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Frases para la historiaCitas famosas del mundo del motor (VII)

Recopilamos algunas de las citas célebres más impactantes, ingeniosas y divertidas relacionadas con las competiciones sobre cuatro ruedas. Os ofreceremos un total de siete artículos. Perlas de sabiduría de la boca de los pilotos más relevantes de la historia en la Fórmula 1 y los rallyes ¿Qué frases te han gustado más?

9 min. lectura

Publicado: 22/09/2013 08:00

Llegamos al final de nuestra recopilación de frases célebres del automovilismo. Y lo hacemos con el lado más impactante de las carreras, los accidentes. Caminar entre la vida y la muerte es el pan nuestro de cada día para los pilotos, que a veces sobrepasan la frontera y pueden pagarlo muy caro.

Enzo Ferrari explicaba esta insistencia en jugarse el pellejo que tienen los pilotos: “El hombre experimenta cierta necesidad en arriesgar su piel, sin otra razón que hacerlo mejor que otro. Es uno de los raros puntos en los que nos diferenciamos de otras especies”.

En los inicios de la Fórmula 1, la seguridad era algo secundario y muchos pilotos perdieron la vida. El peligro era tal que, tras el GP de Italia de 1958, Juan Manuel Fangio destacó: “Fue una buena carrera. Nadie resultó muerto”.

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Bernie Ecclestone lo veía todo desde un lado más práctico (y tenebroso): “Antes había una forma natural de eliminar pilotos, ya que morían uno o dos por año”. Muy sensible, Bernie.

El piloto Antonio Ascari era consciente del peligro: “Soy estricto con mis hijos. No quiero que se encariñen conmigo ya que algún día puede que no vuelva a casa”. El italiano perdió la vida en el circuito francés de Montlhery durante una carrera. A su hijo Alberto Ascari también le picó el gusanillo de la competición y sobre los accidentes tenía este consejo: “Después de un accidente lo mejor es ponerse de nuevo al volante lo antes posible”.

En aquella época, Juan Manuel Fangio sufrió un tremendo accidente en Monza. Sobrevivió y explicó los motivos del accidente: “Tenía que llegar en poco más de una noche desde Londres hasta Milán. Conseguí un vuelo que me dejó en París: había tormenta sobre toda Europa y los aviones no podían circular. Allí, Maurice Trintignant (otro piloto) me prestó un viejo Renault y llegué a Monza después de conducir toda la noche entre la lluvia. Durante la carrera, el cansancio fue más fuerte que yo”.

Si los monoplazas son peligrosos, los coches de rally también. En especial los salvajes coches del Grupo B. Ari Vatanen, en el Rally de Argentina de 1985, sufrió un grave accidente que casi le cuesta la vida. Unos años después lo describía así: “Recuerdo la clasificatoria anterior, la primera de la prueba. Recuerdo los edificios de la salida de la desastrosa segunda clasificatoria, pero eso debe ser por el reconocimiento anterior al rally. Había reconocido con Carlos Reutemann ese punto y le había ayudado a acertar la conducción del (Peugeot) 205 T16. Fue un recuerdo que me vino de repente, nueve años después. No recordaba absolutamente nada acerca de los kilómetros anteriores, pero reconocí de inmediato la recta en la que sufrí el accidente. Es difícil expresar con palabras lo que se siente en estas ocasiones pero, en cierta manera, es un sentimiento positivo. Creo que me di cuenta de lo increíble que es la vida, que permite que uno siga vivo después de un desastre así. A pesar de todas las complicaciones que surgieron después del accidente ¡todavía estoy aquí!”.

Quien no sigue con nosotros es Henri Toivonen. En el Rally de Córcega de 1986 iba en cabeza y antes de tomar la salida de ese tramo, señaló: “Esto ya no es un rally. Es una pura locura. Afortunadamente, la victoria está casi conseguida”. En ese tramo, su Lancia Delta S4 cayó por un barranco y se incendió acabando con la vida de Toivonen y su copiloto Sergio Cresto.

Una premonición mayor tuvo Ayrton Senna, a principios de 1994. “Va a ser una temporada con muchos accidentes, y supongo que todos tendremos mucha suerte si salimos de ella ilesos”. Aquel año, en la carrera de Imola, llegó el fin del piloto y el inicio del mito.

Alain Prost, máximo rival de Senna en la pista, declaró: “Sin Ayrton Senna la Fórmula 1 no tiene sentido”. Un tiempo después fue más allá: “La muerte de Ayrton Senna representa también la muerte de parte de mi vida. Yo necesitaba a Ayrton, así como él me necesitaba a mí. Tengo un gran respeto por él. Un respeto que va más allá de nuestras diferencias”.

Bernie Ecclestone, tan poco diplomático como es habitual, se fijó en las audiencias televisivas que captó el accidente mortal del brasileño: “La muerte de Senna fue como si Jesús hubiera sido crucificado en directo por televisión”.

Clay Regazzoni, metido en labores de comentarista, fue muy crítico con la Federación Internacional de Automovilismo: “A esa gente no le interesa el deporte. Comparada con ellos, Hitler sólo era un aficionado”. Que se lo pregunten a Ecclestone, a ver qué piensa.

Niki Lauda también sufrió un gravísimo accidente en Alemania, en 1976. El relato de su experiencia es conmovedor: “Cuando llegué al hospital sentía que estaba muy cansado y quería dormir. Pero sabía que no era solamente dormir, era algo más. Y entonces simplemente luchas… luchas con tu cerebro. Oyes ruidos y simplemente intentas escuchar lo que te están diciendo e intentas mantener tu cerebro funcionando para conseguir que el cuerpo luche contra las heridas. Creo que estuvo bien hacer eso porque así es como pude sobrevivir”.

Terminamos la última parte de nuestro recopilatorio con un mensaje positivo, una historia de superación. La historia de Álex Zanardi, que perdió las dos piernas en un accidente en 2001 en la ChampCar. El piloto italiano no solo sobrevivió sino que volvió a competir e incluso ha participado en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 representado a su país. Un par de años después de su accidente afirmaba: “Hay gente que piensa que la vida se ha acabado cuando sufres un accidente y te quedas discapacitado. Eso es mentira, cuando me recuperé del accidente me fui todos los días a pasear, primero con ayuda y silla de ruedas, y al final me acostumbré tanto que ya iba sin ayuda y con las muletas y prótesis. A los dos meses ya conducía mi coche de calle y, como veis, ahora a los dos años me atreví a volver a pilotar un ChampCar y acabar las 13 vueltas que le debía a este trazado. Y por fin, este año, he vuelto a pilotar un campeonato completo, el ETCC con el BMW M3 y sólo con estar ahí ya estoy orgulloso de lo que he hecho”.

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