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La futura papeleta para Uber y los coches autónomos en Europa

El reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre Uber no es relevante en el caso español inmediato, pero sí tendrá consecuencias en el futuro para empresas que quieran dar servicios similares a los taxis, véase con vehículos sin conductor humano

7 min. lectura

Publicado: 24/12/2017 20:00

La película "Desafío Total" (1990) ya vislumbraba la existencia de taxis autónomos a mediados del presente siglo, como el Johnny Taxi

La sentencia en el asunto C-434/15 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea va a dar que hablar en los próximos años. Con ese nombre es difícil saber de qué estamos hablando, me refiero al asunto que enfrentó a la Asociación Profesional Élite Taxi contra Uber Systems Spain, S.L. En virtud de dicha sentencia, el servicio UberPop -con conductores particulares- se considera un servicio de transporte, por lo que precisa licencias.

"[...] el Tribunal de Justicia estima que debe considerarse que este servicio de intermediación forma parte integrante de un servicio global cuyo elemento principal es un servicio de transporte y, por lo tanto, que no responde a la calificación de «servicio de la sociedad de la información», sino a la de «servicio en el ámbito de los transportes»."

En un artículo previo expliqué que la sentencia no tiene efectos prácticos en España, ya que ahora mismo Uber trabaja con conductores profesionales y vehículos legalizados, los VTC o "cucarachas" (según la jerga taxista). Lo interesante de la sentencia es qué efectos futuros tendrá.

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Sala de vistas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea

A corto plazo, la sentencia solo tiene efectos en aquellos países donde UberPop sí es legal, es decir, que haya particulares que, con su propio coche, hagan de "taxista". Ahora bien, se pasa a considerar un servicio de transporte, por lo que cada estado miembro que lo consienta puede exigir una licencia administrativa.

Al otro lado del charco, lo de UberPop, Lyft y similares va a nivel local. Cada autoridad puede permitir o no la actividad del servicio más económico de Uber, por lo tanto, hay ciudades en las que funciona, y hay otras en las que es ilegal. No existe una regulación unificada a nivel interestatal o federal (de todo el país), es un sistema más desregulado que el nuestro.

Algunos expertos consideran que los legisladores norteamericanos podrían tomar como ejemplo el fallo del TJUE y aplicarlo al otro lado del Atlántico, o por el contrario constatar que hay dos formas de trabajar con Uber: más o menos regulado. Eso, respecto al presente, pero veamos un poco más allá, cosa de uno o dos lustros.

Volkswagen Sedric Concept

Para entonces, ya habrá disponibles coches autónomos que sean totalmente independientes de la acción humana, sin pedales ni volante. Serán medios de transporte puros y duros, pero la carga tecnológica necesaria para lograr eso será, como en toda tecnología nueva, poco accesible. Dicho de otra forma, esos vehículos seguramente serán caros los primeros años.

El hecho de que sean caros implicará que estén al alcance solo por parte de empresas que les vayan a sacar rentabilidad, y la idea de tener taxistas que trabajan las 24 horas, sin descansos, ni vacaciones, ni enfermedades puede resultar muy rentable. Es incluso mejor que un hipotético modelo de esclavitud, los costes laborales de los conductores pasan a ser cero.

Sin embargo, bajo ese modelo, y partiendo de la argumentación de la sentencia del TJUE, seguiríamos hablando de un servicio de transporte, ya que haría falta una intermediación entre los clientes humanos y los vehículos que se dedican a llevar gente de un lado a otro para sacar beneficio a la empresa a la que sirven. Esto aplicaría a Uber y a cualquier empresa competidora.

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En otras palabras, aquellas empresas que pretendan tener vehículos autónomos haciendo un servicio similar al de los actuales taxistas, van a necesitar cumplir los requisitos administrativos correspondientes, como tener licencia. La parte de los descansos, días de libranza, seguridad social... pasará a ser inaplicable, pero no el resto.

Muchos vaticinan un descenso en la cotización de las licencias en el mercado secundario (se transfieren de un taxista a otro) por su potencial valor nulo, pero si van a seguir siendo necesarias en el futuro, aunque no haya humanos al volante, no deberían caer tanto. Es más, si se contemplan como posibles activos revalorizables y de inversión, las licencias subirán de precio de forma astronómica.

Es viable un futuro en el que no haya taxistas humanos o que no trabajen de la forma tradicional (como guías, atentiendo a personas con movilidad reducida, clientes que quieran trato humano...) por haber tomado los vehículos autónomos su puesto. Pues si van a necesitar licencias para operar, ya sabemos qué significa: limitados en número, rentabilidad para el licenciatario, etc.

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