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La energía eólica: un sector con gran potencial que corre el riesgo de fracasar

Las energías renovables llevan tiempo ganando terreno dentro del sector energético y la crisis actual agravada por la invasión rusa a Ucrania no ha hecho sino amplificar las voces que reclaman una definitiva apuesta por la eólica y la solar.

La energía eólica: un sector con gran potencial que corre el riesgo de fracasar
Los aerogeneradores proliferan, pero la rentabilidad no. - Unsplash

4 min. lectura

Publicado: 07/04/2022 18:00

Pero, ¿cuál es la realidad del sector? Al igual que sucede con la energía solar, la eólica se ha convertido en un interesante receptáculo de inversión y cada año se superan las cifras de instalación de aerogeneradores onshore y offshore. Y nada indica que un estancamiento esté cerca. ¿O sí?

Si bien todo el mundo coincide en señalar a la energía eólica como clave en la descarbonización y, a consecuencia de ello, un campo de rentabilidad muy prometedora en el que conviene invertir, lo cierto es que las cifras no terminan de respaldar estas previsiones.

El mal endémico de las subastas

No es algo nuevo que la guerra haya provocado, pero sí ha contribuido a evidenciar un mal endémico que comenzó años atrás, cuando se impusieron los sistemas de fijación del precio de la energía mediante subasta.

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A grandes rasgos, este sistema obliga a los promotores a tirar los precios, lo que repercute en el resto de actores del sector: fabricantes, suministradores de equipos, etc.

Con el crecimiento actual de instalaciones se cubre poco más de un tercio de lo previsto para 2030

Y los datos lo respaldan, pues según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) el coste normalizado de la energía eólica terrestre se situó en 2020 en 37 euros/MWh, es decir, un 60% inferior al de 10 años antes. En el caso de la eólica offshore (es decir, la marina), la reducción supone casi un 50% para situarse en torno a los 73 euros/MWh.

A esto se le suman los balances económicos de las empresas del sector, que a pesar de trabajar más que nunca no terminan de presentar ganancias que respalden el auge de la industria eólica.

La pandemia

En los últimos años, el avance tecnológico y la necesidad de rentabilizar los diferentes esfuerzos han generado una especie de carrera por construir los aerogeneradores más grandes y eficientes. No en vano, Vestas acaba de presentar una turbina terrestre capaz de llegar a los 7,2 MW de potencia.

Sin embargo, la pandemia y la posterior crisis de precios del transporte y suministro de materias primas ha generado costes logísticos y de fabricación inusitados. A esto se le suma un precio de la energía desorbitado que acaba por presentar un escenario de aumento de costes al que difícilmente se puede hacer frente con garantías.

Así las cosas, las perspectivas a corto plazo son bastante negativas, aunque la confianza en el sector eólico sigue siendo poderosa y las perspectivas de crecimiento, elevadas.

Eso sí, Europa debe acelerar notablemente su capacidad eólica si quiere cumplir sus objetivos marcados para 2030, pues con el crecimiento actual de instalaciones se cubre poco más de un tercio de lo necesario, según datos de Global Wind Energy Council (GWEC).

Además de reformular el sistema de subastas de la energía, el Viejo Continente debe dirigir sus esfuerzos a una simplificación notable de la burocracia administrativa necesaria para tramitar y poner en marcha nuevos parques eólicos. Un mal que está haciendo mucho daño en España, pero también en Europa.

¿Será capaz de responder positivamente al reto o acabará provocando la muerte de un sector con múltiples argumentos a su favor?

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