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Prueba Mercedes CLA 200 d, la última bocanada de un diésel que compensa

Mercedes es una de las marcas más aspiracionales del mercado. Su estatus le sitúa en una órbita propia. Muchos son los conductores que quieren tener un coche de la estrella como el Mercedes CLA que hoy probamos.

Prueba Mercedes CLA 200 d, la última bocanada de un diésel que compensa

14 min. lectura

Publicado: 26/12/2023 18:00

A día de hoy cuesta encontrar coches diésel nuevos circulando por la calle. Incluso a nosotros nos cuesta encontrar unidades que probar, pero cuando lo conseguimos resulta plenamente satisfactorio comprobar que todavía hay opciones clásicas encima de la mesa. No todo tiene por qué ser eléctrico o híbrido. Los coches de combustión están condenados. Apenas les quedan unos años de vida, pero siguen siendo una excelente alternativa para aquellos que se pasen todo el día en el coche o, simplemente, para los que no estén decididos a dar el salto.

Sus medidas ya no corresponden al segmento C, pero sigue siendo la berlina más pequeña de Mercedes.

Sí que es cierto que cuesta encontrarlos, pero haberlos los hay. El Mercedes CLA 200 d es uno de ellos, una de las mejores alternativas todo sea dicho de paso. Tengo bien claro que Mercedes y BMW fabrican actualmente los mejores propulsores diésel del mercado. Los de la Bayerische Motoren Werke se han especializado en las unidades de seis cilindros, mientras que los de Stuttgart dominan el campo de los cuatro cilindros en línea. Con ellos consigues olvidarte del enchufe y cualquier otra solución. Sin embargo, hay que irse despidiendo de ellos.

Cuando Mercedes introdujo su gama de acceso la imagen de la compañía cambió por completo. Los alemanes abandonaron su enfoque clasista y envejecido y pasaron a ser una marca más juvenil y jovial con unidades que trajeron frescura. Primero fue el Mercedes Clase A y poco después llegó el modelo que hoy nos ocupa. El CLA se lanzó originalmente en 2012 y rápidamente se convirtió en un éxito de masas. Un coche que ha conquistado a miles de conductores en todo el mundo, sobre todo por su diseño.

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La segunda generación ha presentado recientemente un ligero lavado de cara, pero ha mantenido las claves que le han permitido triunfar desde el primer momento. Ya no se puede decir que es una berlina compacta, porque con 4,68 metros de largo deja atrás el segmento C para situarse apenas unos centímetros por debajo de su hermano mayor, el Mercedes Clase C. A diferencia de esta, el CLA muestra un aspecto más deportivo, siempre caracterizado por su línea coupé y equilibrada. Una línea que puede romperse con la compra del Mercedes CLA Shooting Brake. El más familiar de todos.

Obviamente el CLA Coupé no busca tanto contentar a las familias, pero ofrece mucho espacio en su interior, más del que uno pueda imaginar. Con 2,73 metros de distancia entre ejes, la amplitud en la segunda fila es generosa. Pasajeros de hasta 1,85 metros de estatura pueden ir cómodamente por espacio para las piernas y la cabeza. Superado ese tallo será difícil encontrar hueco para la cabeza, así que mejor que los pasajeros más altos se sitúen delante. Con 445 litros de capacidad tampoco se puede decir que el maletero sea enorme, pero gracias a sus formas rectangulares es muy aprovechable.

El espacio interior es bueno, pero la altura limita el cómodo acceso a personas mayores.

Lo mejor del habitáculo lo encontramos en la parte delantera. Mercedes conquistó el mercado con su sistema de doble panel corrido. Hoy las unidades más modernas de la casa lo han abandonado, pero en el CLA sigue estando presente con la misma buena imagen que siempre le ha caracterizado. Paneles de gran calidad y un tamaño de 10,25 pulgadas. De la instrumentación destaco su personalización y opciones de diseño. La mejor del mercado. Del sistema multimedia me quedo con la sencillez de uso, aunque Mercedes se ha deshecho del módulo central. Ahora sólo podemos gestionar con el dedo.

A pesar de emplear la plataforma más pequeña de la casa, la arquitectura MFA2, Mercedes es capaz de integrar mucha tecnología en esta compacta berlina coupé. Como ya es habitual en las marcas premium el equipamiento base es algo pobre. Hay que rascarse el bolsillo para incluir algunas tecnologías que, bajo mi punto de vista, deberían llegar de serie. Aún así hay que destacar los faros matriciales de LED, la cámara de aparcamiento de 360º, la conectividad inalámbrica para dispositivos móviles, el Head-Up Display, el techo solar y la numerosa cantidad de asistentes a la conducción.

Los colores demuestran que el CLA quiere acercarse a un público más juvenil y desenfadado.

La calidad ha sido uno de los temas más controvertidos en los últimos años de Mercedes. Los materiales ya no son los que eran. Se abandonan las maderas y su lugar lo ocupan superficies plásticas que abusan del negro lacado. El CLA Coupé lo expone en muchas partes de su interior, algo que no me gusta. Sí que es cierto que noto una mejor calidad en cuanto a ajustes, pero ese material parece estar diseñado con dos únicos propósitos, mancharse y rallarse. Lo peor de todo es que no se puede cambiar de ninguna de las maneras así que si te vas a comprar o ya lo has hecho, más vale que tengas cuidado para que te dure tan lustroso como el primer día.

