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Coches RarunosEl Talbot Horizon que conoció a Carroll Shelby

¿Es posible que un Talbot Horizon sea más rápido que muchos de los muscle car V8 de la época? La mano de Carroll Shelby lo hizo posible al otro lado del charco, donde este sencillo y discreto compacto era comercializado por Chrysler.

El Talbot Horizon que conoció a Carroll Shelby

14 min. lectura

Publicado: 22/08/2015 09:00

Fue aviador en la Segunda Guerra Mundial y un exitoso piloto de carreras, pero Carroll Shelby pasó a la historia por una actividad con mucha menos adrenalina: es uno de los diseñadores de automóviles más conocidos de todo el mundo. Sus andanzas en el mundo de la competición le incitaron a adentrarse en la construcción de coches deportivos.

El estadounidense fue el creador del icónico deportivo Shelby Cobra, un brutal roadster capaz de impresionar a cualquiera tanto en la carretera como en los circuitos. Lee Iaccoca, presidente de Ford por aquella época, puso los ojos en él para llevar a la victoria los Ford GT40 en las 24 Horas de Le Mans -algo que consiguió de forma brillante-.

La línea Shelby de los Ford Mustang fue uno de los frutos más significativos, distinguiendo a las versiones más agresivas del muscle car norteamericano. Su trabajo no sólo se limitó a Ford y a lo largo de su carrera como diseñador Carroll Shelby realizó modelos deportivos para el Big Three, es decir, los tres grandes grupos automovilísticos de Estados Unidos: Ford, General Motors y Chrysler.

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Carroll Shelby con el modelo que batió a numerosos deportivos americanos con motor V8

El otro gran protagonista de esta historia de Coches Rarunos parece que tiene poco que ver con deportivos. Se trata del Talbot Horizon, un coche compacto asequible de raíces francesas que fue muy popular en España en las décadas de 1970 y 1980. Pero ¿qué tiene que ver el Horizon con Shelby?

Vayamos paso a paso. Fue Simca quien desarrolló este vehículo y la marca francesa pertenecía por aquel entonces a la división europea del gigante norteamericano Chrysler, que vio con buenos ojos comercializarlo a ambos lados del charco: fue el primer coche global, un concepto que está muy de moda en la actualidad.

Así, en diciembre de 1977 lanzó el Horizon que se vendió bajo la marca Simca en Francia y Chrysler en el resto de mercados europeos. En Estados Unidos llegó con las denominaciones Plymouth Horizon y Dodge Omni, lanzándose al mismo tiempo que en los mercados europeos. Hizo historia nada más nacer porque fue el primer coche de tracción delantera de Chrysler.

Al borde de la quiebra

Por aquel entonces Chrysler estaba coqueteando con la bancarrota y para obtener financiación acabó vendiendo su división europea al Grupo PSA (Peugeot - Citroën) en 1978. Unos meses después PSA tomó la decisión de cambiar la marca bajo la que se comercializaba el Horizon para resucitar el nombre de la histórica Talbot.

La popularidad del modelo creció rápidamente en el Viejo Continente y fue nombrado Coche del Año en Europa en 1979. En lo que respecta a nuestro país el Talbot Horizon se hizo con el galardón de Coche del Año en España en 1981 y se fabricaba en la planta madrileña de Villaverde, algo que puede explicar parte de su éxito aquí.

El compacto de Talbot se vendía con una gama de sencillos motores de gasolina que desarrollaban una potencia entre 45 y 90 CV, junto con un indestructible motor diésel atmosférico 1.9D de 65 CV. Las prestaciones eran más que discretas si bien la fiabilidad era su punto fuerte.

El Plymouth Horizon se distinguía rápidamente por su parrilla de estilo americano

En Estados Unidos el Horizon seguía bajo la tutela de Chrysler y, por supuesto, no hubo versión de gasóleo. Los propulsores de gasolina también eran diferentes a los europeos pero eso no significaba que fueran mucho más potentes: el tope de gama era un motor de gasolina atmosférico de 2,2 litros que entregaba la poco impresionante cifra de 93 CV.

El éxito del Horizon salvó a Chrysler de una bancarrota inminente

Las ventas del compacto de Plymouth y Dodge fueron realmente bien en el mercado americano hasta el punto de que este modelo ayudó de manera notable a Chrysler a salir de la bancarrota. Ya te adelanto que se vendieron nada menos que 961.508 Horizon y Omni en Estados Unidos en los 12 años que estuvo presente en los concesionarios estadounidenses. Por este motivo el Horizon tiene el honor de ser el primer coche norteamericano de tracción delantera en venderse en un gran volumen.

Los dirigentes de Chrysler querían aprovechar el tirón de este coche y se les ocurrió la fórmula mil veces usada pero siempre efectiva: ofrecer una versión deportiva para incrementar la popularidad del modelo y, con ello, sus ventas. La idea no era nada nuevo pero sí la forma de llevarla a cabo.

Las versiones deportivas de los coches modestos en los años 80 normalmente se limitaban a ofrecer ligeras mejoras mecánicas para rascar algún CV adicional, colocar un obligado spoiler trasero y poco más. No fue así con el Talbot Horizon o, mejor dicho, con su gemelo americano Dodge Omni. Su variante deportiva tenía que ser deportiva de verdad.

