Prueba Audi Q4 e-tron, el eléctrico de masas de los cuatro aros
La tecnología eléctrica continua su imparable camino. Estamos viviendo un momento de constantes lanzamientos y en este momento se produce el último de ellos. El Audi Q4 e-tron ya se encuentra entre nosotros, y yo he tenido el privilegio de probarlo.
Audi quiere convertirse en la marca de referencia de los eléctricos premium. Su flota crece de paulatinamente cada mes, y eso que solo estamos al principio de la era eléctrica. El último modelo 100% eléctrico de la casa es el Audi Q4 e-tron, y su correspondiente versión coupé, el Audi Q4 Sportback e-tron. Un crossover de aspecto elegante que llega con la vitola de ser el modelo a pilas más económico de la marca. Un producto que he tenido el privilegio de ser de los primeros en catar.
Huelga decir que Audi forma parte del Grupo Volkswagen. Eso ya lo sabe todo el mundo, lo que igual no todos saben es que el Q4 e-tron puede ser considerado como el primo hermano del Volkswagen ID.4 y el Skoda Enyaq iV. Los tres forman un tridente eléctrico basados en la misma plataforma, la arquitectura MEB. Aunque la vista diga lo contrario, los este trio eléctrico es en realidad el mismo coche, pero con carcasas diferentes, y al menos en este caso con un mayor toque de calidad.
No hace falta mucho detenerse ante el e-tron para darse cuenta que estamos ante un producto de los cuatro aros. Los de Ingolstadt han aplicado su particular filosofía de diseño a este su eléctrico más económico. La parrilla singleframe cerrada recibe casi todo el protagonismo de la delantera, quedando completada perimetralmente por otros elementos como los faros con tecnología Full LED de serie, o la gran rejilla inferior.
Se puede decir que el Audi Q4 e-tron es un coche vistosamente muy poderoso. Sus formas recuerdan mucho a otros modelos de la casa como el Audi Q3, el Audi e-tron y el Audi Q5. Al igual que estos el Q4 cuenta con dos carrocerías diferentes; una versión que podríamos tachar normal y otra coupé con el apellido Sportback. Ya sabes, ese nombre que en Audi emplean para denominar a los coupés o a las versiones de cinco puertas en función de qué línea y qué modelo se trate.
Estos detalles particulares no son posible tenerlos en los modelos de Volkswagen o Skoda. Los generalistas de la casa tampoco pueden acceder al nivel de detalle que ofrece el habitáculo del Audi Q4 e-tron. Una vez más de puertas para dentro el D-SUV eléctrico se desmarca de sus hermanos con un interior diferente, y mejor en todos los sentidos, no solo en lo que a calidad de acabados se refiere.
La sensación que transmiten los Audi Q4 e-tron y Audi Q4 Sportback e-tron es significativamente mejor gracias a materiales de mayor calidad. Superficies blandas que elevan la sensación de calidad percibida por parte de los ocupantes. Estas se completan con tecnologías de última generación y no tan última generación. Los eléctricos se sitúan a la vanguardia de la técnica y la tecnología. Y pesar de ello Audi ha decidido montar elementos clásicos como un climatizador sencillo y analógico fuera del sistema de infoentretenimiento.
Parece mentira que tengamos que estar diciendo esto a estas alturas de la vida, pero la tecnología en los coches tiene que ayudar, no ser motivo de despistes o situaciones de peligro. El simple hecho de poner un módulo de climatización es un punto a favor de los alemanes. Pero no solo eso es mejor que un ID.4 o un Enyaq iV. El Q4 e-tron ofrece un cuadro de instrumentos digital mucho mejor presentado. Con una pantalla más grande y una personalización mayor, aunque teniendo en cuenta que las otras no tienen nada a su favor, poco había que hacer para que fueran mejores.
Un panel de 10,25 pulgadas que como ya viene siendo habitual puede cambiar su diseño a gusto del conductor y también alterar la forma en la que se muestra toda la información que es capaz de enseñar. La otra gran pantalla del habitáculo la vemos justo al lado del volante, en una posición elevada para mejorar el manejo y la visibilidad. Opta por dos tamaños diferentes: 10,1 pulgadas para los acabados de acceso y hasta 11,6 pulgadas para los niveles superiores con paquete MMI Plus o Pro.
Como ya es habitual, desde este panel se muestran todos los detalles relacionados con el equipo de sonido, la navegación y los modos de conducción, además de mostrar información detallada sobre el estado del vehículo, la carga de la batería, el consumo y mucho más. En la zona de transición entre la consola y el túnel central se observa una zona con el cambio automático Shift-by-Wire, el botón de arranque y el mando satélite del equipo de sonido, además de los intermitentes de emergencia y el botón del ESC.
Para completar el apartado tecnológico, caben mencionar algunas chucherías más, que como ya es costumbre en la casa, se entregan en los niveles más caros o a la hora de escoger los nada económicos opcionales. Destacan: faros matriciales, asientos delanteros eléctricos, portón eléctrico, acceso y arranque sin llave, mando fónico, conectividad para dispositivos móviles, techo panorámico, cámara de aparcamiento, y un completo equipo de asistentes a la conducción con capacidad autónoma de nivel 2.
