No todas las placas solares fotovoltaicas son iguales: esto es lo que tienes que saber para acertar

Si estás pensando en instalar placas solares en tu vivienda, o ya lo has hecho y quieres comprobar la calidad de los elementos que tienes, lo primero que debes saber es que no todos los paneles solares son iguales.

Como en todos los mercados, existen diferentes tipos, tecnologías y calidades. Y todo ello va a influir de manera determinante en el precio y la producción de electricidad, así como en la duración de los materiales.

Recientemente te hemos hablado de los inversores, otro elemento vital en una instalación fotovoltaica. Ahora nos vamos a centrar en las placas o paneles solares.

Tipos de paneles solares fotovoltaicos

Si acostumbras a fijarte en las placas solares instaladas en las viviendas de tu zona, seguramente habrás notado que no todas tienen el mismo aspecto. Esto es porque cada tecnología tiene un acabado distinto.

Pero, como es obvio, esto es lo de menos. Lo principal es conocer qué ofrece cada uno de ellos y cómo puede afectar a nuestro bolsillo.

Paneles solares amorfos o de capa fina

Estos paneles han caído en desuso porque, aunque son los más baratos y sencillos de fabricar, ofrecen un rendimiento muy inferior al de los paneles solares de nueva generación.

Los paneles amorfos o de capa fina están formados por una lámina de silicio cortada en la que se incluyen tiras delgadas que separan las células. Sus principales características son:

• Fáciles de fabricar
• Baratos, ya que necesitan poco material activo
• Posibilidad de fabricar módulos flexibles
• Baja eficiencia energética a consecuencia de la mala calidad del silicio utilizado

Paneles solares policristalinos

Las placas solares de este tipo se diferencian por su tono azulado. Para su elaboración, se utilizan obleas de silicio procedentes del corte de un bloque previamente solidificado en un crisol a partir de múltiples cristales de dicho elemento.

Esto hace que el cristal resultante no sea tan puro, lo que repercute negativamente en el rendimiento energético y en la eficiencia.

Poco a poco han ido dejando de utilizarse, ya que suelen ofrecer un rendimiento inferior al de los paneles que trataremos a continuación, los monocristalinos. Las principales características de los paneles policristalinos son:

• Eficiencia energética intermedia
• Precio intermedio
• Color azulado
• Durabilidad aproximada de al menos 20 años

Paneles solares monocristalinos

La tecnología monocristalina es la más extendida en la actualidad porque es la que mejor rendimiento ofrece y porque su madurez ha permitido una notable bajada de precios en los dos últimos años.

La placa fotovoltaica monocristalina está formada por un único cristal de silicio. Su fabricación suele realizarse a partir de un lingote y mediante los métodos de Czochralski (Cz) o zona flotante (FZ). Luego, se cortan obleas sobre las que se finalizan los trabajos de terminación del panel fotovoltaico.

Se diferencian del resto por su color negro y los bordes achaflanados de las células (los de las policristalinas son rectos). Sus principales características son:

• Mayor eficiencia energética
• Precio superior, inversión inicial superior
• Color negro y células achaflanadas
• Duración aproximada de al menos 25 años con más de un 80% de eficiencia
• Mayor rendimiento con temperaturas extremas
• Mayor rentabilidad a largo plazo

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Dentro de los paneles solares monocristalinos, podemos encontrar diferentes tecnologías en función del tipo de silicio utilizado. son las siguientes:

• Paneles monocristalinos PERC: acrónimo de Passivated Emitter Rear Cell. Es decir, dispone de una capa reflectante trasera colocada entre el silicio y el aluminio. Esto hace que la radiación solar no penetre en la capa final de aluminio, reflejándose al silicio para que este absorba más energía y evitando un aumento de la temperatura. Su eficiencia energética suele ser de entre un 19 y un 21%.
• Paneles monocristalinos Tipo N: en este tipo de células solares, existen dos capas de silicio. La primera, la que mira hacia el sol, es fina y contiene boro. La segunda, más gruesa, incorpora fósforo. En este tipo de placas, la longitud de difusión es mayor, por lo que se ven menos afectadas por las impurezas y consiguen una eficiencia de conversión superior, generalmente hasta un 22%.
• Paneles monocristalinos IBC: suelen ser paneles Tipo N que incorporan contactos en la parte posterior de la célula. Esto reduce el sombreado en el frente de la celda e incrementa la recolección de pares de electrones generados por la luz absorbida. Esto los hace más eficientes y duraderos.

Qué tipo de panel solar que debes elegir

Aunque existe la creencia de que un panel solar policristalino es más eficiente con temperaturas muy altas, lo cierto es que existen diversos estudios que corroboran justo lo contrario.

Por tanto, los paneles monocristalinos siempre van a ser más eficientes, generando mayor electricidad con la misma potencia. Actualmente, los paneles solares monocristalinos son la opción mayoritariamente elegida en cualquier instalación doméstica y es, por regla general, la que debes exigir.

Obviamente, este tipo de paneles encarecen la inversión inicial, pero a la larga te permitirán ahorrar más al generar más electricidad y durar más tiempo con niveles de eficiencia energética elevados. De hecho, sus fabricantes suelen garantizar al menos un 80% de la misma durante los primeros 25 años.

A modo de ejemplo, el rendimiento medio de una placa solar policristalina es de 170 W/m2. El de una placa solar monocristalina oscila entre 180 y 220 W/m2, dependiendo del tipo de monocristalina y la calidad del fabricante.

Algunas de las marcas más conocidas son SunPower, Panasonic, SolarWatt, LG, QCells, Trina Solar, ZNShine o Ja Solar.

Fotos: Freepik