El C4 ya no encaja en los planes de Citroën... como lo conoces hoy
El Citroën C4 está ya rozando el borde de su final de ciclo, y suscitando un importante interés sobre su futuro. La marca francesa es competidora directa de Dacia, planeando importantes novedades sobre la cuarta generación del compacto y con una sorpresa en el aire.
Citroën decidió matar dos pájaros de un solo tiro el día en el que concibió la actual generación de su compacto. El fabricante había proyectado el C4 como un turismo compacto barato y también como un SUV, pero decidió fusionar ambos estilos de carrocería en uno solo, ahorrándose un importante capital en desarrollo. Una jugada que ha explotado al máximo en toda su gama de productos, y que no le ha salido nada mal, pero de la que ya está cansada.
Desde hace algo más de un año, el futuro del Citroën C4 está suscitando un importante interés. Este importante modelo ya se actualizó a mitad de su ciclo de vida comercial, pero sufrió importantes cambios en el plano de la imagen, más de los habituales en seno de la marca de los dos chevrones, que han venido avivando los rumores. Citroën se encuentra en una importante tesitura porque, si bien es una importante competidora de Dacia y que los rumanos saben contener los costes, no pueden renunciar a estas claves, al mismo tiempo que buscan ese revulsivo que tanto desean.
Citroën no quiere perder el rumbo en el importante giro de Dacia con el futuro C4
En verdad, el profundo lavado de cara al que se sometió el C4 no fue algo casual, sino que se planteó con toda la intención de estirar unos años más una vida comercial que debería acabar en primavera de 2027, restándole un año y medio, aproximadamente. Para Citroën, no es un problema, lo ha sugerido en ocasiones anteriores, atribuyendo al nuevo C3 Aircross el papel de heredero; por eso de ofrecer un mayor espacio.
El problema de Citroën es responder de forma clara y contundente al primero de los Dacia Neo que ya está en desarrollo, un producto redondo y que augura un importante éxito. De ahí ese interés en buscar un revulsivo para un estilo crossover que, en las más altas instancias de la marca, consideran ya agotado. Ahora, la intención es hacer lo que no hicieron al principio de esta tercera entrega, una vuelta a los orígenes con dos carrocerías -turismo y SUV- que podría recuperar una denominación comercial perdida, la del C4 Aircross.
El regreso del Citroën C4 Aircross está en el aire
Esto, por supuesto, supone un doble gasto de dinero, un dispendio que Citroën está dispuesta a asumir al estirar la vida comercial del actual C4 por espacio de dos años más, hasta 2029. Si se mantienen los planes que se manejan hoy, el compacto de cinco puertas de Citroën permanecerá a la venta por espacio de nueve años antes de ser sustituido, aunque este movimiento estratégico lleva aparejado otro más: la variante de carrocería con tres volúmenes no figura en la futura gama, limitándose a dos cuerpos.
La nueva generación del C4 se fabricará en Marruecos para todo el mercado europeo, la partida donde la marca puede rebajar un importante coste frente a la producción en Villaverde o en las plantas que Stellantis tiene en los países de Europa del Este, lo que no impedirá seguir apostando por avanzados motores híbridos y las versiones eléctricas en los futuros C4, ahora que se ha abierto la veda a la combustión más allá de 2035. Citroën también usará la plataforma «STLA Small» para los futuros C4, pero depende en una gran medida de los movimientos futuros de Dacia, a los que vigilarán muy de cerca.
