«Teníamos la joya de la industria y nos hemos echado en manos de los chinos», la feroz crítica del CEO de Repsol
Para muchos, la transición actual hacia el vehículo eléctrico se ve como una serie de medidas forzadas e impuestas tomando como referencia la ideología por encima de la tecnología. Así se ha expresado Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, al respecto.
La industria automovilística europea ha sufrido muchos sobresaltos en los últimos tiempos. Desde el famoso Dieselgate, los vehículos con motor de combustión (especialmente los de gasóleo), han estado en el foco de las críticas, sobre todo de los políticos y los más cercanos a las posturas "pro eléctricos".
Hemos atravesado una pandemia, crisis del gas, escasez de componentes, problemas en el transporte, encarecimiento de los combustibles y, en el culmen de todo, la prohibición en Europa de cara al 2035 de todo vehículo que monte un motor térmico. Y no nos olvidamos de la "invasión" de los coches chinos, claro.
Con el paso de los años, muchas han sido las críticas y las presiones para aligerar las medidas tan estrictas que se han ido imponiendo en la UE, también las referentes a las emisiones de CO2.
Algunas han surtido efecto, como recuerda Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y antiguo político del PNV, que ha realizado un discurso bastante duro contra las medidas medioambientales en Europa y el trato indiscriminado contra la tecnología diésel.
La discriminación hacia los coches diésel
Para muchos, las medidas adoptadas por los políticos europeos suponen una imposición, en un contexto además de incertidumbre económica y en el que tanto los coches eléctricos como la propia movilidad eléctrica no están al alcance de todos.
«Tenemos un parque móvil viejo, menos actividad industrial y la gente no sabe qué comprar», recalca Josu Jon Imaz, quien considera que ese proceso de compra debería ser personal, y no «impuesta o marcada por la ideología».
Durante el XVIII Foro Empresarial de Guipúzcoa, el responsable de Repsol habla de «hiperregulación y políticas ecológicas radicales», pero ha hecho también mención a las emisiones de CO2 y a los vehículos diésel. «Un coche diésel (actual) emite menos CO2 en su ciclo de vida que uno eléctrico».
Imaz apuesta por que el ciudadano pueda cambiar su coche diésel de 20 años por «otro diésel de mejor tecnología y que emita menos. Existe una barrera ideológica por encima de la tecnología. Hay que tomar la huella de CO2 completa del coche. Que la gente compre el coche que necesite».
A vueltas con las emisiones de CO2
El debate vuelve a estar servido. Es cierto que los coches diésel más antiguos son causantes de los mayores índices de contaminación, pero también lo es que los de última generación están en el extremo opuesto, gracias al enorme desarrollo tecnológico realizado.
Respecto a los vehículos eléctricos, Josu Jon Imaz se refiere al CO2 emitido durante su fabricación, también de las baterías, y durante los procesos de recarga durante su vida útil. Tecnología agnóstica por encima de la ideología ecologista, es lo que viene a pedir el CEO de Repsol, quien lamenta la oportunidad perdida para renovar el viejo parque automovilístico español con motores diésel mucho más eficientes.
«El motor de combustión era la joya de la industria y nos hemos echado en manos de la tecnología de los chinos. Hay que favorecer la compra de la movilidad sin hacer daño a nuestra industria», remata Imaz, quien destaca las ayudas en Euskadi para la compra de coches nuevos independientemente de su motorización y quien deja una apuesta encima de la mesa: «En 2050 la mitad de los coches seguirá siendo de motor de combustión».
Fuente: Diariovasco.com
