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París se plantea decir "au revoire" a los motores térmicos en 2030

  • Se está estudiando echar a los vehículos de combustión interna al final de la próxima década
  • A partir de 2030 solo habrá en París vehículos eléctricos o de emisión cero
  • Los diésel serán retirados antes, en 2024, los gasolina en 2030

7 min. lectura

Publicado: 13/10/2017 20:00

Calle de París sin coches - Fotografía: dmytrok (Flickr) CC BY ND

La capital francesa se está posicionado de forma cada vez más contundente contra los humos de los coches. Durante décadas la principal preocupación sobre el automóvil fue la de la siniestralidad vial, pero actualmente los escapes matan más que los accidentes de tráfico. Cada vez más políticos toman cartas en el asunto.

La Francia de Emmanuel Macron va a volverse muy hostil con la combustión interna. Ya sabíamos que a partir de 2040 no se podrán matricular vehículos gasolina o diésel a escala nacional, incluyendo los híbridos gasolina-eléctricos. También hemos tomado nota de una posible subida de impuestos al gasóleo y a los coches más caros y lujosos.

Pero ahí no para el clima hostil, ya que la alcaldía de París está planteándose prohibir la circulación de los diésel en 2024 -coincidiendo con los JJOO de ese año- y la de los gasolina en 2030. Ojo, no hablamos de impedir nuevas matriculaciones, sino de "café para todos", incluyendo los actuales modelos Euro 6. París ya ha puesto serias trabas a los vehículos con más de 20 años, que no pueden circular de 8 a 20h en días laborables.

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Esta escena no será posible a partir de 2030, si todo sigue adelante

En primer lugar, ¿es una medida exagerada? Según se mire. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, afirma que el 60% de los parisinos no tienen coche. Si partimos de que ese dato es correcto, perjudicará más a la gente de las ciudades periféricas y a una minoría de parisimos. Al ritmo que van las cosas, en 2030 el porcentaje de parisinos sin coche habrá crecido.

En París no se respira aire de buena calidad, de hecho, ya se han dado episodios de alta contaminación con prohibición de circulación para vehículos de matrícula par o impar, con transporte público gratuito para compensar. Eso no fue hace mucho, diciembre de 2016, pero también pasó en 2014. Irá sucediendo más a menudo ya que el problema no está disminuyendo en la medida deseable.

La capital del amor y la luz lleva tiempo peatonalizando calles, creando viales ciclistas y limitando la circulación. Desde 2001 el tráfico de la ciudad ha bajado un 28%, de acuerdo a France Info. La ciudad va en dirección de tener más tráfico ciclista, un transporte público más eficiente y un mayor uso del coche compartido. La aplastante mayoría de los que circulan por el anillo interior de París van solos, el margen de mejora es evidente.

París cuenta con un servicio de coches eléctricos compartidos, como Emov en Madrid

Para el año 2030 la oferta de coches eléctricos e híbridos enchufables -que pueden circular en zona urbana sin emitir humos- será notablemente superior a la actual. La década 2010-2019 está poniendo de manifiesto que pueden ser una realidad para el ciudadano corriente. La próxima década marcará su explosión de ventas por diversos factores.

El cielo no se caerá sobre las cabezas de los habitantes de Lutecia, la ciudad se está transformando para ser poco atractiva para el automovilista. Esto se está apreciando en diversas ciudades grandes, podemos citar Oslo, Madrid, Londres... Al ser poco amigables para el coche privado, la previsión es que el tráfico siga reduciéndose. Y el que se quede tendrá que ser eléctrico.

Una ciudad donde el tráfico es fundamentalmente eléctrico tiene connotaciones muy positivas: los atascos no producen ningún ruido ni apenas consumo de energía, el silencio permitirá que se aprecien otros sonidos que ahora pasan desapercibidos. La calidad de vida de los parisinos mejorará en gran medida, pero hay que valorar todos los aspectos negativos.

Car2go no opera todavía en la capital francesa, aunque sí opera en Lyon

Toda medida restrictiva tiene que acompañarse de otras que compensen sus efectos. Desde luego el transporte público puede mejorar su frecuencia y velocidad comercial si hay menos vehículos circulando. Para aquellos que no puedan o no quieran prescindir de su vehículo convencional o vengan del extrarradio tiene que haber aparcamiento disuasorio en abundancia, una adecuada intermodalidad de transporte, etc.

Las nuevas tecnologías permiten que un parque de vehículos compartidos pueda utilizarse por mucha más gente que si estuviesen en régimen de propiedad individual, pero sin incrementar el espacio consumido parados o en movimiento. El sentido de tener un coche privado es cada vez menor disponiendo de ese tipo de facilidades, no sale a cuenta.

Se tiene que definir con cuidado una serie de exepciones, como vehículos de emergencia, funerarios, históricos, etc.

Afortunadamente para la industria francesa del automóvil ya se avanza en tener una gama de híbridos enchufables y eléctricos para no perder clientela en las grandes ciudades. Eso sí, los fabricante han de afrontar un futuro en el que los grandes núcleos urbanos tengan menos coches dando servicio al mismo número de personas. Y en ese escenario la mayoría serán eléctricos.

Fuente: France Info

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