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Comparativa VW T-Cross vs VW T-ROC, juntos pero no revueltos (Con vídeo)

¿Dos modelos diferentes para un mismo segmento? La moda SUV está tan en alza que Volkswagen se lanza al mercado con dos B-SUV. Por un lado el pequeño y reciente Volkswagen T-Cross, y por otro el maduro Volkswagen T-ROC. Un enfrentamiento fratricida para dominar el segmento.

Comparativa VW T-Cross vs VW T-ROC, juntos pero no revueltos (Con vídeo)

25 min. lectura

Publicado: 25/08/2019 15:00

A día de hoy las ventas de SUV están tan disparadas que incluso un fabricante es capaz de poner dos modelos diferentes en un mismo segmento. Eso es lo que ha hecho Volkswagen en el competido nicho B-SUV. Por un lado nos presentan al ya conocido Volkswagen T-ROC, y por otro tenemos a la novedad, el Volkswagen T-Cross. Juntos pero no revueltos estos hermanos guardan muchas similitudes y algunas diferencias. ¿Se puede elegir entre uno y otro? ¿Cuál es mejor? Para responder a esas preguntas planteamos esta comparativa fratricida.

Que conste que Volkswagen no se ha vuelto loco por sacar dos modelos en el mismo segmento, en ningún caso pretenden que uno pise al otro pues según ellos cada coche va destinado a un público diferente. Esto se deja notar principalmente en el precio de venta, que todo sea dicho de paso en ambos casos es elevado, de los más elevados de la categoría. En el caso del pequeño T-Cross la oferta actual arranca en los 18.990 euros, mientras que el T-ROC sale más caro, partiendo en el mejor de los casos en los 22.760 euros. Por este motivo mientras que el T-ROC puede ir destinado a un público más general, el T-Cross se enfoca más a una masa de clientes más joven con menos presupuesto pero que apueste más por lo estético.

Vistos por delante ambos coches se parecen entre sí. Las parrillas son similares, lo mismo que los faros principales aunque en ambos casos los del T-ROC son algo más estrechos. Ambos cuentan con elementos de diseño parecidos, como las molduras del parachoques que en el caso del T-Cross hacen la función de luz antiniebla mientras que en el T-ROC es un plástico ya que el antiniebla está más abajo. Los parachoques también son diferentes y estos a su vez pueden cambiar en cada uno de los paquetes de diseño que están disponibles: Edition, Advance, Sport y Firs Edition para el T-Cross y Edition, Advance, Advance Style y Sport para el T-ROC.

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Misma familia, mismo segmento pero planteamientos diferentes para el T-Cross y el T-ROC

Vistos de lado se aprecia mejor las diferencias entre uno y otro. Se nota que el T-ROC tiene unas medidas más recortadas. Apenas son 12 centímetros lo que les separa, 4,11 metros para uno y 4,23 para el otro, pero se nota la diferencia. La forma también es diferente. Mientras que el T-ROC presenta una mayor distancia entre el pilar C y el final del coche con una línea más estilizada, el T-Cross tiene una trasera mucho más corta y rectangular para así no perder habitabilidad. En cuanto a las llantas ambos parten desde las 16 pulgadas de tamaño, pudiendo llegar a las 19 pulgadas en el caso del T-ROC y 18 en el T-Cross aunque este último juega con una baza especial y es que su diseño se puede customizar en función del color de la carrocería.

Y es que esa es otra de las diferencias que separan ambos coches. Aunque el T-Cross está destinado a un público más joven las opciones de personalización son más reducidas en su caso. El T-ROC gana la partida en este apartado gracias a una paleta de colores ligeramente más amplia que incluye opciones con pintura bicolor para el techo y la carrocería, tal y como pasa en la unidad que tenemos aquí con nosotros. Aunque es una pena que no tenga la posibilidad de incluir una doble pintura para así poder jugar un poco más con el aspecto exterior.

Si por delante uno y otro se parecen, por detrás no se parecen en nada en absoluto. Mientras que el T-ROC juega un poco más con la línea del Tiguan, el T-Cross opta por un estilo más particular y personal donde toda la atención recae sobre los faros y el antifaz negro que los separa. Posiblemente sea el rasgo más característico del coche. Sí que es cierto que ambos juegan mucho con las líneas horizontales para generar sensación de empaque, pero está claro que en eso gana el T-ROC, que presenta un aspecto más maduro con elementos más grandes, como el parachoques.

