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PSA reclama a General Motors más de 600 millones de euros por los motores Opel

Con los motores actuales de Opel y Vauxhall va a ser harto difícil cumplir con los objetivos de reducción de emisiones en la UE para 2021. PSA es consciente de ello y planea reclamar a General Motors más de 600 millones de euros en concepto de compensación.

6 min. lectura

Publicado: 30/11/2017 20:00

Cuando PSA se hizo con las marcas Opel y Vauxhall, comprándolas a General Motors, desconocía que se avecinaba un problema inmediato, la proximidad con 2021. En ese año entrará en vigor un límite de emisiones de CO2 de 95 gramos/kilómetro, y no parece que Opel vaya a poder cumplirlo.

En consecuencia, por cada gramo excedido de media y unidades vendidas habrá que multiplicar por 95 euros. Un cálculo de Jefferies citado por Reuters asciende a más de 1.000 millones de euros en multas durante los próximos cinco años. Eso pondría en peligro la existencia de Opel.

PSA ve que las cuentas no van a salir, la media de emisiones de Opel va más bien hacia 105 g/km con ese horizonte. Como los motores desarrollados bajo el paraguas de General Motors son menos eficientes de lo que deberían, exigirá al gigante americano una compensación que alcanza la mitad de lo pagado por las dos marcas.

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El Grupo PSA metió 650 millones de euros en "efectivo" y 670 millones en garantías de pago que acabarán siendo acciones. Eso suma casi 1.300 millones de euros. Según Reuters, PSA va a reclamar a General Motors formalmente entre 600 y 800 millones de euros, y si los americanos se niegan, tendrán que recurrir a un arbitraje.

Antes de la venta, Opel tenía unos objetivos poco realistas de venta de más diésel, pero los consumidores están eligiendo más motores de gasolina debido al escándalo de las emisiones y las posibles restricciones al circular. Por otro lado, se calculó de forma muy optimista el nivel de ventas del Ampera-e, pero la fábrica no da abasto por la demanda en Estados Unidos.

Ahora mismo los Ampera-e se venden a pérdida (únicamente en Noruega), por lo que se ha aumentado el precio. Aún así, no ganarán dinero con él, pero es que sin el Ampera-e será aún más difícil llegar al objetivo de 95 gramos. En consecuencia, PSA tiene que acelerar sus planes de electrificación para bajar las emisiones de carbono. Para 2024 toda su gama tendrá una versión eléctrica de acuerdo al plan PACE!

Opel Ampera-e

Otra opción natural es vender menos coches de mayor consumo, como pueden ser los SUV, pero es tarde para eso. Opel no puede sacar rápidamente un catálogo de coches frugales, es más razonable acelerar la transición hacia las motorizaciones PSA, que son más eficientes de media que las que General Motors dejó hechas.

Hace unos años, en una presentación de Opel, un cargo relevante de la marca admitió a los presentes que su punto débil eran los motores. No iba muy desencaminado. Los gasolina tienen que reducir más sus consumos para reducir las emisiones de CO2, ya que una cosa implica la otra por relación estequiométrica.

Opel se ve atrapada a corto plazo en la moda SUV y que más clientes reniegan del diésel, que es una tormenta perfecta que puede afectar a más fabricantes. En plena época de reducción de emisiones se venden coches que emiten más, pues es lógico que ocurra esto. Leyendo entre líneas es más complicado que salgan modelos deportivos o prestacionales salvo en pequeñas series.

El catálogo de Opel no está especializado en modelos muy frugales, aunque hay buenas excepciones como el pequeño Karl

Mary Barra, consejera delegada de General Motors, ya sabía que Opel tenía complicado lograr los objetivos de reducción de emisiones, pero no fue del todo sincera con los negociadores franceses. El tiempo corre y PSA se tiene que poner las pilas para tener motores más eficientes antes de la fecha límite.

Opel es de los pocos fabricantes que apuesta por el GLP, un combustible alternativo que reduce las emisiones de carbono y las tóxicas, pero no está suficientemente extendida: una versión por modelo. Quizás les conviene aumentar esa gama, una tecnología disponible ya para reducir el problema, con menor inversión respecto a otras soluciones propuestas.

PSA aspira a ganar dinero con Opel en 2020, puede que ese objetivo haya que retrasarlo. General Motors se había hartado de perder dinero desde 1999 con sus marcas europeas, y faltó muy poco para que se deshiciesen de ellas en plena reestructuración, entre 2008 y 2009. Finalmente eso quedó en nada. Si devuelve dinero a PSA, habrá que sumar más pérdidas a la retirada europea.

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