El póker imprescindible de la vieja Jaguar
El mundo cambia, evoluciona, avanza. El pasado debe quedar atrás, y eso es lo que han pensado en Jaguar, que ayer avanzó su nueva imagen de marca, que rompe radicalmente con la tradición de una compañía cuyas raíces se hunden ya 102 años.
Fue en 1922 cuando William Lyons y William Walmsley fundaron la Swallow Sidecar Company, que en 1934 pasó a ser la SS Cars, formada por William Lyons. Este es el verdadero origen de Jaguar. Porque llamar a sus coches SS, tras la Segunda Guerra Mundial, tenía connotaciones traumáticas -ya saben, las SS hitlerianas-.
Así que el 23 de marzo de 1945, la empresa pasó a llamarse oficialmente Jaguar Cars Limited. Y con él apareció el celebérrimo símbolo del jaguar lanzándose al ataque. Una imagen que ha cruzado la segunda mitad del siglo XX y casi el primer cuarto del XXI, pero que cesa ahora con la mirada puesta en que en 2026, todos los Jaguar sean eléctricos.
Así que quizás sea el momento de traer al recuerdo algunos de los modelos que han marcado la historia de la marca, y eso hablando sólo de coches de calle. Modelos que ya no volverán, pero que quedan como testimonio de la gloria de la marca.
Jaguar XK120
El Jaguar XK120 fue el modelo que lanzó a la marca al estrellato. Y lo hizo casi desde que empezó a llamarse Jaguar, porque el XK120 apareció en 1948 y se convirtió de inmediato en el coche más rápido del mundo con sus 190 kilómetros por hora.
Fabricado al principio en aluminio y a mano, estuvo en producción hasta 1954, cuando ya se fabricaba también en acero. Contó con dos versiones, de techo rígido o descapotable, que lo hacían versátil para cada consumidor.
En el capó se alojaba un motor de 3.4 litros y seis cilindros en línea que era obra de William Heynes, y cuya potencia oscilaba entre los 162 caballos de base, hasta los 223 si se montaban algunos extras.
Con 12.055 unidades producidas, el modelo se extendió con las variantes XK140 y XK150 hasta 1960, pero fue el XK120 el que asombró al mercado por el carácter deportivo y el excelente diseño de la marca.
Jaguar E-Type
El Jaguar por antonomasia. La obra maestra. La inmortalidad para la marca en la historia del automóvil. Los adjetivos se quedan vacíos al hablar de este vehículo que se presentó precisamente tras cesar la serie XK, en 1961.
Apareció en 1961, cuando se presentó en marzo de ese año en el Salón del Automóvil de Ginebra. Fue un éxito inmediato, con las líneas aerodinámicas trazadas por Malcolm Sayer que llevaron a Enzo Ferrari a considerarlo el coche más bonito del mundo.
Montaba un enorme motor de seis cilindros en línea –de ahí su característico frontal- de 3.8 litros, cuyo origen estaba en motores diseñados durante la Segunda Guerra Mundial. Entregaba 265 caballos, que permitían lanzar al deportivo hasta los 240 km/hora y acelerar de 0 a 100 en sólo 6’9 segundos.
Para frenarlo, Jaguar introdujo los frenos de disco, algo que había probado en competición con excelentes resultados. De hecho, el chasis monocasco también derivaba de la competición, con un armazón tubular para el motor. Eso, más la suspensión trasera independiente, convertían al coche en muy manejable y rápido.
Hubo tres versiones del mismo hasta 1975, pero la Serie I es la más redonda de todas, sea en su versión coupé o roadster. En total, fueron 72.000 E-Types los que vinieron al mundo. Y aún hoy sigue siendo un vehículo asombroso.
Jaguar XJ6
Jaguar no es sólo deportividad, elemento que obviamente les ha caracterizado en todos estos años. Es también elegancia, lujo, confort. Es atemporalidad en sus diseños. Y eso se ratificó en 1968 cuando lanzaron al mercado la Serie XJ6.
Fue el último diseño de Sir William Lyons, pues se retiraría en 1972. Y podríamos decir que dio lo mejor de sí mismo, con una línea fluida y elegante, de cintura baja y un frontal caracterizado por las cuatro ópticas redondas que fueron emblema de la Jaguar señorial hasta nuestros días.
Montaba un chasis monocasco, lo que otorgaba rigidez y un carácter algo deportivo para tratarse de un sedán. Pero la comodidad lo era todo, y eso se lograba con cuatro suspensiones independientes. Y por supuesto, un interior lujoso que contaba con aire acondicionado opcional.
Inicialmente se ofrecía con un motor de seis cilindros en línea con dos opciones, de 2.8 litros y 149 caballos o de 4.3 litros y 186 caballos. En cualquier caso, contaba con el doble depósito de combustible para garantizar la autonomía en los largos viajes para los que el coche estaba pensado. Con este coche, y sus evoluciones, la marca elevó el listón en cuanto a deportiva elegancia.
Jaguar XJ220
Y en este póker de felinos no puede faltar el maravilloso XJ220, que fue lanzado al mercado en 1992 como fruto de calle de la experiencia y éxitos de la marca en el Grupo C de resistencia. Su nombre es porque esperaban alcanzar las 220 millas por hora con él.
Y efectivamente, en su momento fue el coche más rápido del mundo y sigue siendo el más veloz creado jamás por la marca, con 342 kilómetros por hora como máxima. Llegó a alcanzar los 347 km/h en un récord, pero no los 354 que equivaldrían a las 220 millas. En todo caso, esta fue la última gran locura de Jaguar, puesto que la idea es que sólo fuera un concept car.
Y como tal se presentó en 1988. Pero causó tal sensación el diseño de Keith Helfet que en diciembre de 1989 se iniciaron los planes de producción. Fabricado con paneles de aluminio en forma de panal, el coche era resistente y ligero, sólo 1.470 kilogramos.
Y el motor V6 biturbo de 3.5 litros hacía el resto con sus 550 caballos, lanzando al largo y aerodinámico supercoche de 0 a 100 en 4 segundos, agarrado al suelo con neumáticos de 18 pulgadas y pisada de 345/35. Es el supercoche de Jaguar en la época de los supercoches.
Pero a diferencia de otros, como el Ferrari F40 que tuvo 1.315 unidades, el Jaguar XK220 sólo se fabricó en 275 ejemplares, cuya producción terminó en 1994. Para entonces, la marca ya estaba en manos de Ford.
Y aunque ha habido magníficos modelos de la marca en tiempos recientes, para el autor de estas líneas, estos cuatro modelos son los que marcan las piedras miliares de la marca en la historia del automóvil. El futuro será eléctrico y sin un felino que ataque. Pero Jaguar, la del pasado, siempre será excitante.