La publicidad del Dodge Omni hacía hincapié en su versatilidad

De Ford a Chrysler

Durante la crisis de Chrysler la compañía cambió de manos poniéndose al frente Lee Iacocca, expresidente de Ford. Sí, el mismo Iacocca del que hablábamos en los primeros párrafos y que había asociado a Carroll Shelby con Ford. El mismo Iacocca que ahora lograba convencer al diseñador de abandonar Ford para trabajar en Chrysler.

Shelby se puso manos a la obra con la versión deportiva del Dodge Omni utilizando el motor 2.2 de serie al que le añadió un turbo Garrett que elevaba la potencia hasta los 148 CV. Esta solución la había empleado anteriormente en su primer encargo con la Chrysler del que surgió el Dodge Shelby Charger.

Esta versión iba a llevar el nombre de Dodge Omni Coyote, un apellido que no era del gusto de Shelby. El diseñador logró que el nombre comercial final con el que llegó al mercado americano en 1984 fuera el de Dodge Omni GLH, una alternativa con un toque de humor ya que GLH abrevia la expresión ‘Goes Like Hell’ la cual viene a significar que corre que se las pela si me permites la traducción libre.

Dodge Omni GLH, discreto pero potente

Hoy en día 148 CV pueden parecer poca cosa pero, para establecer una referencia, el gran compacto deportivo del momento en Europa era el Volkswagen Golf GTI de segunda generación que sólo tenía 112 CV. Este Horizon le sacaba los colores al Golf GTI gracias a haber aumentando su potencia un 50% respecto a la versión existente.

Además, el GLH (también llamado GLH-T o GLH Turbo) ofrecía unas prestaciones más que interesantes si tenemos en cuenta que pesaba menos de 1.000 kg. También se había introducido algunos ajustes que mejoraban su comportamiento como unos discos de freno ventilados en el eje delantero, una suspensión más firme, una dirección más directa y grandes neumáticos Goodyear en medida 195/50 HR-15.

Este lobo con piel de cordero de Dodge ofrecía unas cualidades dinámicas muy destacables especialmente en cambios de dirección y curvas rápidas. La revista Car & Driver señaló en la prueba de este modelo que no había probado ningún otro coche con tanto agarre en curva como aquél.

La prestigiosa publicación Car & Driver dio fe de las prestaciones del Dodge Omni GLH Turbo

Dodge Omni GLHS, la respuesta definitiva

Carroll Shelby quiso volver a fabricar sus propios coches y creo Shelby Automobiles. Se llevó 500 unidades del Dodge Omni GLH a su nueva fábrica de Whittier (California) con el objetivo de subir la apuesta. Allí modificó el GLH para dar lugar al Dodge Omni GLHS que llegó al mercado en la primavera de 1986 a través de algunos concesionarios Dodge seleccionados.

Al parecer, GLHS son las siglas de la expresión ‘Goes Like Hell Some more’ que avisa de que corre que se las pela aún más. Otras fuentes dicen que esa ‘S’ viene de simplemente de la inicial Shelby. El origen de la ‘S’ añadida a su denominación nunca ha quedado claro así que puedes elegir.

El Omni GLHS se comercializó en forma de edición limitada a sólo 500 unidades. Su aspecto era más deportivo que nunca gracias a un faldón delantero, taloneras con la palabra Shelby en color plata y la inscripción GLHS en el pilar C. En la parte superior del parabrisas un adhesivo con el apellido Shelby lucía orgulloso para no dejar lugar a dudas de su origen. Todas las unidades tenían su carrocería pintada de color negro.

El logotipo 'Intercooled' en el portón señala uno de los elementos diferenciales del Omni GLHS

El habitáculo también recibió notables mejoras entre las que se encontraban unos asientos envolventes de tipo backet, un volante deportivo forrado en piel y el pomo de la palanca de cambios firmado por el especialista Momo. El nuevo velocímetro tarado hasta las 135 mph -casi 220 km/h- avisaba de las intenciones y no faltaba una placa que identificaba el número de unidad dentro de la serie especial.

En cuanto a la mecánica, el Omni GLHS recurría al mismo motor 2.2 Trbo del GLH pero con un turbo más grande, una presión de sobrealimentación superior, un nuevo intercooler, una evolución en la gestión del motor y colectores de escape modificados, entre otros cambios. La potencia final obtenida fue de 177 CV.

Para llevar ese potencial al suelo el conjunto también disfrutaba de unas llantas de 15 pulgadas calzadas con neumáticos Goodyear de altas prestaciones en una enorme medida para la época de 205/50 R15. Este Horizon supervitaminado también disfrutaba de una suspensión con muelles más duros y amortiguadores Koni regulables que fue tachada de demasiado incómoda.

Muchos deportivos de la época como el Chevrolet Camaro Z28, el Pontiac Firebird o el Ford Mustang quedaban por detrás del GLHS en cuanto a prestaciones: este compacto de tracción delantera era más rápido que todos ellos ¡aunque equipasen sus respectivos motores V8! Aceleraba de 0 a 60 mph (0-98 km/h) en 6,7 segundos y muchas unidades se emplearon en las populares competiciones de cuarto de milla donde era capaz de recorrer la distancia en 14,7 segundos.

Pese a sus impresionantes registros, de manera opcional se ofrecía el denominado Mopar Performance Stage II Computer que aumentaba los valores de sobrealimentación del turbo para extraer más potencia de la mecánica de cuatro cilindros. De la mano de Carroll Shelby este sencillo compacto lograba entregar 208 CV para dejar a cualquiera con la boca abierta.

Imágenes: Chrysler, That Hartford Guy, Greg Gjerdingen

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