IndyCarFernando Alonso anuncia su participación en la Indy 500 con McLaren SP
El piloto español ha confirmado su presencia en la carrera con el tercer monoplaza del renovado equipo Tendrá como compañeros a dos novatos en la Indy 500, Pato O'Ward y Oliver Askew, y llevará el #66 El fallido acuerdo con Andretti lleva de nuevo a Alonso al papaya para enmendar la no clasificación de 2019.
Uno de los grandes culebrones del automovilismo mundial durante estos últimos meses ha acabado teniendo la conclusión más lógica posible dadas las circunstancias. Tras el fiasco de la no clasificación de 2019 y la entrada de McLaren en el campeonato IndyCar como nuevo equipo, Fernando Alonso había elegido llevar a cabo su tercer asalto a las 500 millas de Indianápolis con otro equipo, pero el colapso de dicho acuerdo ha llevado al piloto asturiano a elegir finalmente a Arrow McLaren SP.
El equipo británico-estadounidense, creado hace pocos meses de la colaboración entre McLaren Racing y Arrow Schmidt Peterson Motorsports, ha anunciado este martes que el bicampeón del mundo de Fórmula 1 pilotará el tercer monoplaza de la formación durante la semana de clasificación de la Indy 500, con el objetivo de que Alonso forme parte de la parrilla por segunda vez tras su primera tentativa de hace ya tres años. El piloto español lucirá el número #66 en su monoplaza y llevará el patrocinio de Ruoff Mortgage, la misma compañía que patrocinó a Takuma Sato en su victoria en 2017.
Alonso compartirá equipo con dos pilotos considerados novatos en las 500 millas de Indianápolis, como el mexicano Patricio 'Pato' O'Ward (quien tampoco logró clasificarase el año pasado con Carlin) y el estadounidense Oliver Askew, ganador el año pasado de la prueba de Indy Lights en el óvalo, por lo que partirá como el piloto "experimentado" de la formación, algo que le había generado reticencias. Con todo, tener dos compañeros le permitirá ir mucho mejor cubierto que su aventura en solitario del año pasado. Además, en su oreja tendrá al experimentado Craig Hampson, uno de los ingenieros más destacados del campeonato, que ha trabajado durante muchísimos años con Sébastien Bourdais.
Durante gran parte del invierno, Alonso acercó posturas con Andretti Autosport acerca de pilotar su sexto coche en la Indy 500, hasta el punto de que se reportó que ambas partes habían firmado un contrato que incluía carreras adicionales de IndyCar. Aquel acuerdo, no obstante, nunca vio la luz del día, y desde varios medios con información privilegiada se informó de un veto directo a última hora de los altos mandos de Honda a Alonso, en base a las frecuentes críticas vertidas por el asturiano durante la tumultuosa relación en Fórmula 1 entre McLaren y la marca japonesa.
La narrativa del veto encajó, además de la veracidad de las fuentes, por la similitud con la directriz que obligó a Schmidt meses atrás a terminar su relación con Honda para llevar a cabo la asociación con McLaren. Por su parte, Michael Andretti negó el veto de Honda al ser preguntado la semana pasada, defendiendo que su principal socio económico y deportivo no había intervenido en el asunto. Lo hizo durante la presentación de James Hinchcliffe, protegido de Honda Canada, y el piloto que ocupará finalmente ese sexto asiento al que aspiraba Alonso.
Andretti fue el equipo que facilitó la primera participación de Alonso en la Indy 500, anunciada por sorpresa a mediados de abril de 2017 en asociación con McLaren Honda, en busca de una Triple Corona a la que solo le queda el laurel americano. En su primera participación en la categoria y en un óvalo, el piloto español impresionó clasificando en quinta posición, y poniéndose líder antes del primer cuarto de carrera, llegando a liderar 27 vueltas. Malas paradas y resalidas le hicieron caer a la octava posición antes de que su amago de remontada terminase a 20 vueltas del final con un motor roto, su sine qua non en el ámbito mundial con los motores Honda.
Si el final de su primera intentona fue pesadillesco, toda la segunda lo fue. La aventura de McLaren como equipo en solitario con un solo coche resultó un completo fiasco como pocos se recuerdan en Indianápolis, con carencias inauditas a nivel logístico y de organización, y una semana de clasificación que se empezó a complicar sobremanera con un accidente el miércoles. La falta de velocidad de la segunda unidad hizo que los coches de dos equipos pequeños con muchos menos recursos le dejasen fuera, primero del top 30, y después de la parrilla, siendo el discreto Kyle Kaiser su verdugo final tras haber pasado por una situación aún más extrema.
Ahora, Alonso tendrá una nueva oportunidad de redención, con un programa mucho más en condiciones que el año pasado, pero que, a priori, y a falta de conocer el rendimiento real de los equipos, debería estar un escalón por detrás de los cuatro equipos que cortan el bacalao en Indianápolis a nivel de rendimiento: Penske, Andretti, Carpenter y Ganassi. En ese sentido, el añadido del Aeroscreen puede cambiar el tablero competitivo y decantarlo de forma favorable a su equipo, más aún cuando Schmidt fue una amenaza constante por las poles durante la primera mitad de década. Sin que el asturiano sea proclive a una temporada completa por su opinión desfavorable hacia el monoplaza, Alonso sigue fiando su búsqueda de la Triple Corona a una sola carta.