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Tuve un coche de GNC, lo vendí y ahora estoy replanteándome recuperarlo: estos son mis motivos

Los vehículos impulsados a Gas Natural Comprimido son una minoría en el mercado español. Sin embargo, esta tecnología no está del todo muerta y sigue ofreciendo un coste por uso realmente bajo. Esta es mi experiencia con un coche de GNC.

Tuve un coche de GNC, lo vendí y ahora estoy replanteándome recuperarlo: estos son mis motivos
Esta es mi experiencia con un coche de GNC y por qué quiero recuperarlo.

9 min. lectura

Publicado: 23/04/2024 16:00

El panorama en el mercado automovilístico ha cambiado mucho en la última década. De ver cómo los diésel era el combustible protagonista por entonces, hemos presenciado su caída en picado, el ascenso imparable de la electrificación y la presencia de diferentes opciones bifuel que, no a la vista de todos, siempre han resultado realmente atractivas.

Me refiero con esto último a los vehículos capaces de impulsarse gracias al gas, del que hay dos tecnologías principales para los turismos: el GLP, o Gas Licuado de Petroleo, y el GNC, o Gas Natural Comprimido. En ambos casos, se emplea un motor de gasolina de base que es capaz de funcionar tanto con este combustible como con uno de estos gases.

Mientras que el GLP sigue siendo una opción recurrente en las gamas de ciertas marcas, como por ejemplo Renault o Dacia, el GNC parece condenado desde hace unos años. Sobre todo, desde que el Grupo Volkswagen decidiese abandonar su desarrollo al principio de la presente década.

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Sin embargo, en un movimiento inesperado, una de sus marcas, Skoda, decidió seguir ofreciendo el Octavia con esta opción GNC que aporta, entre otras cosas, el distintivo medioambiental ECO de la DGT.

SEAT apostó fuerte hace unos años por la tecnología TGI de Gas Natural Comprimido.

Mi experiencia con un SEAT León TGI

Una de las grandes ventajas que trae consigo la tecnología del Gas Natural Comprimido, aparte de la etiqueta ECO antes mencionada, es su bajo coste de uso por kilómetro. Todo ello depende del precio del carburante, sí, pero en la época donde este estaba estabilizado en torno al euro por kg, podía recorrer entre 350 y 400 kilómetros por apenas 15 euros.

Solo el coche eléctrico, cargando las baterías en casa con las tarifas nocturnas favorables, lograban sacar ventaja a los coches GNC. Haz cuentas: con un coche gasolina actual que consuma, como poco, unos 6 litros a los 100 kilómetros, estarás pagando como poco 40 euros por hacer esos 400 kilómetros.

Y así es como pude disfrutar de un SEAT León TGI durante unos pocos años, en plena pandemia, hasta el momento que, por motivos personales y lamentándolo mucho, tuve que desprenderme de él. Los usuarios del GNC como yo, eso sí, vivimos unos meses de auténtico pánico cuando se desató la guerra en Ucrania, ya que se vivió una crisis del gas natural a nivel mundial sin precedentes.

Así subió el precio del GNC a raíz de la guerra en Ucrania a principios del 2022.

De una semana para otra, pasamos de pagar 1 euro el kg de GNC (aproximadamente) a hacerlo a 2,2 euros/kg en casi cualquier gasinera. El Gobierno limitó el precio del gas por decreto para su uso en casas y calefacciones, pero no en el transporte. El máximo histórico del GNC en España alcanzó un pico de 3,2 euros el kg, momento en el cual ya nos compensaba movernos en modo gasolina.

Esta situación, afortunadamente, duró 'poco tiempo', ya que los altos precios también de la gasolina hacían del GNC una opción más económica durante aquellos meses de locura en el 2022. Ahora el precio vuelve a estar estabilizado, aunque nunca se volverán a ver los precios previos a la pandemia, que estuvieron durante muchos años por debajo del euro el kilogramo de gas.

El GNC sigue siendo una opción interesante

Ya por entonces, era un tema manido la poca oferta de modelos de GNC y, en consonancia, la escasa infraestructura de recarga en España, sobre todo cuando nos alejábamos de los grandes núcleos de Madrid y Barcelona.

Esquema mecánico de un coche GNC, en concreto un SEAT León TGI.

El GLP tiene también unos precios atractivos, actualmente a una media de 0,951 euros el litro, si bien el uso por kilómetro es superior al del GNC. Los puntos de repostaje son muchos más y están presentes en gran parte de las gasolineras principales de nuestra red viaria.

A 23 de abril de 2024, el precio medio del Gas Natural Comprimido es de 1,147 euros el kg, y eso siguen haciendo de los vehículos GNC una atractiva opción para seguir moviéndose a un coste por kilómetro muy bajo. La infraestructura sigue siendo reducida, sí: en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, solo hay 36 gasineras.

Si vives cerca de una de ellas y no viajas con mucha frecuencia en largos recorridos, la opción de tener un coche GNC en casa sigue siendo una buena opción, hasta el punto que estoy replanteándome recuperar un modelo de segunda mano con esta tecnología, ya que sus ventajas siguen estando muy presentes, con el precio de los carburantes subiendo además en este inicio de 2024.

Los coches GNC tienen una boquilla extra para introducir el gas a presión junto a la convencional de gasolina.

La opinión del redactor

La oferta, a mi modo de ver, sigue siendo atractiva y variada: hay muchos modelos SEAT en el mercado de usados, como el León, el Ibiza o el Arona en clave SUV. En Skoda, por ejemplo, sigue estando disponible como opción nueva el Octavia, incluida la carrocería familiar. Además, los precios no difieren mucho respecto a sus equivalentes de combustión (son un poco más caros, eso sí).

Déjame darte tres apuntes importantes antes de terminar: los últimos modelos del Grupo VW con la tecnología GNC venían con un depósito de gasolina muy pequeño, dando prioridad al gas. Quizás te pueda interesar recurrir a modelos un poco más 'viejos' en los que el depósito de gasolina grande permanecía intacto, como hice yo en el 2020.

Infórmate bien sobre esto, ya que con un depósito de gasolina tan pequeño, apenas podías cubrir unos 100 kilómetros, lo que te hacía depender prácticamente en su totalidad de una estación de repostaje de GNC.

Si ya tienes uno o vas a comprarlo, ten en cuenta que, antes de la primera ITV, se debe pedir a la marca un certificado que haga constar que los depósitos de gas son los originales. Cuesta entre 20 y 80 euros y te vale para toda la vida útil del vehículo. Si compras uno usado, pregunta por este certificado si tiene más de cuatro años.

Además, se necesita otro certificado expedido por una empresa homologada que diga que los depósitos están en buen estado. Cuesta unos 120 euros y caduca a los 4 años: infórmate y ponte en contacto con una empresa homologada, como por ejemplo SGS, para realizar todos estos trámites, ya que deberás presentarlos en la estación ITV.

Por último, te cuento algo que me pasó cuando inicié el proceso de venta del coche: muchas empresas de compraventa no ven atractivos este tipo de vehículos, incluso algunas rechazan su compra. Los motivos son los antes expuestos, alegando además que su demanda es muy baja. A mí, personalmente, me sigue pareciendo una opción muy atractiva.

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