Carlos Tavares se enfrenta a Italia, se involucra en los coches eléctricos o se va a Marruecos, las claves de un desentendimiento total
Por donde pasa Carlos Tavares deja huella y de las imborrables. El portugués, que ya ha avisado a España de que necesita contribuir a la planta de baterías de Zaragoza, ahora ha hecho lo mismo en Italia. El aviso es serio, Marruecos está en una posición preferente si no llegan inversiones.
Marruecos está otra vez en el punto de mira de Stellantis, y esta vez el país alauita tiene mucho que ganar a la vista de la situación en la que se encuentra la industria y, más especialmente, las enquistadas relaciones del gigante franco-italiano con España e Italia. Hace unos días que Carlos Tavares se dirigió al gobierno español pidiendo su contribución para la construcción de una Gigafactoría de baterías para coches eléctricos en los alrededores de Figueruelas, en Zaragoza.
El movimiento del portugués no ha sido una sorpresa, quiere lo mismo que Volkswagen consiguió en la última etapa de Herbert Diess, que firmó un desembolso multimillonario para la fábrica de baterías de Sagunto. Por ahora, no se ha pronunciado el gobierno, pero sí ha tenido respuesta en Italia, al que ha reprochado la falta de ayudas a la compra de modelos de cero emisiones, además de dirigirse a los proveedores nacionales apuntando a «la necesidad de encontrar fórmulas creativas» para reducir el coste de los coches eléctricos.
Italia se enzarza con Stellantis por los coches eléctricos
En un principio, no revestiría mayor importancia si no fuera por el hecho de que Tavares incluyó en esa misiva unas líneas poniendo a Marruecos en una posición preferente, «un país con unas condiciones magníficas para invertir». La reacción de Meloni no se ha hecho esperar, apuntando que «Defendemos nuestros intereses nacionales y queremos establecer una relación equilibrada con Stellantis para defender la producción en Italia. Si se quiere vender un automóvil internacionalmente comercializándolo como una joya italiana, entonces ese automóvil debe fabricarse en Italia».
Tavares ha respondido a la yugular del gobierno, al que ha acusado de evitar asumir la responsabilidad de que si no se otorgan subsidios para la compra de vehículos eléctricos, se pone en riesgo la economía italiana. Y es que uno de los grandes problemas para el gobierno es que el futuro de las plantas de Mirafiori -donde se produce el Fiat 500 eléctrico- y la de Pomigliano d'Arco penden de un hilo.
Italia no está en el capital de Stellantis, Francia sí pero no manda
El gobierno de Meloni, que quiere que Stellantis produzca un millón de coches en Italia al año, acusa al gigante de pedir pese a no estar en el capital como sí lo está el gobierno galo, a lo que el portugués resta importancia, señalando que estos no mandan, poniendo de ejemplo la producción del nuevo Citroën C3 eléctrico que se fabrica en Eslovaquia, negándose a hacerlo en Francia. La pelea está más que servida, mientras Marruecos espera con los brazos abiertos.