Mercedes ya no entrega la misma calidad en sus coches, no si la comparamos con las grandes berlinas de la década de los 90, pero tampoco estamos hablando de los mismos coches. Gran parte del éxito del Mercedes CLA Coupé radica en su atractivo precio. Mucha gente puede acceder a un Mercedes, aunque las tarifas han subido últimamente ante el incremento de las facturas de producción y por la inflación de la zona euro. Tal es así que actualmente el CLA 200 d está disponible por un precio mínimo de 44.850 euros. En 2016 eran 10.000 euros menos. Así tuvo el éxito que tuvo.

El maletero es espacioso, aunque la boca de carga limita mucho la introducción de grandes objetos.

Al volante del Mercedes CLA 200 d

La unidad más barata de la familia es el CLA 200 Coupé con motor de gasolina, apenas 2.000 euros menos. Sinceramente, lo he dicho siempre, no merece la pena ahorrarse ese dinero. La elección más acertada es el diésel. Bajo el capó se instala uno de los mejores motores diésel del momento, sino el mejor. Se trata de un propulsor de cuatro cilindros turboalimentado de dos litros que entrega 150 caballos de potencia y 320 Nm de par motor. Puede parecer una cifra pobre en los tiempos de la electrificación, pero créeme que es suficiente.

Es cierto que el CLA 200 de gasolina tiene más potencia, pero menos par y un consumo más alto. Esa es, sin lugar a dudas, una de las mejores cualidades de esta unidad. El CLA se mueve perfectamente, de hecho parece que tiene más potencia y gasta muy muy poco. La entrega de potencia es contundente en un amplio margen de revoluciones. La fuerza máxima la entrega entre las 1.400 y las 3.200 vueltas. La caja de cambios de doble embrague y ocho velocidades se encarga de gestionar la respuesta, siendo suave en todo momento.

Por mucho que pasen los años, la presentación de doble pantalla sigue siendo buena.

Sí que es cierto que el sistema tiende a circular un par de marchas más alto de lo debido. Es fácil descubrir que vas a 35 kilómetros por hora en quinta velocidad. Eso provoca un cierto retraso a la hora de exigir más prestaciones al coche, pero me ha sorprendido que es más rápido de lo que pensaba. El pedal del acelerador actúa como regulador del cambio. Cuanto más pisemos más marchas va a rebajar y más respuesta vamos a tener. También podemos controlar esa función alterando los modos de conducción: Confort, Eco, Sport e individual. Lo más lógico es circular en los formatos Confort y Eco.

En ellos se obtiene una respuesta más que suficiente y además logramos rascar unas décimas en el contador del gasto. Durante la semana de pruebas, tras haber realizado más de 1.000 kilómetros con el coche, el ordenador de a bordo ha desprendido un gasto de 5,5 litros a los 100 kilómetros. Teniendo en cuenta las condiciones de la prueba y los recorridos realizados me parece un dato excelente. En algunas pruebas el consumo llegó a bajar de los 4 litros. Sin embargo, si bien el consumo no es ningún problema, el mayor inconveniente que se presenta es el pequeño depósito de combustible.

La opción más lógica por prestaciones y consumos es el CLA 200 d de 150 caballos.

Mercedes instala un pequeño tanque de 43 litros, fantástico para gastarnos poco cada vez que pasamos por la gasolinera, pero un desperdicio si tenemos en cuenta que vamos a tener que parar más a menudo. Con la media obtenida durante la prueba la autonomía total ronda los 750 kilómetros. Va a depender mucho del tipo de uso, recorridos y tipo de conducción que realices, pero calcula que más de 800 kilómetros no vas a poder hacer con un sólo depósito. Sinceramente esperaba más, pero si tenemos en cuenta la media de los eléctricos, todavía puedes irte de Madrid a La Coruña sin tener que parar. Un alivio.

Hay que reconocer que el Mercedes CLA Coupé se siente muy cómodo en esos viajes largos. La autopista es su campo preferido, pero no el único. En ciudad también logra un gran desempeño, pero no así en tramos más cerrados. A pesar de haber opciones más radicales en la gama, como el CLA 45 S de 421 caballos, esta unidad está configurada para el trato dócil y blando. La calidad de rodadura es bastante buena, pero le falta refinamiento al motor diésel, sobre todo cuando está frío. Vibra y hace un ruido desagradable hasta que se caliente. Apenas son un par de minutos, pero es algo que hay que tener en cuenta. En autopista a alta velocidad se puede mantener una conversación tranquilamente.

Un placer viajar con él, aunque no es especialmente hábil cuando la carretera se retuerce.

Conclusiones

Puede que el diésel ya no sea la opción más buscada por los conductores, pero en este caso a mí me parece la opción más lógica. En la gama del CLA hay un gasolina 2.000 euros más barato, pero no compensa. El CLA 200 d tiene todo lo que estás esperando de un Mercedes. Su calidad, sin ser excelente, es buena, tiene mucho equipamiento, el espacio es generoso, el comportamiento es agradable y encima gasta poco y luce bien. No se puede pedir mucho más. Actualmente sus rivales más cercanos son el BMW Serie 2 Gran Coupé y el Audi A3 Sedan. Sinceramente, ninguna de las dos opciones me parece mejor que esta.

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Confort de marcha
  • Consumos
  • Motor diésel
Nos ha gustado menos
  • Precio elevado
  • Refinamiento del motor
  • Depósito pequeño
ValoraciónNota8.4
Comportamiento8
Prestaciones9
Confort de marcha9
Consumos9
Seguridad8
Habitabilidad8
Equipamiento8
Calidad interior8

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