Solo un fabricante está cumpliendo con los objetivos de CO2 en Europa, el resto se arriesga a multas multimillonarias
Aunque Europa haya dado más flexibilidad a las marcas para cumplir con sus objetivos climáticos, estas no deben olvidarse de ajustar al promedio de las emisiones de CO2 en sus coches nuevos. Algo que, por el momento, solo está cumpliendo BMW.

Las marcas de coches en Europa lograron “empatar” en el último minuto del 2024 y “forzar la prórroga” con la normativa CAFE. Resumiendo: se les exigía cumplir con unos estrictos niveles de CO2 medios en sus coches nuevos, pero la amenaza de multas multimillonarias hicieron que estas presionaran para aliviar las reglas.
Así lo hizo la Unión Europea, que hizo caso a los fabricantes y ajustó la obligación de cumplir con los promedios máximos de emisiones de CO2: en vez de tener que ajustarse a estos niveles en 2025, podrían hacerlo como promedio sobre los años 2025, 2026 y 2027.
A punto de cumplir el primer año de esta nueva situación, podemos decir que tan solo uno de los grandes fabricantes europeos puede presumir de estar en la senda de cumplir estos baremos de CO2.

BMW, al frente del resto
Según los análisis de seguimientos realizados por S&P Global Mobility, únicamente BMW, incluidas sus otras marcas MINI y Rolls-Royce, están cumpliendo con las exigencias en materia de CO2. Estas obligan a los fabricantes a elevar la cuota de mercado de sus vehículos cien por cien eléctricos, los cuales cuentan como balance cero gramos de CO2.
En Europa se establece que, para cumplir con la reajustada normativa CAFE, las marcas deben alcanzar un 20 por ciento de cuota. Es decir, que al menos uno de cada cinco coches nuevos que vendan sean eléctricos. BMW, en los primeros meses del 2025, alcanzó una cuota del 24,5 por ciento, que crece hasta el 40 por ciento si sumamos los híbridos enchufables.
Este análisis, complementado por el medio alemán FAZ, revela el camino contrario que están llevando otros grandes fabricantes, como por ejemplo Stellantis, que se había autoimpuesto llegar al 21 por ciento este año, pero que de momento se queda justo en la mitad, 10,5 por ciento.

La evolución en Volkswagen es positiva, pero todavía le queda para cumplir sus objetivos: en solo un año, han pasado del 9,8 al 16,8 por ciento, lo que sí que les da una nota de confianza por estar en tendencia ascendente. Mercedes-Benz, más estancada, ronda el 15 por ciento, y Renault, con una mayor apuesta por los híbridos, alcanza un 12,7 por ciento con sus BEV.
Y como ya hablamos en el pasado, el riesgo al que se enfrentan las marcas en caso de no cumplir con los objetivos es importante: por cada gramo que excedan sobre la media estipulada, deberán pagar 95 euros, multiplicado por el número de coches vendidos. Es decir, multas multimillonarias.
Es cierto que la normativa CAFE abre la posibilidad de que las marcas compren créditos de carbono a otras que sí cumplan con las reglas, como ha anunciado recientemente que haría Nissan con BYD. De no llegar a sus objetivos, los fabricantes se verán obligados a recurrir a marcas chinas como esta, Tesla, Volvo…
La propia reglamentación aplica, eso sí, variaciones en función del segmento del vehículo: los que produzcan muchos coches pesados tienen permitido declarar valores ligeramente superiores, mientras que los fabricantes de coches pequeños tendrán límites más ajustados.
Fuente: Ecomento.de

