¿Te planteas un coche eléctrico o híbrido? Si lleva esto, conducir a diario te resultará mucho más fácil

Hay quien afirma que los coches que vemos hoy en día, en especial los coches eléctricos (o híbridos en general) y muy en particular los diferentes modelos de la gama de Tesla, cada vez son más smartphones con ruedas. Tecnológicamente correcto y técnicamente incorrecto, pues ni lo son, ni tienen la misma función.

Como ocurría hace 140 cuando Bertha Benz sacó el primer carruaje motorizado con sus hijos, la misión de un coche sigue centrada en la movilidad. En este sentido, la razón de ser de un coche no ha variado desde la era en la que el diésel reinaba en Europa hasta la actualidad y, en este sentido, es donde ha de virar toda la tecnología que se introduzca en torno al conductor.

El coche híbrido/eléctrico sigue cumpliendo algo esencial

Está claro que el coche eléctrico ha dado pasos de gigante. Las autonomías WLTP permitirán que con apenas una o dos paradas para repostar se pueda cruzar España de punta a punta más pronto que tarde, con un estado de la tecnología que puede dar saltos de gigante. Ya sea con las actuales baterías de LFP o NMC o las de estado sólido, que algunos fabricantes prometen traer al mercado ya para el próximo 2026.

Este, entre otros 'mitos', cada vez se vuelven irrelevantes, con tiempos de carga cada vez más cortos y mejores bombas de calor para que el frío extremo deje de ser un problema. Aún así, es evidente que, para según qué tipo de conductor, sus hábitos, preferencias y necesidades familiares/laborales, un híbrido, un gasolina o un diésel podrán o no ser viables.

Conducir sigue siendo conducir, la tecnología va alrededor

Un coche eléctrico actual no se conduce tan diferente de uno de gasolina, puesto que su gran problema a nivel dinámico, el peso, no es algo que uno note especialmente en trayectos normales (salvo que uno viva cerca de un puerto de montaña). No deja de ser un gran inconveniente, pero teniendo en cuenta cómo se ha incrementado el peso en casi todos los segmentos tanto por cuestiones de tamaño como por medidas de seguridad, es un problema 'enmascarado'.

Pero sí que hay una cosa que, de comprarme un coche eléctrico, tendría en cuenta sí o sí. Y esa ha de estar en el volante. No tiene que ver con los ya habituales controles de crucero o los sistemas ADAS, muchos de ellos ya obligatorios en la Unión Europea. Hablo más bien de algo que en algunos modelos, con mucho acierto, se sitúan en forma de levas tras el aro.

Importante en sensación de control en las manos

Me refiero a la frenada regenerativa, la manera en la que se puede controlar la actuación del freno motor a la hora de levantar el pie del acelerador. Mediante unas simples levas que configuren el sistema, es posible hacer de la conducción algo mucho más cómodo al mismo tiempo que algo más intuitivo, inmersivo. Además de aumentar la autonomía del coche electrificado.

En el caso del Hyundai IONIQ 6 con el acabado N Line - con el volante que comparte diseño con los modelos N. Hace poco que lo pudimos probar y posiblemente está entre las mejores sensaciones de coches eléctricos vistas recientemente (dejando a un lado eléctricos puramente prestacionales o deportivos). La respuesta de las levas en la retención de frenada lleva a una conducción más suave todavía, sin tener que pensar incluso cuando uno lleva pocos kilómetros con el coche.

Algunos controles no deberían, quizás, estar en una pantalla

Por el contrario, las sensaciones con coches con una frenada regenerativa más brusca resultan más bien incómodas, incluso en ciudad donde habitualmente se varía la velocidad, por ejemplo entrando en una rotonda o en situaciones de tráfico más denso. Si la frenada regenerativa se controla no con levas, sino a través de una pantalla táctil, para según qué conductores puede ser motivo (y bastante comprensible) de descartar una opción de compra.

En general, es una muestra más de cómo centralizar los controles y funciones de un coche en una pantalla enorme puede ser contraproducente, tanto en ergonomía como en seguridad. Si un coche se ha creado para moverse, las funciones con las que el conductor vaya a operar deben ser utilizadas de manera óptima mientras esté en movimiento. Y para ello, nada mejor que algo que esté al alcance de los dedos mientras se tiene ambas manos en el volante.