Bugatti presenta el Brouillard, un one-off único en el mundo que redefine el concepto del lujo
Bugatti es una de las marcas más deseadas en el mundo, un fabricante de sueños como se ha definido en más de una ocasión y siempre al alcance de muy pocos. Los de Molsheim han decidido diversificar su negocio de personalización con un nuevo programa más exclusivo. Tanto, que solo producirá dos coches al año.
Bugatti siempre ha estado abierta a cumplir las peticiones de sus clientes más exigentes, especialmente a la hora de configurar creaciones espectaculares que hemos visto del extinguido Chiron y de sus diferentes variantes. Los mejores materiales para el interior, bordados espectaculares o trabajos de pintura excepcionales que han necesitado de semanas, incluso meses antes de ver la luz.
Y los que se han visto porque estamos seguros que un buen número de propietarios no ha dado su brazo a torcer para que determinadas creaciones se presentasen en sociedad. Pero en Bugatti han decidido que es el momento de dar un nuevo salto en sus estrategias de creación de ejemplares inéditos, presentando el singular programa de personalización denominado «Solitaire».
El Bugatti Brouillard es un hypercar de auténtico ensueño
El primero de estos one-off únicos en el mundo se llama Bugatti Brouillard, y uno de los dos únicos modelos que se fabricarán al año, por lo que la exclusividad es absoluta. Por si no lo has entendido, no, no se construirán dos ejemplares de este, sino que el Brouillard es verdaderamente único en el mundo, por lo que la segunda exclusividad llegará más adelante y también tendrá nombre propio.
Un nombre especial para un modelo que poco tiene que ver con el nuevo Tourbillon, con el que solamente comparte la plataforma, porque ni el tren de propulsión híbrido es el mismo. Su lugar está ocupado por el inmenso motor W16 de 8.0 litros y cuatro turbos, capaz de alcanzar una velocidad punta superior a los 450 km/h. Eso es lo que no se ve, porque lo que se ve deja claro que la fuente de inspiración es más el Bugatti Mistral, aunque con diferencias.
Bugatti apuesta por los one-off, dos al año como mucho...
Por ejemplo, este Brouillard carece de las puertas de ala de gaviota del Tourbillon y del techo desmontable que hace del Mistral un roadster. Su lugar está ocupado por un techo de cristal, mientras que el interior está revestido en fibra de carbono teñida de verde, como el color de las telas que forran el aro del volante, los asientos o los paneles de las puertas, presentando un estampado de tartán junto a la silueta de un equino. El de Ettore Bugatti, precisamente llamado Brouillard, también presente en una miniatura en el pomo del cambio.
Lo que los clientes deben tener claro si quieren un Solitaire es que el dinero tampoco puede ser un problema. Este primero no tiene dueño, aunque se rumorea que un holandés con una gran colección de Bugatti de, prácticamente, todas las eras, se ha erigido como propietario de esta multimillonaria creación.
