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5 claves para entender el cierre de la fábrica de Honda

Sin que se haya llegado a consumar el "Brexit", Honda ha anunciado el cierre de su planta británica dentro de dos años. La desconexión del Reino Unido del continente no es la única causa, pero sí es una de las más importantes.

8 min. lectura

Publicado: 19/02/2019 21:00

El anuncio de Honda de cerrar su fábrica de Swindon (Honda Manufacturing UK) no debería dejar a nadie indiferente, ya que es la primera vez que Honda cierra una fábrica en más de siete décadas. Tampoco debería pillar a nadie por sorpresa, era algo que se veía venir por el devenir de los acontecimientos en el país que la acoge, Reino Unido.

Se va a poner fin a una historia de más de 30 años, ya que los orígenes de Swindon se remontan a 1985, aunque hubo que esperar a 1992 para que saliese de la cadena el primer coche, tras haberse dedicado a producir motores. Es un aviso a navegantes, puede ocurrir con más fabricantes si ven que no salen los números. Veamos las causas que motivan el cierre:

1) Globalización

Los fabricantes se convierten en empresas multinacionales cuando necesitan ampliar capacidad de producción y coincide con las necesidades de un gran mercado. En el caso de Honda, la fábrica tenía sentido para evitar aranceles de importación de modelos japoneses y ser así más competitivos con los europeos, incluso antes de formalizarse la Comunidad Económica Europea (CEE).

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Cuando la capacidad de producción de las fábricas no está a tope, se tiene el problema de infrautilización -aproximadamente menos del 80%-, así que tiene sentido cerrar una fábrica si su labor puede ser asumida por las demás plantas, especialmente en un ambiente de libre comercio. La UE y Japón ya van en línea recta hacia la eliminación de aranceles, y eso incluirá a los coches.

2) El "Brexit"

Falta poco más de un mes para que el Reino Unido abandone la Unión Europea, la zona de libre comercio más grande del mundo. Los políticos son incapaces de dar garantías a las empresas porque ni ellos mismos saben cómo salir del atolladero en el que se han metido. Reino Unido no tiene las de ganar en este pulso, y va a salir perdiendo.

Honda ha previsto paralizar la producción seis días hasta que se recupere del caos logístico que se avecina, no solo por el aumento de costes, sino porque las mercancías no van a fluir con la misma rapidez debido a la vuelta de las aduanas y las fronteras duras. Reino Unido ha dejado de ser un país fiable con el que hacer negocios.

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3) La incertidumbre del coche eléctrico

Aunque los volúmenes de ventas de los coches eléctricos siguen siendo muy bajos, están experimentando una progresión meteórica en varios frentes: modelos disponibles, clientes dispuestos a comprarlos, red de recarga, fechas anunciadas para el fin de la combustión interna en Europa, etc. En Swindon solo se fabrican modelos convencionales.

Honda tiene planes de electrificación, como otros tantos fabricantes, y tiene más de 20 años de experiencia en el campo con experiencias piloto en Japón y California. Para tener a medio plazo una gama que ofrecer a la clientela, tienen que destinar recursos millonarios en i+D. Este año se presenta un modelo urbano, pero obviamente no se va a fabricar en Swindon.

4) Swindon tenía poco trabajo

Desde que se inició la segunda línea de producción de turismos en 2001, Swindon tenía la capacidad de producir 250.000 unidades al año. En 2015 superaron por poco a la mitad, 134.136 unidades, muy lejos del tope de 2008, 230.423. Antes de cumplir el 30 aniversario se llegó a 3 millones de unidades (una media de 100.000 al año). En 2018 se dejó de fabricar el CR-V, por lo que solo quedó el Civic.

La décima generación del Civic se produce en exclusiva mundial en Swindon

En 2009 ya hubo un aviso, tuvo que cerrar dos meses por el desplome de la producción a la mitad de 2008 por la crisis. Cierto es que ahora Swindon asume toda la producción del Civic -a nivel mundial- pero a partir de 2022 todo ese trabajo se repartirá en otras fábricas, seguramente en EEUU y en Japón.

5) El mercado británico es insuficiente

Con unas exportaciones en torno al 90% de su producción, Swindon trabaja poco para proporcionar coches a los británicos. En los 80 la dependencia del mercado doméstico era muy superior, de hecho, Honda tenía una asociación con la British Motor Corporation (BMC). Además, en un Reino Unido post-Brexit la demanda se va a estancar por varias razones que trascienden el alcance de este artículo.

Si tenemos en cuenta todas las variables, ¡lo raro sería que mantuviesen la fábrica abierta! Hasta 2021 Honda tendrá que lidiar con los problemas logísticos y una menor competitividad por los aranceles genéricos del 10%, pero ya están hechas las inversiones en la décima generación del Civic. El cambio de localización debería coincidir con la actualización de la décima generación. Con tan poco margen no se puede simplemente "darle a la máquina" y empezar a fabricar Civics en otro sitio.

Honda CR-V

Reino Unido debería mirar con atención lo que pasó en Australia, que durante décadas tuvo varios fabricantes instalados, incluyendo uno patrio -Holden-; ahora no tiene ninguno. Dejó de ser rentable fabricar allí, es un mercado pequeño -en torno al millón de unidades al año- y tenía más sentido traer los coches en barco desde lugares muy lejanos.

La industria automovilística británica se fue a hacer puñetas en menos de 20 años, culminando el proceso a finales de los 90. En la actualidad, todos los fabricantes británicos de gran volumen están en manos extranjeras. Lo que pasó en Australia se puede repetir perfectamente en la "metrópoli", dejar de ser un lugar interesante para fabricar vehículos, y que poco a poco se vayan yendo casi todos, menos McLaren y otros fabricantes de baja tirada que venden coches a millonarios.

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