10 trucos que usan las marcas para manipular las pruebas de coches y que los periodistas ya sabemos (y tú deberías)
No te fíes solo de las fotos bonitas, puede ser un espejismo: probando un coche te encuentras sorpresas que nadie cuenta. Si quieres saber qué prácticas maquillan la percepción y cómo afectan a tu compra, continúa leyendo.

Después de tantos años dedicándome al periodismo del motor he asistido a una inmensa cantidad de presentaciones y pruebas de coches. Eso me ha servido para conocer los trucos que utilizan las marcas de coches para que sus modelos parezcan mejores en manos de la prensa que en la vida real del comprador. Y no, no hablo solo de maquillaje: hay pequeñas trampas, y otras no tan pequeñas, que influyen en nuestras pruebas.
Muchas de estas cosas tienen una explicación lógica ya sea por simple cuestiones de marketing, logística o seguridad. Otras, simplemente me hacen sentir escéptico sobre lo que estoy probando y la percepción que recibo. La mayoría las he visto repetirse una y otra vez así que aquí van las 10 más habituales contadas desde la experiencia, las que tú seguro has sospechado y algunas que quizá no imaginabas.
1. El comodín del «pre-serie»
Es la excusa más clásica. Cuando algo falla, desde la marca te indican que «es una unidad pre-serie». ¿Qué quiere decir eso? Una unidad pre-serie es una versión temprana fabricada antes de que la línea final de producción esté totalmente definida; se usan para pruebas internas, homologaciones y presentaciones. Sí, existen, y las he conducido sobre todo cuando la presentación a la prensa es antes del lanzamiento comercial del modelo.

Pero claro, si durante la prueba detectas que hay una excesiva vibración de la palanca de cambios o te has percatado de los crujidos de una moldura mal ajustada enseguida te sueltan que es pre-serie como sinónimo de «tal vez lo arreglen». La excusa funciona porque es plausible pero la realidad es que en la mayoría de los casos el defecto que has detectado en ese coche de pruebas, aunque de verdad sea pre-serie, no se corrige en el modelo de producción.
2. Esos zapatos no son los tuyos
Otro truco clásico es que el coche de prensa viene calzado con neumáticos de mayor calidad con la intención de mejorar agarre, confort y consumos. Es legítimo que una marca quiera mostrar el producto en su mejor luz, pero sería honesto indicarlo con claridad. La experiencia para el periodista es mejor que la que tendrá el usuario final.
Ahí está el problema. El comprador descubre que la versión que va a encontrar en el concesionario monta unas ruedas de gama inferior y ni siquiera puede montar otras gomas mejores de manera opcional. Un neumático más económico y con peores prestaciones afecta a las sensaciones de conducción, te lo aseguro.

3. Configuraciones y opciones que no llegarán a España
He probado innumerables coches configurados con paquetes o combinaciones que en España nunca han llegado a estar disponibles. Esto suele pasar porque las primeras unidades se preparan cuando las gamas nacionales aún no están cerradas y, a menudo, la marca prioriza una configuración “global”.
En presentaciones internacionales he tenido a mi disposición unidades con tapicerías, motores, combinaciones de color o equipamientos que a veces no se venden en España. Es entendible pero también crea una expectativa equivocada. Además, en algunos eventos de prensa no se deja claro qué características no estarán disponibles o serán diferentes en el mercado español.
4. Equipados hasta arriba… y un poco más
Poner extras en un coche de prueba es normal y además viene muy bien porque cuanto más equipamiento lleve más cosas podré probar y contar. Pero a veces las unidades que conducimos llevan elementos de la lista de accesorios, es decir, no son extras de fábrica.

Eso empaña la percepción porque podemos pensar que ese coche tiene ese equipamiento cuando en realidad es un accesorio montado a posteriori en el concesionario que se compra aparte y que lleva unos costes adicionales. Peor aún es cuando la marca no lo especifica, algo que suele pasar.
5. Rutas hechas a medida
En presentaciones de prensa se diseñan las rutas para la prueba dinámica del coche. A veces, con la intención de ocultar debilidades: si un coche tiene pocas prestaciones, la ruta será urbana; si es poco ágil en curva, la organización te manda por la autovía. Es hasta cierto punto lógico pero te hace desconfiar. ¿No es raro que pruebe ese SUV, que en la rueda de prensa han insistido que destaca por sus capacidades offroad, en una ruta que nunca sale del asfalto?
Más criticable es que en ocasiones también hay rutas muy cortas que no permiten sacar conclusiones sobre consumo, confort a largo plazo o comportamiento en diferentes situaciones. En eventos he tenido que hacer rutas de 5 kilómetros íntegramente por ciudad, de semáforo en semáforo, que apenas han servido para nada. Algo que hay que reconocer es que en la mayoría de eventos las rutas son sugerencias y permiten hacer tu propio trayecto siempre que llegues al destino a la hora establecida.
6. Lastre en furgonetas y pickups
A veces, en pruebas de furgonetas y pickups nos entregan la unidad a evaluar con carga o lastre en la caja para que la suspensión vaya más asentada. Con peso en la parte trasera la suspensión baja, el rebote se atenúa y el vehículo transmite una sensación de estabilidad que, sin carga, puede no existir.

