La carretera que recarga coches eléctricos existe en Francia, y ya entrega potencia de supercargadores de Tesla
En un tramo de la autopista A10 que une París Portes-Sud con Burdeos se está probando una tecnología con la cual será posible cargar los coches eléctricos mientras circulan por autovías, una iniciativa que también se está probando en otros países, incluyendo en Estados Unidos.

Para muchos, uno de los grandes inconvenientes del coche eléctrico está en su uso para largas distancias y los tiempos de carga. Aunque estos son cada vez menores, siguen lejos del tiempo de repostaje de vehículos cuyas ruedas son propulsadas por la energía de un motor de combustión, ya sea convencional o híbrido.
Durante la última década, varias han sido las empresas que han tratado de cambiar el planteamiento, desarrollando sistemas con los que se pueda cargar el coche eléctrico mientras está en marcha. Diferentes iniciativas en distintas partes del mundo se han puesto en marcha, pero ahora llega una puesta en práctica real. Y ocurre no muy lejos de España, en concreto en nuestro país vecino: Francia.

Cargar tu coche eléctrico (o furgoneta, o camión) mientras conduces
A principios de este año, contábamos cómo Vinci Autoroutes - la mayor empresa de peajes en las autopistas galas - se asociaba con la empresa Electreon a través del proyecto «Charge as you drive». La idea es sencilla: poder realizar cargas inductivas a coches eléctricos mientras están en movimiento, utilizando el campo electromagnético de los propios coches eléctricos.
Recientemente se ha hecho un test público utilizando cuatro vehículos distintos: un turismo convencional, un autobús, una furgoneta y un camión articulado. Todos ellos pudieron cargarse durante esta autopista de recarga automática, un segmento de 1,5 kilómetros de longitud en la A10 que une París Porte-Sud con Burdeos (en concreto, el segmento que pasa por Angervilliers).
Un test exitoso con cuatro vehículos muy diferentes
Los cuatro vehículos, cabe destacar, pudieron cargarse mientras circulaban a velocidad habitual en autopista (de unos 130 km/h en condiciones normales, 110 km/h en caso de lluvia o conductores con menos de 2 años de experiencia). El objetivo de Francia es ambicioso, cuanto menos: de cara a 2030 quieren tener construidos unos 5.000 km de carreteras eléctricas, aumentando la cifra hasta los 9.000 km de cara a 2035.

Bajo estas carreteras eléctricas se sitúan unas bobinas transmisoras, que captan el campo electromagnético y lo transforman en electricidad, la cual alimenta tanto el motor eléctrico como recarga las baterías. Ahora bien, lo impresionante es la potencia de carga que son capaces de conseguir estas bobinas soterradas.
Potencia de carga comparable a un supercargador
Y es que se ha registrado una potencia media de carga de 200 kW, incluso con picos superando los 300 kW. Es decir, por encima de los 250 kW de los cargadores V3 y acercándose a los supercargadores V4 de Tesla con una potencia de 325 kW en Estados Unidos.
«Esto marca un antes y un después en el desarrollo global de las carreteras eléctricas. Nuestra tecnología es capaz de entregar una gran potencia y una carga dinámica y fiable. No sólo alcanza, sino que supera los objetivos establecidos por el gobierno de Francia», asegura elCEO de Electreon Oren Ezer.

No sólo en Francia
Evidentemente, Francia no es el único país en el mundo donde se está desarrollando esta tecnología. Ya en junio de 2016 veíamos la primera carretera eléctrica del mundo en Suecia, mientras que Renault inauguraba al año siguiente una pista de pruebas de recarga inalámbrica de unos 100 metros de longitud.
La propia Electreon, sin ir más lejos, está trabajando en proyectos similares en unos 9 países del mundo en estos momentos. Entre estos países están varios europeos, así como Estados Unidos (donde ya hay carreteras eléctricas en estados como Michigan o Utah) e Israel.
Una tecnología que permitirá ahorrar peso en baterías
En este último caso, han desarrollado en Tel Aviv carga inalámbrica que ha permitido que los autobuses eléctricos pasen de montar baterías de 400 kWh a baterías de 42 kWh que podríamos encontrar en turismos convencionales. Esto supone un ahorro de peso muy considerable, trabajando al mismo tiempo en otro de los inconvenientes que presentan muchos coches eléctricos en la actualidad en términos de dinámica.
