Motor.es

PruebaMazda3 2014, presentación (III): comportamiento dinámico

Nos ponemos al volante del Mazda3 2014 para conocer cuáles son sus aptitudes dinámicas ¿Deportividad o confort? En pocos minutos nos dejó claro cuál es la apuesta del compacto japonés. Durante la presentación del modelo tuvimos oportunidad de conducir las cuatro motorizaciones y los dos tipos de transmisión que están disponibles en la gama española.

Mazda3 2014, presentación (III): comportamiento dinámico

5 min. lectura

Publicado: 16/10/2013 08:00

Durante la presentación europea del nuevo Mazda3, el fabricante japonés nos citó en Barcelona para realizar varios trayectos por el Penedés catalán hasta la ciudad de Sitges. En la toma de contacto pudimos disfrutar de una amplia variedad de vías en nuestros recorridos, permitiéndonos obtener una idea bastante clara de lo que puede ofrecer el modelo japonés.

COMPORTAMIENTO

Durante los dos días de presentación del modelo pudimos disfrutar de las cuatro motorizaciones y los dos tipos de transmisión disponibles en la gama del Mazda3. En general, todos destacan por su confort de marcha, suavidad y consumos contenidos.

El motor 1.5 de 100 CV es de nueva factura y se presenta como la opción ideal para aquellos que circulen con frecuencia por ciudad, siempre que practiquen una conducción relajada. El 2.0 de 120 CV es más polivalente y suficiente para casi todo. La versión de 165 CV es más prestacional, pero no renuncia a la comodidad, entregando su potencial de manera suave y lineal. En cuanto al gasóleo, el 2.2D de 150 CV es satisfactorio en todos los tipos de vías y con unos buenos bajos que consiente olvidarse del cambio de marchas.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

¡Infórmate!

Aunque su diseño es muy dinámico, no me ha parecido que sea un modelo que sobresalga por su deportividad, mostrando poca agilidad en los cambios de dirección. Por ejemplo, un Seat León o un Ford Focus manifiestan un comportamiento claramente más deportivo. Además tendremos la sensación de conducir un coche mucho más ancho de lo que es en realidad, una impresión que quizá se deba a que los asientos están bastante separados de las puertas.

El Mazda3 no es muy deportivo pero sí es capaz de rodar con mucho aplomo, incluso a ritmos elevados, ofreciendo un gran nivel de comodidad tanto al conductor como a los pasajeros.

El aislamiento es bueno y la rumorosidad se mantiene baja con todas las mecánicas (solo el diesel se deja notar un poco cuando está frío), no hay vibraciones, la dirección es algo imprecisa pero cuenta con una buena asistencia y la suspensión filtra muy bien las irregularidades del asfalto sin ser excesivamente blanda.

La transmisión automática funciona bien y es muy cómoda circulando por la ciudad, aunque lastra un poco las prestaciones finales del coche. Puede manejarse en modo completamente automático o bien de manera secuencial con movimiento de la palanca o las levas tras el volante. Estas levas son de un tamaño algo pequeño y me ha parecido que un conductor con manos pequeñas le puede costar alcanzarlas con comodidad.

Decantarse por esta caja podría ser una opción recomendable si no fuera porque el cambio manual me ha encantado por su extrema suavidad y precisión, invitando a jugar con él. Asimismo, las relaciones de cambio son muy acertadas y permiten aprovechar bien las prestaciones de las cuatro mecánicas disponibles.

Como principal punto negativo en la conducción diaria, claramente destacaría la inoportuna situación del pilar A. Está situado 10 cm más atrás que en la anterior generación y es más inclinado, lo que impide ver correctamente en muchas curvas a izquierda al estorbar en el campo de visión del conductor.

Presentación y prueba del Mazda3 2014, índice de capítulos:

Compártela en:

Pixel