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La fiabilidad de los coches autónomos exigirá revisiones estrictas

Antes de la llegada de la conducción autónoma a nuestro día a día, ya se está pensando en las consecuencias. La legislación aún no está preparada para este fenómeno, como en la cuestión asignación de responsabilidades. Otra importante cuestión es qué mantenimiento se hace a estos coches.

7 min. lectura

Publicado: 05/08/2016 20:00

Así quedó el primer Tesla Model S que sufrió un accidente en modo semiautomático (Autopilot). El sistema no funcionó correctamente, y el conductor no estuvo pendiente del volante cuando eso ocurrió

A día de hoy, no es obligatorio pasar las revisiones que marcan los fabricantes de los vehículos, más allá de querer mantener la garantía. Ninguna administración está pendiente de eso. Tenemos la obligación legal de pasar otras inspecciones, en España la ITV, para verificar que los vehículos se encuentran en condiciones aceptables para circular.

En una ITV no se mira cuándo se ha cambiado el aceite, ni los filtros, ni el líquido de freno, ni los amortiguadores, ni las pastillas de freno. Eso sí, avisarán que los órganos mecánicos no están en condiciones, por ejemplo por no tener los frenos potencia suficiente, o por tener desgastadas las gomas de los limpiaparabrisas. El resto es, aunque suene sorprendente, voluntario.

Cualquier persona que entienda de mecánica sabrá que un elemental mantenimiento sirve para que los órganos mecánicos del coche no fallen. Hay piezas que tienen una vida útil determinada en tiempo, otras en kilómetros, y tiene mucha influencia el uso que se hace de las mismas. El mantenimiento preventivo intenta evitar el mantenimiento correctivo, que es solucionar averías cuando ya se han producido.

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Prototipo de coche autónomo en pruebas. Ahora mismo los sensores son grandes y aparatosos, pero se conseguirán miniaturizar

En un seminario realizado en Estados Unidos, un par de expertos han hecho unas interesantes reflexiones sobre el futuro de la seguridad vial en lo relativo a los coches autónomos. Se trata de Steven Szakaly, de la National Automobile Dealers Association (equivale a FACONAUTO en España) y Mark Rosekind, de la NHTSA (equivale a la DGT).

Estos expertos insisten en la necesidad de forzar que los coches autónomos a que tengan un mantenimiento estricto para asegurar que todos los sensores y sistemas funcionen correctamente. No hay que esperar a que fallen. Los sensores son los ojos y oídos de los coches autónomos, si no funcionan bien, van parcialmente a ciegas.

Si el mantenimiento se deja en manos del cliente, es posible que los intervalos recomendados se excedan. Todos conocemos ejemplos de conductores que se han pasado los mantenimientos tanto en kilómetros como en meses. La mínima consecuencia de eso es que el fabricante puede estar exento de dar garantía ante un fallo. En el polo opuesto, lo peor que puede pasar es que se desencadene un accidente. Hablar de responsabilidad es hablar de indemnizaciones.

Prueba de conducción autónoma del proyecto SARTRE con modelos Volvo. ¿Qué pasaría si los sensores de uno de esos coches fallase?

En el mundo de la aviación, el mantenimiento es una máxima, y se lleva a rajatabla. Por horas de vuelo y por años, los aviones se revisan de arriba a abajo, desarmándolos si es necesario pieza por pieza. Hay componentes que se sustituyen siempre, aunque luzcan perfectos, para reducir al mínimo la posibilidad de fallo. Por eso, entre otras cosas, volar es tan caro.

Szakaly comentó que un coche convencional que tiene un problema mecánico no supone la misma amenaza para la seguridad vial que uno autónomo, porque puede haber mucha más gente implicada sin su conocimiento. Aboga por un estándar a nivel de industria para que sea obligatorio pasar los mantenimientos en tiempo y forma. Eso nos lleva a pensar en personal especializado, que no abundará al principio fuera de los servicios oficiales.

Ahora mismo, a falta de una legislación más concreta, la responsabilidad en caso de accidente recaería en el dueño del vehículo o el conductor. Volvo es el único fabricante que asumirá legalmente esa responsabilidad, pero claro, exigirá a cambio que esos coches sean revisados por su personal técnico para mantener esa asunción de responsabilidad. Pensando en ello, parece lo más lógico.

Una seguridad a nivel paranoico, como el de la aviación comercial y militar, garantiza altos niveles de seguridad a cambio de un elevado coste - Fotografía: Aero Icarus (Flickr) CC BY SA

Cuanto más avanzados sean los sistemas de seguridad y la tecnología a bordo de los vehículos, mayor será el nivel de preparación de los mecánicos y otros especialistas. Cada vez va a ser más difícil para un taller independiente el tener conocimientos de reparación sobre dichos sistemas, sobre todo si no hay fuertes estándares a nivel industrial.

Podríamos llegar a un punto en que las autoridades exijan a los dueños de los coches autónomos poder demostrar que el mantenimiento está al día, y en un servicio técnico autorizado. Ya pasa en el ámbito doméstico con las calderas de gas, se revisan obligatoriamente cada cinco años, y de forma automática. No depende del usuario llamar a un técnico, otra cosa son las revisiones anuales.

La aviación es cara, y su mantenimiento prohibitivo, pero solo tenemos que echar mano a las estadísticas de accidentalidad y comprobar lo "peligroso" que es volar. Que se estrelle un avión por fallo mecánico o error humano es casi tan insólito como si es por una acción terrorista o fruto de una operación militar muy desafortunada. Eso es así porque la posibilidad de que algo salga mal se ha reducido todo lo posible, es algo insólito e inusual, y por lo tanto, noticiable.

Fuente: Automotive News

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