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El Reino Unido avanza en línea recta hacia el "Brexit"

Se acabó la incertidumbre para la industria del automóvil británica, pero no para bien. El resultado de las elecciones británicas no deja lugar a dudas, la opción conservadora (pro "Brexit") ha ganado con mayoría absoluta y su lema es "Get Brexit done", llevarlo a cabo.

6 min. lectura

Publicado: 13/12/2019 21:00

Boris Johnson (derecha) posando con trabajadores durante la campaña electoral reciente

Van tres años y medio de incertidumbre en el Reino Unido después de aquel referéndum en el que salió ganando el "Brexit", es decir, abandonar la Unión Europea. La situación política ha sido muy inestable y se ha cobrado ya las cabezas de dos primeros ministros, David Cameron y Theresa May, ambos del Partido Conservador.

Los Conservadores han apisonado a sus opositores, los Laboristas, con su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial

Pero los resultados de las elecciones de ayer despejan el camino al también conservador Boris Johnson, ya que obtiene una mayoría absoluta comparable a la que consiguió la "dama de hierro", Margaret Thatcher, a principios de los años 80. Johnson puede pasar a la historia como el dirigente que sacó al Reino Unido de la Unión Europea.

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No tiene mucho tiempo. Tiene que conseguir la aprobación legislativa del último acuerdo conseguido con Bruselas, la Withdrawal Agreement Bill, para así lograr una salida ordenada de la Unión Europea antes del 1 de febrero de 2020. Esa opción se llama "soft Brexit", una salida pactada, muy preferible al "hard Brexit", que es salir sin acuerdo.

Boris Johnson ya expresó en el pasado su deseo de llevar a cabo el "Brexit" con o sin acuerdo, en la creencia de que el país recuperará autonomía legislativa, financiera, de fronteras... y que estará en una situación mejor que dentro de una de las principales áreas económicas del mundo.

Una vez producida la salida "por las buenas", existen unos meses de moratoria en los que se mantendrá la libre circulación de capitales, personas y mercancías, evitando el caos absoluto en la industria del automóvil británica, que se debatía en una enorme incertidumbre.

La salida desordenada supondría la implantación automática de aranceles (10%) y el retorno de los controles aduaneros. Eso implica dos cosas, un mayor coste de producción y las interrupciones de la cadena logística dentro de un modelo de inmediatez de suministro, just in time, que podría desabastecer las fábricas.

Durante el periodo de moratoria Johnson tratará de lograr en meses un acuerdo comercial con la UE para acceder al mercado único sin barreras arancelarias ni aduanas, pero esas cosas suelen llevar años en diplomacia. Además, acceder al mercado único supondría al Reino Unido tragar con ciertas cosas que Bruselas impondría.

En el caso más optimista, el Reino Unido mantendría una relación comercial con el continente que permitiría la supervivencia de la industria británica del motor, evitando que los vehículos fabricados en su suelo dejen de ser competitivos, las fábricas cierren y la producción se vaya a otra parte.

Honda ya ha dicho que se va. Ford va a cerrar instalaciones. Nissan y Toyota exigen seguridad jurídica o se llevarán la producción a otro sitio. Jaguar Land Rover cree que un mal acuerdo costará decenas de miles de empleos. PSA también ha dejado caer que puede cerrar una o dos plantas. En otras palabras, la industria del motor británica depende casi en exclusiva de manos extranjeras.

Honda anunció el fin de las operaciones en Swindon en 2021 ante varios factores de incertidumbre, sin mencionar el "Brexit" en sí

En el caso más pesimista, el Reino Unido se estrellará contra un muro de cemento grueso como el de una presa, las fábricas echarán el cerrojo o funcionarán al ralentí solo para abastecer al mercado local a base de fuertes subvenciones, pero con pérdidas de empleos en abundancia: casi toda la producción se exporta al continente, como cuatro quintas partes.

Países como el nuestro sufrirán interrupciones en la cadena logística o encarecimiento de componentes, o un menor nivel de ventas para el Reino Unido

Al otro lado del Canal de la Mancha la capacidad de producción sobra, hay fabricantes con fábricas que no están a tope y podrían absorber todo lo que deje de hacerse en el Reino Unido. Además, los países del Este se han consolidado como una zona donde hacer negocios sin riesgos y con un pujante sector automovilístico primario y auxiliar. Y todo eso dentro de la UE.

Si los conservadores no consiguen lo que han prometido, llegará una segunda extinción para la industria británica, que quedó prácticamente desmantelada en un proceso que empezó en los 80 y finalizó con el fin de Rover. Los muebles se salvaron atrayendo inversión extranjera, sobre todo de los japoneses, pero ahora mismo la inversión extranjera no está muy animada a meter su dinero en ese país.

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