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Fumar en el coche, ¿debería prohibirse en España?

Un gesto tan inocente como fumar a bordo de un coche puede provocar riesgos a la salud a corto, medio y largo plazo. Por esas razones un colectivo de enfermeros pide a las autoridades españolas que conviertan esa conducta en sancionable.

6 min. lectura

Publicado: 01/08/2019 21:30

Fotografía: Teo Palomo (Flickr) CC BY SA

Fumar en el coche es legal en nuestro país, independientemente de quién vaya a bordo. En algunos países de Europa ya se ha prohibido hacerlo cuando viajan menores de edad o mujeres embarazadas, caso de Francia y Reino Unido, pero también en Australia, Canadá, y en algunos estados de EEUU.

El problema del tabaco tiene dos vertientes, en la salud a muy corto plazo (riesgo de accidente) y a medio y largo plazo. El tiempo que se tarda en encender un cigarro está a partir de los 4 segundos, y ya está obligando a retirar por lo menos una mano del volante y la vista de la carretera durante unos segundos.

Un fumador experimentado y con buena memoria muscular reducirá ese tiempo al mínimo teniendo el cigarro a mano, un encendedor de coche (en vez de mechero) y el cenicero ya abierto. Aún así, la posible distracción es más que evidente, y eso sin manipular el cigarro en marcha, que es otro problema.

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En un coche añejo era evidente el condicionamiento del diseño del interior al cenicero y al mechero eléctrico. Fotografía: Francis Bijl (Flickr) CC BY

Esta mala costumbre empieza a estar en desuso, ya que prácticamente ya ningún coche viene con cenicero de serie, especialmente si va integrado en el propio salpicadero. Ahora lo más normal es que los ceniceros sean de vaso nómada y haya que pedirlos aparte, y los encendedores tradicionales han dado paso a tomas de 12 voltios que suelen ir sin ellos, o directamente tomas USB.

Fumar un cigarrillo puede consumir entre tres y cuatro minutos

La normativa española no permite sancionar por fumar, pero sí por haberse distraído. Es más, quien tenga la tentación de arrojar una colilla por la ventana se expone a una sanción de 200 euros y cuatro puntos del carné de conducir, ya no solo por lo incívico del acto, sino por el riesgo de provocar un incendio.

Cuestión aparte es el daño que se produce en la salud a medio y largo plazo. Según los datos del Consejo General de Enfermería, de las 7.000 sustancias que tiene un humo del tabaco, el 1% (70) son cancerígenas y otras 250 son muy nocivas para la salud. Eso, hablando de adultos. En los niños es peor.

En 2017 el citado Consejo General de Enfermería hizo una campaña para concienciar sobre los riesgos de fumar a bordo cuando hay menores, contactando con 25.000 niños para que recuerden a sus progenitores que no solo la salud de ellos mismos están en riesgo. Los pulmones de un niño son mucho más sensibles al humo.

Un niño que ha sido fumador pasivo en el coche de sus padres aumenta por cuatro el riesgo de sufrir cáncer de pulmón en su edad adulta, aunque no fume ni un cigarro en su vida. Otras enfermedades asociadas al consumo pasivo son las sibilancias, tos crónica, asma, bronquitis, neumonía, otitis y obesidad.

Uno podrá pensar que basta con no fumar cuando haya niños a bordo, pero lo cierto es que las sustancias que tiene el tabaco no desaparecen del coche por arte de magia, y además del típico mal olor del tabaco, se crea un ambiente insalubre. De ahí que exista la prohibición de fumar en ciertos vehículos, como los de alquiler.

El colectivo de enfermeros esta vez ha ido un paso más allá y ha pedido al Gobierno que directamente prohíba fumar en el coche. Sería un avance importante desde la ley antitabaco del 2005, que en cierto modo ha cambiado mucho los hábitos de los fumadores y ha facilitado la vida a los no fumadores en espacios públicos.

En un comunicado el Consejo General de Enfermería exige que los poderes públicos actúen. Según este colectivo, fuentes gubernamentales han dicho que está en estudio, y la DGT señala que no está en su agenda. Anteriormente la DGT ha colaborado con el CGE, pero solo en el nivel de la concienciación, no abogando por su prohibición.

Las distracciones son una de las principales causas de siniestralidad vial en España, y el tabaco sigue siendo una de ellas. Por otra parte, el tabaco es uno de los principales responsables de muertes evitables. Resulta por lo tanto comprensible que una organización que vela por la salud de la gente pida que se acabe ya con este hábito, al menos cuando se conduce.

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