IndyCarNewgarden consigue 'la quinta' en Gateway; Palou acaba noveno y se complica la vida

No parece una osadía decir que Josef Newgarden está teniendo una de las mejores temporadas de su carrera. Palabras mayores al tratarse de un competidor que acumula dos títulos de IndyCar en su vitrina y ha dado 22 victorias al Team Penske en seis años. Aún así, nunca había conseguido cinco en una sola temporada, y eso es lo que ha ocurrido en 2022, tras hacer honor a su condición de favorito en la Gateway 500 con su cuarta victoria en este óvalo y la tercera consecutiva, ante el empuje final de un sensacional David Malukas. Y aún con todo, su ausencia de podios fuera de los triunfos le impide aún ser líder de una general en la que las opciones de Álex Palou parecen cada vez más y más remotas a raíz de su noveno puesto final.

El frenético inicio del evento mantuvo el statu quo en cabeza de Will Power y Marcus Ericsson, con un perseguidor diferente al rebasar Scott McLaughlin a su compañero Newgarden. De inmediato empezaron los problemas para Palou, que en estos primeros virajes perdió cuatro posiciones hasta ubicarse noveno, aunque recuperaría un puesto hacia el final del stint. A su vez, Pato O'Ward se ubicaba delante de Scott Dixon, y le ganó la cuarta plaza a Newgarden antes de su primera parada. Con todos los pilotos enfocados en ahorrar gasolina para intentar completar la carrera en tres paradas, y con el fantasma de la lluvia en el horizonte, el primer stint transcurrió de forma anodina.

Un efectivo 'undercut' de una vuelta situó a McLaughlin segundo, y Ericsson terminó perdiendo otro puesto inmediatamente después con O'Ward. El mexicano, lanzado y lleno de confianza, intentó hacer lo propio con McLaughlin en la vuelta 91, pero el neozelandés le mandó con su defensa a la zona sucia, costándole posición... con Newgarden, que acababa de pasar a Ericsson. 11 vueltas después, recuperó la posición ante el mayor enfoque ahorrador de los Penske, pero el mensaje ya había sido enviado. Los ocho primeros habían puesto tierra de por medio con el resto, pero la prevalencia del tráfico y la ausencia de agresividad volvió a marcar el segundo stint, en una pista ya de por sí complicada para adelantar.

Takuma Sato fue de los pocos que empleó esto en su favor adelantando a un Dixon que sufría notablemente al final de las tandas, pero el nipón acabó perdiendo dos puestos más antes de adelantar su parada a la vuelta 104. Al detenerse 20 vueltas antes que los líderes, Sato fue el primero que fio su fortuna a los designios de la lluvia, que luego intervendría de forma decisiva. En la segunda ventana de paradas, Ganassi sacó a Ericsson por delante de Newgarden, y la carrera de Alexander Rossi se fue al traste al quedarse sin gasolina. Cuando todos se habían detenido, las vueltas que Sato había completado en solitario con goma nueva le permitieron situarse líder con la estrategia cruzada.

El primer periodo de bandera amarilla de la carrera pareció jugar a favor de los intereses del japonés cuando Jack Harvey golpeó el muro en la vuelta 144. Sin embargo, Coyne procedió a cometer un error estratégico de aúpa que devolvió la iniciativa a Penske. Tanto Newgarden como McLaughlin abogaron por parar en este 'caution', lo que les podría permitir completar dos stints a máxima velocidad y enfocar su carrera a una interrupción por lluvia a medida que esta se acercaba. Sorprendentemente, ninguno de los pilotos de Ganassi apostó por algo similar, lo que después acabaría siendo castigado. De forma inexplicable, Sato no paró hasta el giro siguiente, lo que le costó posición con estos dos pilotos.

Desde este momento, Sato se la jugó a ahorrar gasolina para no tener que parar más si llovía lo suficientemente pronto. De forma similar, esta apuesta también fue adoptada cinco vueltas después por Graham Rahal (9º hasta entonces), Colton Herta (10º) y David Malukas (11º). Todos ellos cerraban el orden de los pilotos en la vuelta del líder, y no habían conseguido ponerse delante de los Penske cuando estos pararon. La resalida de la vuelta 158 prometía fuegos artificiales, y O'Ward los proporcionó con una gran maniobra sobre el exterior de Power para acceder al liderato, pero los Penske con gomas nuevas venían como naves espaciales. Newgarden navegó mejor el tráfico que McLaughlin, lo pasó en pista y alcanzó la punta en la vuelta 165, mientras que el neozelandés necesitó 13 más para ponerse segundo.

