precisamente para evitar daños en su salud. Resulta mucho más eficaz comprobar el efecto en la salud de un europeo que vive en una ciudad de tamaño mediano o grande, pues respira humo de diésel todos los días.

Cómo no, los fabricantes que financiaron al EUGT se muestran escandalizados y horrorizados porque se hayan realizado experimentos en humanos. BMW ha añadido que se debe considerar que un comité ético y autoridades académicas habían aprobado la realización de esas pruebas.

Ojo: No está probada la implicación directa de BMW, Daimler o Volkswagen en la metodología de las pruebas. Es más, en un primer momento los tres han alegado no conocer qué tipo de pruebas hizo el LRRI hasta que se conoció por revelaciones periodísticas.

El Süddeutsche Zeitung recoge unas interesantes palabras de Rudolf Jörres, que lidera un grupo de Investigación experimental en la Universidad de Múnich: "Necesitamos esos estudios en seres humanos para comprender cómo se comportan los contaminantes en el cuerpo". Luego añadió: "Si quiero reconocer relaciones causales [del humo de los diésel en la salud] tengo que fijarme en personas".

No hay más preguntas, señoría

Por mucho que este tipo de pruebas cuenten con el respaldo de la comunidad científica, resulta escandaloso y un nuevo impacto en la reputación del lobby alemán prodiésel. Existe sobrada literatura científica que liga el auge del diésel y sus humos con un empeoramiento de la calidad del aire en grandes núcleos urbanos europeos. Estos experimentos eran, por tanto, innecesarios.

Puede que los gases de escape puedan ser puntualmente inocuos, como la combustión perfecta de un motor de gasolina (N2 + O2 + H2O) o que un motor diésel alcance en laboratorio niveles de pureza similares a un quirófano, pero en laboratorio. La realidad es que el aire en Europa cada vez está más viciado por los diésel (y no solo por ellos), ya que una cosa es un laboratorio, y otra bien distinta el mundo real.

PD: Resueltamente quiero apartarme de cualquier desafortunada comparación con los conceptos "alemanes" y "gases" porque entramos en terreno de cuñadismo y aberraciones históricas y químicas. El humo de un diésel moderno apenas contiene monóxido de carbono (CO) y mucho menos alguna semejanza con el Zyklon.B.

Fuente: Süddeutsche Zeitung

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