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Patrocinios desafortunados

Las marcas de vez en cuando se buscan "embajadores" o representantes, que pueden ser del mundo del cine, el deporte, o el arte, entre otros. Todo irá bien, hasta que el citado personaje tenga un problema que ponga en aprietos al patrocinador.

6 min. lectura

Publicado: 08/03/2016 21:00

María Sharapova posa con el Porsche 918 Hybrid en la fiesta previa a Wimbledon en Porsche (junio de 2014)

Los aficionados al tenis han recibido una mala noticia hoy. Una de las figuras del deporte, Maria Sharapova, ha reconocido que no pasó un control antidopaje durante el pasado Open de Australia. Llevaba usando 10 años una sustancia que este año pasó a estar prohibida, el Meldonium.

Antes del 1 de enero esto no habría supuesto ningún problema, y no es una sustancia dopante como tal, la tomaba por motivos de salud. Podemos analizarlo como un simple despiste, pero que ha tenido consecuencias deportivas, y también extradeportivas. Porsche ha hecho como Nike y TAG Heuer, le han retirado su patrocinio.

Sharapova y Porsche estaban unidos desde 2013

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Los patrocinadores cada vez son más reacios a que los patrocinados les den dolores de cabeza. Y apenas faltaba mes y medio para que venciese el acuerdo que ligaba a la tenista y la marca alemana, pues se firmó en abril de 2013 por un periodo de tres años. ¿Ha sido excesiva la reacción de Porsche? Tal vez.

Rafa Nadal lleva años siendo la imagen de Kia, un ejemplo de patrocinio positivo

El último problema mediático que ha tenido la marca -y no es baladí- ocurrió en Estados Unidos. Los motores 3.0 V6 Clean Diesel del Porsche Cayenne acabaron en el saco de los motores fraudulentos que engañaron a la EPA, como efecto colateral de usar motores de origen Audi, y por ende, del Grupo Volkswagen.

Un patrocinio es un arma de doble filo. Pongamos un ejemplo positivo, Rafa Nadal. El tenista mallorquín es -a día de hoy- un ejemplo de buen deportista, honesto, relativamente sencillo, que sigue fiel a la misma marca que lleva años creyendo en él, Kia. Seguramente otras marcas podrían pagarle más, pero sigue fiel a Kia, y es muy respetable por su parte.

En el caso contrario, tenemos el patrocinio de Audi a los equipos Real Madrid y FC Barcelona. En los últimos años hemos tenido varios casos muy sonados, el último fue el de James Rodríguez huyendo en su Audi R8 de un Opel Astra camuflado de la Policía Nacional, que le sorprendió circulando a velocidades fuera de la ley. Pobrecito, pensaban que iban a secuestrarle falsos policías.

Para la marca Audi, a veces los patrocinados les suponen un impacto negativo en imagen, pero siguen año tras año

Los patrocinios seguro que tienen una serie de condiciones legales para que la marca en cuestión no se pille los dedos si el patrocinado le sale rana. Pero, ¿por qué usar a personajes mediáticos? Estamos hablando de deportistas, actores... ¿No sería mejor imagen Eduard Punset, Jordi Hurtado o Javier Marías?

Puede que sí, en términos de valores o seriedad, pero comercialmente no es lo mismo. Prefieren rostros que venden, sobre todo cuando el producto en cuestión se asocia a ellos. Es gente que está rodeada de un aura positiva: tiene dinero, éxito, fama, etc. Y hasta el más iletrado de los habitantes ha oído sus nombres.

Seguramente Maria Sharapova, James Rodríguez o Iker Casillas seguirán llegando a fin de mes sin los patrocinadores que tienen. Hay otros deportistas que no gozan de tanta suerte, y o les apoya alguien, o compiten prácticamente a costa de su bolsillo. Nadie dijo que la vida fuese justa.

Jude Law es la nueva imagen de Lexus

Puede que la reacción de Porsche haya sido exagerada. Sí, Sharapova ha usado una sustancia dopante, durante un par de meses. La década que lleva tomando ese medicamento no había sido un problema en los análisis, porque era una sustancia autorizada.

El deporte de élite tiene el problema de que hay una lista enorme de sustancias que pueden usarse como ventaja injusta contra sus rivales, o que pueden haberse tomado sin darse ni cuenta ni con fines deshonestos. Fue el caso de Alberto Contador, un ciclista que no necesita muchas presentaciones, por comerse un filete que venía con "sorpresa" (clembuterol). Bueno, esa es su versión.

Si Sharapova se dopó, conscientemente, para ir por delante de otras tenistas, sería un comportamiento reprobable. En esta ocasión creo, honestamente, que no se trata de lo mismo, y que no hay que crucificarla por ello. Pero por parte de Porsche, se puede hasta entender. Como que la central, Volkswagen, no tiene ya suficientes problemas, como para que le salpique esto también.

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