Para entonces, McLaughlin ya había perdido nueve segundos, aunque logró reducirlo gradualmente a un par. Palou superó a Dixon en la resalida, pero se vio de nuevo detrás cuando este le hizo un 'undercut'. Los tres Ganassi de cabeza se vieron forzados a parar a 70 vueltas del final y a rezar por una amarilla no relacionada con la amenazante lluvia. McLaughlin esperó hasta la vuelta 206 y se adelantó una vuelta a Newgarden, quien además se vio frenado en la calle de entrada por Christian Lundgaard. Por todo ello, su liderato tras salir de pits apenas duró unos metros hasta que McLaughlin lo rebasó. Por delante, los cuatro llaneros solitarios seguían apurando en busca de la lluvia salvadora: Rahal fue quien más aguantó, hasta la 212... y dos vueltas después, el agua tiñó la bandera verde de color amarillo.

Las precipitaciones forzaron a detener la carrera en la 218 con una bandera roja, a lo que se sumó una alerta de tormenta eléctrica, pero los responsables de IndyCar se negaron a dar la carrera por finalizada con 42 vueltas por delante. La suerte ya había abandonado de forma definitiva a Palou, que cayó al 10º puesto tras superar solo a uno de los pilotos que paró tarde. En el extremo opuesto, Malukas pasaba a ser quinto sobre Sato, y el rookie de Dale Coyne Racing se convertiría en el gran protagonista cuando la carrera se relanzó finalmente tras una bandera roja de dos horas y nueve minutos que generó un sprint final en condiciones nocturnas.

La resalida, en la vuelta 225, fue la gran oportunidad de Newgarden para rebasar en la curva 3 a McLaughlin y hacerse con un liderato que su compañero de equipo no conseguiría poner en entredicho. O'Ward y Power estaban relativamente vendidos con 15 vueltas más en sus gomas, pero solo Malukas supo sacar partido realmente de esa desventaja. Tras casi conseguirlo en la resalida, terminó dando cuenta de Power en la vuelta 230, abriendo el camino para que Sato también rebasase al australiano. Después se trabajó a O'Ward hasta adelantarle en la 243 y, contra todo pronóstico, se fue a por los líderes, ayudado por un tráfico que no permitía a Newgarden ir al máximo de sus posibilidades.

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El aire sucio y el pilotaje de McLaughlin hicieron todo lo posible por preservar su puesto, pero la voluntad de Malukas pudo más, y una osada maniobra en la última vuelta por el exterior de la curva 1 le granjeó una segunda posición que bien podría haber sido una victoria de haber tenido 5 o 10 vueltas más. No le tocaba hoy a él, sino a un Newgarden que se aproxima a solo tres puntos de un Power cuya sexta posición supone prácticamente un control de daños, afectado por tener la estrategia menos propicia dentro de su equipo. Malukas, por su parte, celebró como si hubiera vencido, y no es para menos, al tratarse de su primer podio en IndyCar y el cuarto en óvalo del equipo Coyne en 38 años de existencia.

O'Ward logró defender por solo una décima su cuarta posición de la ofensiva de Sato. Algo más atrás aparecieron los Ganassi, quienes no lograron progresar pese a repostar y cambiar gomas tras la amarilla. De este modo, Ericsson acabó séptimo sobre Dixon y Palou, unos resultados que complican la empresa para el equipo. En especial, para un Palou que cae a 43 puntos de distancia y que podría quedarse ya sin opciones dentro de dos semanas tras la penúltima carrera en Portland. Siendo el último coche en la vuelta del líder, Graham Rahal completó un top 10 en el que no hubo ningún coche de Andretti, aunque Devlin DeFrancesco logró su mejor resultado del año en 12º lugar.

RESULTADOS DEL GATEWAY 500 - INDYCAR 2022

Clasificación general de IndyCar (tras 15 carreras de 17)

Fotos: IndyCar Media