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Raro ejemplar del Ferrari Testarossa casi a estrenar a subasta

Aunque se fabricaron más de 7.000 ejemplares durante sus 8 años de existencia, es muy complejo encontrar una unidad con pocos kilómetros del Ferrari Testarossa como esta. Fabricada en 1989, cuenta con menos de 1.000 kms en su marcador, por lo que no es de extrañar que se encuentre como el primer día.

Raro ejemplar del Ferrari Testarossa casi a estrenar a subasta

9 min. lectura

Publicado: 26/11/2017 11:00

Ferrari Testarossa de 1989.

El Testarossa fue todo un logro para Ferrari. Aunque su esquema técnico no era ni novedoso ni el más poderoso del mercado, su atrevida estética convirtió al Gran Turismo de 12 cilindros en todo un icono de su época, y actualmente de la marca. Considerado universalmente como uno de los modelos más bonitos de todos los tiempos, el Testarossa fue el modelo que todos quisieron tener.

El Ferrari Testarossa desvelado a mediados de 1984 fue uno de los mayores éxitos de la marca italiana hasta ese momento. Todo un best-seller, fueron fabricados más de 7.000 ejemplares del modelo solo en su primera configuración, antes de recibir la actualización que lo transformó en el 512 TR, por lo que no solo hay muchos ejemplares en el mercado, además fue uno de los pocos modelos de 12 cilindros de la marca que fueron extensamente empleados a diario por sus propietarios, por lo que es muy raro encontrarnos con unidades con pocos kilómetros.

Es por eso que este ejemplar es toda una rareza, pues no es nada habitual encontrarnos con un Testarossa con menos de 1.000 kilómetros de uso, por lo que podemos decir que se encuentra casi a estrenar.

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Combinación en doble tono.

Configurado en una atractiva combinación en rojo Rosso Corsa para la carrocería (el color más habitual) y de doble tono marrón en el interior (piel marrón y beige), este Testarossa a simple vista parece uno más de muchos que salieron de Maranello entre 1984 y 1991, pero su estado le separa del resto de ejemplares que podemos encontrar del deportivo italiano.

Tan solo el asiento de piloto denota algo de uso, pues en la base encontramos las típicas arrugas en la piel de haber sido usado. Aunque a tenor por la cifra que aparece en su cuentakilómetros, en muy pocas ocasiones debe haber sido utilizado.

Esta unidad cuenta con especificaciones USA, por lo que en su marcador aparecen reflejadas 585 millas, solo 941 kms. de uso. Por lo que no es de extrañar que todas sus superficies brillen como el primer día. Incluso el vano motor se encuentra completamente limpio. Moquetas, revestimientos laterales, volante, vano delantero o incluso las ruedas disponen del mismo aspecto que cuando este ejemplar salió de la factoría en 1989.

Su silueta es todo un icono.

Esta unidad será subastada por RM Sotheby’s en Nueva York en unos días. Cuenta con la certificación Ferrari Classiche y se le estima un valor comprendido entre los 250.000 y los 325.000 dólares, una suma notablemente más elevada que la habitual por un ejemplar de este modelo.

Historia

La historia del Testarossa no tiene nada de particular. Fue el sucesor lógico del Ferrari BB512i, la última iteración del Berlinetta Boxer, que rápidamente fue olvidado en favor de su atractivo sucesor. No porque los Ferrari BB no fueran agraciados estéticamente, de hecho, fue el modelo que marcó la tendencia estética a seguir por el resto de modelos de la marca en las siguientes décadas, sino por la excelente acogida del Testarossa, que se convirtió desde su nacimiento en el modelo más aclamado del mercado.

Incluso las no aficionados al mundo del automóvil conocían y admiraban las líneas del Testarossa, que con sus agresivas y marcadas entradas de aire laterales supuso toda una revolución y el motivo de diseño a imitar por fabricantes de vehículos de todo tipo. En los años ochenta, todo llevaba las entradas de aire "tipo Testarossa".

Las entradas de aire laterales fueron su rasgo más llamativo.

El motivo de estas entradas, con una serie de lamas horizontales, se debía a la posición de los radiadores, posicionados detrás junto al motor y a ambos lados para evitar los problemas de sobrecalentamiento del habitáculo que caracterizaban a su antecesor, que contaba con el radiador en el frontal y por tanto, con canalizaciones bajo el habitáculo que conectaban a este con el motor, lo que provocaba que el interior se calentara en exceso.

El Testarossa contaba con una evolución del motor atmosférico que estrenó su antecesor, un 12 cilindros planos (que no bóxer) de 4.9 litros con una distribución de 4 válvulas por cilindro, su potencia era de unos espectaculares entonces 390 CV, que le permitían pasar de 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos con una velocidad máxima de 290 km/h. La elección de este motor es una de las peculiaridades del modelo, pues Ferrari tradicionalmente empleaba motores de 12 cilindros en V convencional, pero en la década de los setenta los victoriosos monoplazas de la Scudería contaban con la configuración de doce cilindros planos, lo que se tradujo en la saga Berlinetta Boxer.

Para el Testarossa se actualizó la última evolución de este motor aunque los monoplazas de Fórmula 1 de la marca ya no empleaban esta peculiar configuración. Otra de las curiosidades es que a pesar de que la marca alegaba que esta disposición plana permitía bajar el centro de gravedad, en el Testarossa dispusieron la transmisión debajo del motor, por lo que este estaba anormalmente elevado, anulando por completo la ventaja de su configuración.

Sin spoilers ni estridentes alerones.

Este hecho condicionó gravemente su rendimiento en pista, por lo que a pesar del éxito del modelo nunca llegamos a ver, ni tan siquiera en manos privadas, una versión de competición del Testarossa. Lo que en un Ferrari de la época es muy raro.

Aunque la competición no era su objetivo, ya que este había nacido para erigirse como el mejor Gran Turismo del mercado, un modelo con una base mecánica muy deportiva pero con un habitáculo muy acogedor para sus ocupantes y un diseño exterior espectacular. Lo que sin duda alguna logró como ningún otro modelo lo ha conseguido hasta ahora.

De hecho, pocos meses antes de su nacimiento oficial Ferrari presentaba el más radical 288 GTO, el modelo más rápido del momento. Y a pesar de ello, el nuevo GTO fue totalmente eclipsado por el Testarossa. Preguntad a cualquiera que viviera en los años ochenta, incluso a los no aficionados al motor, si conoce el Ferrari Testarossa y a continuación si conoce el 288 GTO.

Todo un icono de la marca.

¿Os imagináis que el F12 hubiera eclipsado al LaFerrari?, suena imposible, pues eso es precisamente lo que hizo el Testarossa con el 288 GTO. El Testarossa estuvo en boca de todos durante años e incluso hoy, sigue siendo un nombre reconocido, aunque curiosamente, es uno de los pocos Ferrari clásicos que aún permanece barato.

Fotos: RM Sotheby's

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