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El equipo Mahindra mata a su creación digital Ava ante la avalancha de críticas

El equipo Mahindra creó una imagen con la tecnología de inteligencia artificial. Las críticas en redes sociales han evocado a la escudería hindú a retirar de la circulación a su influencer digital, y enseña a otros el camino por el que no tirar.

El equipo Mahindra mata a su creación digital Ava ante la avalancha de críticas
Ava no ha tenido el éxito esperado por Mahindra.

6 min. lectura

Publicado: 11/01/2024 14:30

Parecía una buena idea, y, sin embargo, ha resultado ser un batacazo de calibre bíblico en el plano de las relaciones públicas. Impulsados por la tecnología de moda, la inteligencia artificial, la escudería Mahindra de la Fórmula E creó a Ava, una influencer virtual que les representase. La idea era buena, innovadora, utilizada con mayor o menor fortuna en otros ámbitos, pero nunca antes en el automovilismo de élite.

El problema para la escudería de sede británica y licencia hindú, es que tras su estreno, la catarata de críticas en redes sociales ha sido de tal magnitud que se han visto obligados a recoger velas y han decidido asesinar a Ava. La androide virtual es, o más bien era, una chica morena, de sonrisa contagiosa, y veintipocos años que solo existía en la cabeza de sus diseñadores y el ordenador que la creó. La idea era que se convirtiese en la cara visible del equipo, representante en redes sociales de sus dos pilotos, y formase parte de la escudería como una persona más.

La robot relaciones públicas

Ava se presentaba a través de sus redes sociales como «Reina de la tecnología sostenible y robot rebelde de carreras» y quería fomentar la inclusión a través de la inteligencia artificial. Si sus padres eran los encargados de la comunicación de Mahindra, su madre bien podría decirse que fueron Midjourney y Leonardo, dos conocidas aplicaciones de esta tecnología.

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El primer mensaje de Ava fue publicado el 8 de diciembre, y desde entonces tampoco ha trabajado mucho, apenas once publicaciones han visto la luz de su mano desde la fecha; inteligencia, probablemente sí, pero no ha trabajado mucho. El finiquito que cobrará será escaso tras ser cesada en sus funciones.

Ava, la influencer virtual del equipo Mahindra.

La mayoría de las críticas recibidas han sido relacionadas con el empleo. Muchos de los que mostraron su desapego ante el panorama hacían un llamado a que la formación debería haber puesto a una persona real a ejercer esas funciones y no ahorrarse el dinero. En cierto modo llevaban razón, pero no es falso que las funciones de comunicación, mensajes, y redacción de noticias e imágenes tiene que hacerlas alguien.

Otras polémicas similares

Por otro lado, esta polémica recuerda a la que existió en su momento con las azafatas. Una oleada de pensamiento en contra de la cosificación de las mujeres, la defensa de su imagen y figura, condujo a casi hacerlas desaparecer de la Fórmula 1 y otros deportes donde participaban. Durante años se han cometido excesos que con el tiempo se han ido corrigiendo, y que hoy casi han desaparecido, pero condujo a una situación que tampoco es apreciada por todos.

En la parrilla de Mónaco 2016, las chicas de los paraguas en parrilla fueron sustituidos por hombres; no quedó ni una sola mujer en toda la pista, solo hombres. Este tampoco parece que sea el camino. Mujeres sí, por supuesto, pero tratadas con la dignidad y respeto que merecen, no eliminadas.

Todo esto conduce a una idea sencilla de entender: el mundo está cambiando, muy rápido, debe haber sitio para todos, donde cada unidad tenga su espacio, aceptado sin muchas más cuestiones. En esta sociedad cambiante y multipolar se están fraguando las reglas que sirvan para todos sin que estén aún asumidas ni escritas completamente.

De momento, sigue viva

De momento, los 564 seguidores en la cuenta de Instagram de Ava siguen teniendo acceso a sus publicaciones, pero es bastante posible que sus creadores acaben liquidando el perfil. Ha sido un gran intento por parte de Mahindra, y es justo reconocer la idea, que a la postre ha resultado rechazada, más que fallida.

El equipo ha pedido disculpas, y ha anunciado que volverán a una senda más tradicional. Se han adelantado al futuro, y han mostrado a todos por donde tienen que tirar si quieren equivocarse.

La conclusión es sencilla: las actividades, empresas, y productos que quieran triunfar deberán tener un asesor eticomoral, que les transmita valores universales, aceptables, con una fuerte carga de sostenibilidad, inclusividad, y cuestiones extraempresariales que hasta hoy apenas se contemplaban. Esa es la lección, y el aviso a navegantes. Con estas cosas, o avanzas, o aprendes. Hoy tocó lo segundo.

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