Indy 500Doble penalización para Penske, pillados de nuevo; Newgarden y Power al fondo de la parrilla
Los dos pilotos, ex-vencedores de la prueba, no pudieron pelear la pole el domingo al detectarse una modificación en los atenuadores. IndyCar golpea con dureza al Team Penske ante las insinuaciones de conflicto de intereses, un año después de la polémica del push to pass.

¿Qué sería de la historia de las 500 millas de Indianápolis sin las controversias? Todos los años hay mucho en juego en esta prueba, lo que ha conllevado docenas de situaciones, infracciones, discusiones e incluso litigios a lo largo de 109 años. La última página en este aspecto la rellena, de forma deshonrosa, un Team Penske más cuestionado que nunca. Y es que la exitosa formación de Roger Penske, que amplió su cosecha de victorias en la Indy 500 a un total de veinte tras los triunfos de Josef Newgarden los dos últimos años, ha sido pillada con las manos en la masa por segunda vez en poco más de un año, lo cual no deja una gran impresión cuando el propietario del equipo lo es también de la propia categoría.
IndyCar ha anunciado este lunes que Josef Newgarden y Will Power, dos de los tres pilotos de Penske, tomarán la salida en la prueba del domingo desde el fondo de la parrilla, en los puestos 32 y 33. La sanción se debe a una manipulación del atenuador en ambos coches, que fue localizada en una inspección técnica en los instantes previos al Fast 12, la segunda de las tres rondas de clasificación para la Indy 500. Inicialmente, solo se decidió impedir que Newgarden y a Power participaran en la sesión, lo que les dejaba en 11ª y 12ª posición para la prueba, pero múltiples equipos y pilotos criticaron que esta acción era totalmente insuficiente.
Como parte adicional de la penalización, los dos estrategas de ambos pilotos, Tim Cindric y Ron Ruzewski, han sido formalmente suspendidos de sus funciones para esta carrera. A su vez, Penske recibe una sanción económica de 100.000 dólares por cada uno de los dos coches implicados, y tanto Newgarden como Power perderán los puntos que les correspondían por sus puestos en el Fast 12, dos y uno respectivamente. Por último, se volverán a repartir las posiciones en pits para que se queden con las dos que no elija nadie, un aspecto en el que eligen los equipos en función de sus puestos en parrilla.
Hilando fino en los pormenores de la infracción, los responsables técnicos de la categoría detectaron que Penske había rellenado los huecos de las juntas que unen el chasis con el atenuador, la parte que protrude de la sección trasera del coche, y que sirve como elemento de absorción en caso de accidente. Sin que esté claro todavía el motivo, y sin explicación oficial del equipo, todo apunta a que esta modificación pretendía obtener una reducción en el drag aerodinámico del vehículo. Varios equipos dicen tener pruebas fotográficas de que este relleno ha estado presente en los atenuadores de Penske, al menos, desde la Indy 500 del año pasado.
A su vez, IndyCar revisó el atenuador trasero de Scott McLaughlin, el tercer piloto de Penske, que no tomó parte en el Fast 12 tras destrozar su chasis en un fuerte accidente durante unos entrenamientos libres disputados tres horas antes. Al no participar de la segunda fase clasificatoria, el coche no se había sometido a la inspección técnica pertinente. Su atenuador no había sido dañado en el accidente y, a diferencia de los otros dos coches, se verificó que cumplía los parámetros legales, algo que los oficiales compararon con las imágenes del vehículo de aquel día. Por ello, McLaughlin conservará su décima posición de salida.
«La integridad de las 500 millas de Indianápolis es primordial, y esta violación de la norma sobre usar las piezas 'tal cual se entregan' es clara», afirmó Doug Boles, presidente del Indianapolis Motor Speedway desde 2013 y nombrado presidente de IndyCar en febrero de este año. «La sanción debe ser más que simplemente empezar la prueba donde los coches hubieran clasificado, de haber tenido la ocasión. Los coches pertenecen a la parrilla como dos de los 33 más rápidos, pero empezar al fondo del pelotón es la sanción apropiada en estas circunstancias», añadió Boles.

Will Power se libró el año pasado, pero no en esta ocasión. / IndyCar Media
La doble penalización ha sido recibida con aceptación generalizada en el paddock de IndyCar, si bien parte de la prensa, pilotos y equipos lamentan la situación con respecto a Jacob Abel, eliminado de la prueba en el Last Row Shootout pese a que su máquina cumplía todos los requisitos legales. Boles explicó en rueda de prensa que los coches de Penske pasaron la inspección el sábado, una situación que les exime de cualquier posibilidad de ser excluidos de la prueba, aun siendo posible que al menos dos de ellos, si no los tres, llevaran el atenuador modificado sin que este hubiese sido detectado. En esa sesión, McLaughlin y Newgarden fueron segundo y tercero, con Power en una lejana décima plaza. Por ahora, añadir a Abel como el piloto 34 de la parrilla no es una opción que se haya contemplado, aunque Dale Coyne Racing tampoco se ha pronunciado al respecto.
Esta situación se suma a la que Penske protagonizó a principios del año pasado, cuando los coches de Newgarden y McLaughlin fueron descalificados del Gran Premio de St. Petersburg mes y medio después de su disputa, debido al uso ilegal del sistema 'push-to-pass' en las resalidas gracias a una línea de código en el software que solo debía estar activa en jornadas de test. Newgarden, que perdió la victoria obtenida en favor de Pato O'Ward, alegó que Penske se había convencido de algún modo de que el uso del P2P en las resalidas había pasado a ser legal, pero su compañero Power no hizo uso del mismo en esas circunstancias, y solo recibió una pequeña penalización de puntos equivalente a los que habría ganado por la infracción de los otros dos pilotos.
Toda esta situación, desde la tarde del domingo, había levantado múltiples críticas hacia la organización de IndyCar, categoría que Roger Penske compró en 2020, en medio de un clima de desconfianza que se ha intensificado en los últimos dos años por un percibido conflicto de intereses. A su vez, pone en serio entredicho la figura de Cindric y Ruzewski, que ya habían sido sancionados por el mismo motivo el año pasado, pero especialmente la de Cindric, que este año delegó su puesto de presidente de Team Penske en todas sus divisiones tras más de 20 años para serlo solamente en el lado de los monoplazas. Aún quedan preguntas sin respuesta, y está por ver cuantas de ellas la tendrán. Por ahora, tendrá que servir la mano de hierro aplicada contra los coches 'ilegales'.
Fotos: IndyCar Media