Por sus dimensiones los Q4 e-tron y Q4 Sportback e-tron se ubican dentro del segmento D-SUV: 4,59 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,63 metros de alto. A esas cotas hay que añadir una distancia entre ejes de 2,76 metros. Una batalla muy generosa que se disfruta en una espaciosa segunda fila de asientos donde incluso tres pasajeros pueden viajar con ciertas comodidades. Un suelo prácticamente plano oculta el grueso de las baterías. Una zona de climatización propia y dos tomas USB tipo C entregan los detalles de confort para los pasajeros traseros.
En lo que a capacidad de maletero se refiere, el Audi Q4 e-tron opta por un solo baúl en la parte trasera a diferencia de otros eléctricos que también son capaces de ofrecer un maletero delantero. 520 litros de capacidad mínima y 1.490 litros de volumen máximo. Curiosamente el Audi Q4 Sportback e-tron mejora esos datos con 535 litros de capacidad mínima y 1.460 litros de capacidad máxima. En ambos, bajo el doble fondo se esconde un práctico espacio donde dejar los cables de carga, que llega de serie en todos los acabados.
Ese cable será necesario cada vez que queramos recuperar la vida de la batería. La oferta mecánica del Q4 e-tron, y del Q4 Sportback e-tron gira en torno a tres escalones de rendimiento. En un primer peldaño encontramos la variante 35 e-tron. Consta de una batería de iones de litio de 52 kWh de capacidad real y un motor eléctrico trasero con 170 caballos de potencia y 310 Nm de par motor. Según datos homologados consume una media de 17,1 kWh/100 kilómetros y su autonomía en ciclo WLTP es de 340 kilómetros.
De ahí saltamos al 40 e-tron. En este caso se monta la batería más grande de todas con 77 kWh de capacidad real. Se añade un solo motor eléctrico, una vez más sobre el eje posterior, que entrega 204 caballos y 310 Nm de par motor. El consumo estimado en homologación es de 17,3 kWh por cada 100 kilómetros recorridos y su autonomía eléctrica en ciclo WLTP se extiende hasta los 519 kilómetros. Es la variante de mayor rango, pero no la más cara de todas.
35 e-tron | 40 e-tron | 50 e-tron quattro | |
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Batería neta | 52 kW | 77 kW | 77 kW |
Potencia máxima | 170 CV | 204 CV | 299 CV |
Par máximo | 310 Nm | 310 Nm | 460 Nm |
Potencia recarga máxima C.C | 100 kW | 125 kW | 125 kW |
Potencia recarga máxima C.A | 11 kW | 11 kW | 11 kW |
Tracción | Trasera | Trasera | Total |
Consumo (WLTP) | 17,1 kWh/100 Km | 17,3 kWh/100 Km | 18 kWh/100 Km |
Autonómia (WLTP) | 340 Km | 519 Km | 488 Km |
Ese honor le corresponde a la versión 50 e-tron quattro. Como ya puedes imaginar cuenta con un sistema de tracción total generado por dos motores eléctricos, uno sobre cada eje, alimentados ambos por la pila de 77 kWh de capacidad. Desprende una potencia máxima de 299 caballos con un par motor máximo de 460 Nm. Esta versión más centrada en las prestaciones entrega los peores datos de consumo y autonomía, con 17,9 kWh/100 kilómetros y 488 kilómetros de rango, respectivamente.
La gama mecánica es la misma que podemos ver en sus primos hermanos, el ID.4 y el Enyaq iV. Los tres ofrecen las mismas características, aunque como era de esperar el Audi lo hace con precios sensiblemente más altos. El precio de salida del Audi Q4 e-tron es de 44.460 euros, sin ofertas o promociones. Ese valor se encuentra en la zona admitida por el plan MOVES3, por lo que tiene acceso a un suculento descuento por parte del estado. El Audi Q4 e-tron Sportback eleva la cuantía mínima hasta los 46.560 euros, sin ofertas, promociones o planes de incentivo a los que también tiene derecho.
Prueba Audi Q4 e-tron
He de reconocer que el Q4 e-tron no solo me gusta más que sus primos eléctricos en materia de diseño, calidad y tecnología, también creo que es mejor en calidad de rodadura y confort de marcha. Ayuda mucho el hecho de contar con elementos como el doble acristalamiento delantero y una capa de aislamiento más gruesa. Realmente es todo lo que se puede esperar de un Audi, y de un eléctrico.
Durante la presentación he tenido ocasión de probar la versión 40 e-tron y 50 e-tron quattro. Ni que decir tiene que la más lógica y sensata es la que ofrece menos potencia, pero con mayor autonomía. La versión más potente no anda corta de capacidades eléctricas, pero creo que su mayor consumo y su elevado precio no tienen mucho sentido. Muchas versiones del Q4 40 e-tron pueden acogerse al Plan MOVES III, y eso supone una ventaja operativa considerable.
