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Alfa Romeo Sauber supera el crash-test con su C37

  • La formación suiza ya está lista para afrontar la temporada 2018 con un monoplaza que incorporará el rojo y el blanco como colores principales.
  • La intención del equipo es de mejorar lo cosechado el año pasado gracias a una unidad de potencia de alto nivel.

5 min. lectura

Publicado: 02/02/2018 14:30

El equipo que fuera el farolillo rojo la pasada temporada ha hecho frente al último trámite necesario para poder competir en 2018. La formación renombrada Alfa Romeo-Sauber se ha renovado desde dentro, un proceso que comenzó desde la salida de Monisha Kaltenborn de la estructura y la llegada de Frederic Vasseur y ha culminado en una colaboración más estrecha con Ferrari, una compañía histórica en Fórmula 1 que les suministrará motores idénticos a los que incorpore el sucesor del SF70H.

El motor no era el mayor problema, era de 2016, pero nos hacía perder sólo un par de décimas

Las miradas estarán centradas en Charles Leclerc, nuevo piloto del equipo suizo que reemplazará a Pascal Wehrlein tras hacerse con el título de la Fórmula 2 por más de 70 puntos de diferencia respecto al segundo clasificado, algo que atrajo la atención de su nuevo jefe, quien pide a los suyos un esfuerzo extra para mejorar sus puntos débiles, entre los que, para él, no estaba el motor. “Tenemos que ser honestos con nosotros mismos”, explicó Vasseur a Autosport. “El motor no era el mayor problema, era de 2016, pero nos hacía perder sólo un par de décimas. Si lo comparas con otros equipos, el mayor problema venía del lado del chasis, y tenemos que centrarnos en esto y trabajar como locos en la aerodinámica. Al menos eliminaremos la preocupación del motor de la ecuación”

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Quinto año en F1

A diferencia de Wehrlein, Ericsson sí que pudo conservar su asiento en el equipo.

En el otro lado del box, Marcus Ericssonaportará la experiencia necesaria para que su joven compañero monegasco pueda adaptarse a la mayor brevedad posible. El piloto sueco vivirá su cuarto año en Sauber, escudería a la que se unió tras pasar un año en Caterham.

“Tal y como me enteré de que Sauber iba a utilizar una unidad de potencia antigua, sabía que no iba a ser bueno”, comentó Ericsson, apesadumbrado por tener que afrontar una temporada con falta de potencia desde el inicio. El #9 aseguró que “todo el mundo puede ver lo que ocurrió con Toro Rosso” en la temporda 2016, cuando los de Faenza se vieron forzados a usar un motor desfasado por falta de presupuesto, “así que no fue una sorpresa. Aun así, tienes que tratar de verlo de forma positiva, y decir que nos centraremos más en el chasis, algo que hicimos, pero iba a ser una gran desventaja”.

Después del parón veraniego parecía un verdadero desastre; lo fácil habría sido que el equipo se rindiera por completo

Sin embargo, Ericsson se mostró “bastante impresionado con el equipo, la fábrica y la forma en la que fuimos capaces de seguir empujando y mantener el desarrollo”, una muestra del esfuerzo titánico que pusieron en marcha para tratar de salir adelante. “Después del parón veraniego parecía un verdadero desastre. Estábamos muy alejados del siguiente coche, perdíamos en torno a 1 segundo por vuelta. Todo pintaba realmente mal, y lo fácil habría sido que el equipo se rindiera por completo y comenzara a pensar en 2018, pero siguieron apretando y continuaron trayendo piezas nuevas desde la fábrica a la pista”.

Finalmente, el piloto de Alfa Romeo-Sauber se sorprendió de que “en las últimas tres o cuatro carreras estábamos en la pelea de nuevo, y quedábamos por delante de varios equipos de manera justa”, algo que espera repetir ya desde Australia. “Eso es algo muy importante, demuestra que este equipo tiene mucha calidad, tanto en la pista como en la fábrica”.

Fuente: Motorsport.comFotos: Alfa Romeo Sauber

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