Tiene sentido porque en vehículos de este tipo circular con carga es la realidad del cliente. Pero, aunque vaya a ser su uso más habitual, también es cierto que el usuario medio también hará recorridos sin carga y por ello creo que también sería útil probar el pickup o la furgoneta en esas circunstancias. Una furgoneta vacía y otra cargada ofrecen experiencias muy distintas y estaría bien poder explicar las dos realidades.
7. Es difícil juzgar el envejecimiento
Las unidades que he probado suelen ser muy nuevas, lógico al ser en su mayoría lanzamientos muy recientes. Es poco frecuente encontrarse con unidades de más de un año o más de 15.000 km en el odómetro. Eso implica que casi siempre veo todo cuando está muy nuevo dificultando la posibilidad de evaluar cómo envejece el coche.
Aunque la experiencia ya me permite intuir dónde un modelo puede cojear en el futuro, no es posible comprobar fehacientemente si aparecerán ruidos, si los plásticos aguantan o si se producen desajustes con el paso del tiempo. Las pruebas a corto plazo son útiles pero incompletas por definición porque no es posible dar un veredicto completo sin poder valorar la fiabilidad y el envejecimiento.

8. Las versiones básicas no existen
Si quieres ver cómo rinde la versión más básica del modelo, buena suerte. Los parques de prensa de las marcas están plagados de los acabados tope de gama y los más vendidos. Salvo rarísimas excepciones, las versiones de acceso no están ni se las espera, limitando la información real para el comprador que solo se puede permitir la versión de entrada.
Evaluar solo las versiones altas puede generar una imagen sesgada porque una motorización o equipamiento básico podría apreciarse con menos refinamiento y generar una experiencia menos positiva. Considero que estaría bien poder hacer pruebas de la gama baja para dar un juicio más completo de cada modelo.
9. Más potencia de la que toca
Hubo épocas en que en los coches de prensa se hacían ajustes para beneficiar las prestaciones. Retoques electrónicos o sustitución de componentes para incrementar el rendimiento y, por tanto, mejorar la impresión que se llevaba el periodista. Forma parte del pasado y hoy, aparentemente, esa práctica no me consta que se realice. Aun así, la tentación puede existir.
10. Copilotajes y conducción acompañada
En algunas presentaciones el formato de prueba de un vehículo no es tal, proponen copilotajes: el coche lo conduce un ingeniero o piloto de la marca, con el periodista al lado. También puede ocurrir que el periodista vaya al volante pero con alguien de la marca acompañándolo.
Tiene sentido en coches únicos, prototipos o versiones de competición. A veces es valioso porque te enseñan los límites, demuestran un comportamiento… y también se aseguran de que no vas a romper nada. No es malintencionado, pero reduce la independencia porque ese acompañamiento limita la libertad del probador y, con sutileza, guía la percepción que recibe.

Entonces, ¿están engañando las marcas?
No siempre. Muchas de estas prácticas son estrategias de marketing, otras una cuestión de logística o costes. Lógicamente el fabricante intentará enseñar lo mejor de su producto y mi tarea es asegurarme de que lo que te cuento se parece a lo que encontrarás en el concesionario.
Cuando lo que se presenta en la prueba no se corresponde, de manera razonable, con lo que podrá experimentar el comprador hay una falta de transparencia que perjudica a la confianza del cliente y a la credibilidad del periodista. Eso no es bueno para nadie.
Para los periodistas del motor es importante la honestidad, tenemos que ser un filtro que separa la realidad del marketing. Por eso en pruebas y reseñas trato de señalar todo aquello que pueda sesgar la experiencia. En definitiva, se trata de explicar de forma clara qué estás viendo y por qué para ayudarte a tomar la mejor decisión de compra.