Además, de eso, en lo que a prestaciones se refiere, va más que sobrado. 204 caballos y 310 Nm te permiten hacer todo lo que necesites y más. La respuesta no es tan agresiva como en un e-tron o en un Audi e-tron GT. En este caso la descarga de potencia se ha configurado para ser más respetuosa con la autonomía, pero aun así sigue ofreciendo un nivel de prestaciones muy elevado y más que suficiente incluso a carga completa.
Cuando circulamos con el coche cargado a tope los pesos se disparan por encima de las dos toneladas de peso. Como mínimo el Q4 e-tron ronda los 1.900 kilogramos, si sumamos equipamiento, equipaje y pasajeros, hablamos de mucha masa en total. El coche puede con ello, lo que no estoy tan seguro es que pueda pararse tan fácilmente. Al igual que me quejé con el ID.4 y el Enyaq, el Q4 monta discos de tambor en las ruedas traseras. Y una vez más me quejo.
Los defensores a ultranza de los eléctricos dirán que son más que suficientes. Que es por motivos de eficiencia y ahorro. Pues yo hablo en aras de la seguridad, y si los discos de acero sustituyeron a los de tambor será por algo. En caso de emergencia lo más recomendable es contar con lo más seguro, y en mi caso prefiero perder 2 kilómetros de autonomía a tener algún contratiempo. Y de ahí no me voy a bajar.
Dejando a un lado eso, la conducción del Q4 e-tron se realiza con absoluta normalidad. La entrega de potencia es contundente en todo el rango de velocidades y para poder jugar un poco con esas prestaciones Audi nos propone varios modos de conducción: Efficiency, Confort, Auto, Sport e Individual. Las diferencias entre uno y otro no son excesivamente notables, por lo que lo más óptimo es circular siempre en el modo más ahorrador por defecto.
Los fatos matriciales de LED permiten variar la configuración de la firma lumínica mediante el sistema multimedia
No solo podemos jugar con el carácter del coche, también con la forma de frenada y regeneración. Mediante las levas adjuntas al volante podemos ampliar o reducir la retención del freno motor. La palanca de cambios también ofrece un modo B que incrementa la frenada regenerativa. Con ese modo activado la deceleración al levantar el pie es considerable, y con el espacio suficiente casi es capaz de llegar a detenerse por completo, aunque lo normal será ayudar al coche con pequeños toques al pedal del freno.
Todo se ha dispuesto para conseguir estirar la vida de la pila al máximo. La aerodinámica también se trabajado y gracias a ello cuenta con apéndices específicos para conducir el flujo de aire hacia las zonas que más interesan. Fondo plano, Air Curtain, espejos con forma específica, llantas carenadas, parrilla tapada y aerodinámica activa son algunas soluciones que consiguen unos 40 kilómetros de autonomía extra.
Ya que hablo de rango de uso, durante esta presentación no ha dado lugar a medir los consumos reales del Audi Q4 e-tron. Ni el ritmo ni el terreno han sido favorables a los intereses del consumo y el ahorro. Lo que sí he podido percibir es que los datos son muy sensibles al acelerador. A poco que pises un poco más la cifra media sube rápidamente, pero el efecto contrario no se produce con tanta alegría. Siento no poder decirte nada mejor, pero no he podido sacar unas conclusiones muy claras al respecto. En pruebas más extensas sí se podrá analizar al detalle.
En cuanto a capacidades de recarga se ofrecen dos niveles de potencia en corriente continua: 100 kW para la batería de 52 kWh y hasta 125 kW para la pila superior de 77 kWh. En corriente alterna todos ofrecen una potencia de recarga máxima de 11 kW. Eso nos deja con tiempos que oscilan entre los 38 minutos para pasar del 0 al 80$ en tomas rápidas y las siete horas y media en tomas de 11 kW para regenerar el 100% de la pila.
Conclusiones
Con todo lo anterior dicho es hora de sacar las primeras conclusiones de esta primera toma de contacto con el Audi Q4 e-tron. En lo que respecta a diseño, calidad, equipamiento, espacio, confort no te quepa duda que hablamos de un producto de los cuatro aros al 100%. Cumple todo lo que se espera de él, y es de lejos el mejor de ese tridente eléctrico que se ha sacado de la manga el Grupo Volkswagen. ¿Merece la pena pagar el extra de dinero? Pues yo diría que sí, son 7.500 euros más con respecto al ID.4 y poco más de 5.000 con respecto al Skoda.
Y en lo que se refiere a eléctrico, hay que tener en cuenta que este es el primero en Audi en considerarse como un modelo de volumen. Eso quiere decir que es un coche más funcional que pasional, que todo sea dicho de paso emociones levanta pocas. La mejor opción es el 40 e-tron, sin lugar a dudas. El más completo en prestaciones, consumos y eficiencia. Es la opción que yo compraría. El resto de la familia no se me antoja tan interesante, aunque seguro que tendrá su mercado.