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Todos los coches nuevos llevan Start & Stop, pero por esta razón lo desconecto nada más arrancar el mío

El sistema Start & Stop apaga automáticamente el motor del vehículo para reducir sus emisiones contaminantes. Sin embargo, también provoca efectos secundarios negativos, por lo que analizamos el efecto de este dispositivo en la conducción real.

Todos los coches nuevos llevan Start & Stop, pero por esta razón lo desconecto nada más arrancar el mío
El modo Start & Stop tiene sus ventajas, pero también varios inconvenientes. - Volkswagen

8 min. lectura

Publicado: 08/01/2024 14:00

Desde que se hizo obligatorio a causa de las nuevas normativas de reducción de emisiones contaminantes, el sistema Start & Stop ha generado mucha controversia.

Este dispositivo es obligatorio en todos los coches nuevos desde hace años, pero somos muchos los que consideramos que a largo plazo acaba siendo contraproducente. ¿Por qué? No sólo no resulta realmente eficaz a la hora de reducir las emisiones, sino que además genera un mayor gasto en el usuario.

Por esta razón, lo primero que hago tras montarme en mi coche y arrancar el motor es desconectar el Start & Stop. Y lo cierto es que somos muchos conductores quienes lo hacemos.

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Qué es y cómo funciona el Start & Stop

Antes de profundizar en las ventajas e inconvenientes del sistema Start & Stop, es importante determinar su función y forma de actuar en el vehículo.

Este dispositivo se encarga de automatizar la parada y arranque del motor del vehículo cuando este se detiene. Por ejemplo, cuando paramos en un atasco, un semáforo o un paso de peatones.

La operación de parada y arranque desgasta el motor y sus componentes. Imagen: Freepik

En el momento en que el coche se para por completo, el Start & Stop detiene el motor, pero el resto de elementos siguen funcionando. La dirección asistida, el servofreno, la radio, las luces y el resto de sistemas del coche operan con normalidad a pesar de que el motor no está funcionando. Eso sí, al menos en el mío, el aire acondicionado pierde eficacia.

El Start & Stop, aunque siempre está conectado por defecto, no funciona en cualquier circunstancia. Para ello deben darse determinadas condiciones, como por ejemplo una temperatura mínima del motor, un nivel de carga de la batería adecuado o una exigencia eléctrica moderada.

Como es lógico deducir, el motor del vehículo se vuelve a encender una vez pisamos el pedal del embrague para seleccionar la primera velocidad y reiniciar la marcha. En el caso de los vehículos automáticos, esto sucede con el pedal del acelerador.

Sistemas afectados por el Start & Stop

Ya sabemos lo que hace el Start & Stop, por lo que resulta más sencillo entender qué ventajas e inconvenientes presenta.

La razón de ser de este sistema es reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes al reducir el tiempo que el motor permanece en funcionamiento.

Sin embargo, esto lo hace a costa de multiplicar notablemente la operación de arranque del motor, con el consiguiente desgaste que esto conlleva. En este sentido, los principales damnificados son el motor de arranque y el alternador.

Todos los coches con Start & Stop lo tienen activo por defecto, ya que la ley obliga a ello

Los fabricantes de vehículos son conscientes de que incrementar el número de operaciones de arranque desgasta estos componentes, por lo que incorpora modelos reforzados que soporten este estrés adicional.

Sin embargo, el uso continuado del sistema Start & Stop no sólo acaba deteriorando prematuramente el motor de arranque y el alternador, sino también el motor en general al someterlo muchas más veces a las vibraciones y sobreesfuerzo de la operación de arrancada.

La batería

Otro elemento que sufre especialmente con el Start & Stop es la batería, que debe mantener en funcionamiento el resto de elementos del vehículo sin ayuda del motor.

Hablamos de las luces, el sistema multimedia o la climatización, pero también de sistemas básicos como la dirección asistida, el servofreno y otros muchos componentes del coche.

A consecuencia de esto, las baterías de los vehículos con Start & Stop deben ser mucho más potentes y tienen que aguantar mejor el mayor número de ciclos de carga y descarga. Y, claro está, cuando toca cambiarlas, son mucho más caras.

Por qué desconecto el Start & Stop

El mayor desgaste de componentes como el motor de arranque, el alternador, la batería o los cojinetes del cigüeñal, entre muchos otros elementos, hacen que haya tomado la decisión de inutilizar el Start & Stop de mi coche.

Y es que, según los estudios, un motor convencional tiene capacidad para soportar sin problemas unas 50.000 maniobras de arranque. Pero la incorporación de este sistema a los coches eleva la cifra de maniobras incluso hasta el medio millón.

Además, en invierno el funcionamiento del Start & Stop es incluso más desaconsejable, pues suele comenzar a funcionar antes de que el motor alcance su temperatura óptima de funcionamiento y, en caso de haberlo logrado, complica que esta se mantenga estable. Esto, a la larga, es sumamente perjudicial para mi motor (y también para el tuyo).

Cómo desconectar el Start & Stop y cuándo utilizarlo

Todos los coches con Start & Stop lo tienen activo por defecto, ya que la ley obliga a ello. Sin embargo, también incorporan un interruptor que permite desconectarlo con sólo pulsarlo.

Lo malo es que, cada vez que paramos el motor del coche, el sistema Start & Stop vuelve a activarse, por lo que siempre que arrancamos debemos volver a pulsar el interruptor para desconectarlo.

Un uso racional del Start & Stop alarga la vida útil del vehículo. Imagen: Freepik

A pesar de todo lo dicho, siempre existen situaciones en las que el sistema Start & Stop es beneficioso. Datos del RACE afirman que el Start & Stop puede ahorrarnos hasta un 15 % de combustible, dependiendo del vehículo.

Si queremos combinar el ahorro de combustible con un uso que no dañe la mecánica de nuestro vehículo, lo mejor es limitar su activación a momentos en los que sepamos que vamos a estar parados más de unos pocos segundos. Por ejemplo, al inicio de un semáforo largo o en un atasco muy pronunciado.

En cambio, situaciones como un paso de peatones, la entrada de una rotonda o retenciones breves acabarán pasándonos factura, literalmente.

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