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Pagamos la gasolina y el diésel como en 2014, pero las petroleras ganan el 50% más

Los últimos datos facilitados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ponen de manifiesto que el margen de beneficio de las compañías petroleras ha crecido a niveles récord.

Pagamos la gasolina y el diésel como en 2014, pero las petroleras ganan el 50% más
El margen de beneficio de las petroleras sube, ¿a qué se debe? - Pixabay

5 min. lectura

Publicado: 20/10/2021 14:00

A mediados de 2014, en España el precio medio de la Gasolina 95 era de 1,453 euros por litro, mientras que el Gasóleo A rondaba los 1,316 euros por litro. Actualmente, la primera está en 1,48 euros por litro y el diésel tiene un precio medio exactamente igual al de hace siete años.

Sin embargo, el margen bruto de los combustibles, en el que se incluye el beneficio empresarial y los distintos costes a los que tienen que hacer frente las compañías para suministrar sus productos en las estaciones de servicio, ha pasado de 17 céntimos por litro a 25, un 50% más que en 2014.

Estos datos llegan en un momento en el que la inflación ha subido hasta el 4% a consecuencia de la escalada de los precios de las materias primas y la energía (electricidad, gas en máximos históricos) y contrastan con el precio del barril Brent, que actualmente ronda los 84 euros, mientras que en 2014 su precio rondaba los 108 euros.

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Más costes vs. más beneficio

El incremento del precio de los carburantes de estos últimos años también ha venido dado por una subida de los impuestos en 2019, cuando entró en vigor la armonización del tramo autonómico del impuesto especial sobre carburantes impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Es decir, un redondeo al alza común a todo el territorio español.

Según informa El Confidencial, la plataforma de Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) puntualiza que las petroleras deben soportar cada vez más cargas normativas, como puede ser la aportación por biocarburantes o al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), lo que redunda directamente en un incremento del coste final para el usuario.

La propia CNMC detalla que más del 22% del margen bruto de distribución no ha sido aclarado por las petroleras

Otros aspectos a considerar son los mayores costes que deben asumir las refinerías por captura de CO2, la inflación o el cambio euro-dólar, que ha variado un 3,4% en relación a 2014. No obstante, según la CNMC, todo ello explicaría una subida de 3 céntimos por litro en el total de los costes derivados de las mencionadas obligaciones normativas, pero no de casi 7 como así ha sucedido.

En resumen, la CNMC considera que, al término de 2020, no se ha producido una variación significativa en el beneficio empresarial, que estima en el 5,5% del margen bruto para el gasóleo A y del 12% en el caso de la gasolina 95. Sin embargo, a la hora de hacer la asignación de costes, la propia CNMC detalla que más del 22% del margen bruto de distribución (unos 5 céntimos por cada litro de combustible) no ha sido aclarado por las petroleras, puntualizando que no dispone de información precisa acerca de esta magnitud.

Gasolineras de hipermercado

Adicionalmente, la CNMC aporta otros datos interesantes. El margen de distribución de Francia es 8 céntimos por litro inferior al de España, que además debe asumir el segundo mayor coste antes de impuestos de Europa. Algo que el sector explica aludiendo a la gran cantidad de estaciones de servicio de hipermercado existentes en el país galo (64% vs. 8% en España). En Francia, sólo el 32% de las estaciones de servicio es propiedad de las principales marcas, mientras que en nuestro país ese porcentaje es del 66%.

En definitiva, España se enfrenta a un coste de partida para los combustibles, antes de impuestos y sin contar el precio del petróleo —que no para de subir—, más elevado que nunca en un escenario de crisis energética sin precedentes.

El coste récord del margen bruto de distribución tiene un efecto más costoso para el usuario obligado a llenar el depósito, ya que a ese coste se le aplican los impuestos específicos de las gasolinas y sobre el total se impone un IVA del 21%, con lo que el efecto contra el bolsillo del ciudadano es aún mayor. De igual modo, el mayor cobro por parte de las petroleras también genera un mayor ingreso para las arcas del Estado.

Fuente: El Confidencial

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