El T-Cross es el SUV más pequeño que Volkswagen tiene actualmente a la venta

Si vamos al interior vemos las menores diferencias entre ambos coches. De hecho los habitáculos se parecen tanto que bien podrían ser el mismo, pero no es así y hay diferencias. Vamos primero con el pequeño T-Cross para saber qué nos ofrece. A simple vista la primera sensación que nos recibe es la de un interior bien hecho y que recuerda mucho al del Polo. Pero a diferencia encontramos muchas superficies de plástico duro. De hecho todo el interior está fabricado en ese material y aunque tenga buen tacto la realidad es que la calidad está por debajo de las expectativas ya que no estamos hablando del coche más barato de la categoría ni muchísimo menos.

Pero más allá de eso la verdad es que la disposición es correcta. Buena ergonomía como ya es habitual en Volkswagen. La pantalla central, que es táctil y puede llegar a presentar un tamaño de ocho pulgadas, está situada en la parte más alta del salpicadero para así desatender menos la conducción. Por debajo de ella dos salidas de aire, algo pequeñitas, y toda la zona del control de la climatización y botonería auxiliar. Es una estructura similar a la del T-ROC, pero en ese caso las salidas de ventilación están pegadas a la pantalla y el módulo de la climatización es por ruedas en lugar de botones.

Ambos son muy prácticos ya que ambos ofrecen muchos espacios donde dejar el móvil, botellas, la cartera, llaves y demás enseres

En cuanto al espacio en la segunda fila de asientos, hay sorpresa. De los 12 centímetros de diferencia que separan ambos modelos, solo 4 de ellos los encontramos en la batalla. El T-ROC tiene más distancia entre ejes, y eso quiere decir que en un principio debería ofrecer una mejor habitabilidad para los ocupantes traseros. En teoría. La realidad es que el T-Cross es ligeramente más amplio en las plazas traseras, con un tamaño similar al ofrecido en un Volkswagen Polo. Además el acceso también es más cómodo gracias a una mayor altura con respecto al suelo y a unas puertas que abren casi en un ángulo de 90 grados.

Debo decir que en ambos modelos hay espacio más que de sobra para las piernas e incluso para la cabeza, pero el T-Cross me ha dado mayor sensación de amplitud. Ambos están diseñados para cinco pasajeros, pero más de cuatro provocará que el espacio trasero merme muy deprisa por la estrechez de la plaza central. Así que mejor para cuatro que para cinco ocupantes. La última ventaja del T-Cross frente a su hermano es la banqueta trasera deslizante longitudinalmente. Si queremos ampliar el volumen del maletero podremos ganarle 14 centímetros gracias a ese truco, aunque eso sí nos obliga a reducir el espacio para las piernas de los pasajeros posteriores.

El interior del T-ROC está mejor presentado, aunque la cantidad de plásticos es excesiva en ambos

Y ya que hablo de maletero, ambos ofrecen un espacio de carga generoso y bien aprovechado. En esta batalla el T-ROC sale una vez más vencedor por su mayor tamaño. Sus 445 litros de capacidad mínima son 60 más que 385 ofrecidos en el T-Cross, aunque cabe recordar que al desplazar la fila trasera ese tamaño puede crecer hasta los 455 litros. En cuanto a máxima capacidad de carga ambos ofrecen cifras muy similares. 1.281 litros para el T-Cross y 1.290 para el T-ROC. Para ambos modelos Volkswagen ha instalado un asiento de copiloto completamente abatible, por lo que podemos cargar bártulos de gran longitud en ambos casos.

La carga tecnológica se ha convertido a día de hoy en un argumento de peso a la hora de comprar un coche. El tener más o menos equipamiento puede desnivelar la balanza en favor de un modelo u otro, pero en este caso no es así. Dado que ambos coches se apoyan sobre plataformas similares el equipamiento que ofrecen es muy similar. Entre esos gadgets que podemos encontrar en ambos modelos destacan los faros de LED, la pantalla táctil de hasta ocho pulgadas, el cuadro de instrumentos digital, conectividad para dispositivos móviles, sensores y cámaras de aparcamiento, cargador inalámbrico, acceso y arranque sin llave y por supuesto un amplio despliegue de elementos y asistentes a la seguridad.

Pero alguno tiene que venir más equipado que otro, y en este caso llega el T-ROC. Su precio de venta más alto le obliga a incluir cosas que su hermano pequeño no es capaz de dar. Esos elementos son pocos, pero los hay. Los más destacados son el portón del maletero de apertura eléctrica, el sistema de sonido BEATS audio con hasta 10 altavoces y el techo panorámico. Es decir nada que en realidad vayamos a echar de menos. Por lo tanto un empate técnico en lo que a equipamiento se refiere porque ninguno consigue desnivelar la balanza lo suficiente.

Aunque sea más pequeño el T-Cross ofrece un mejor espacio en la segunda fila de asientos

El T-Cross achaca ciertos problemas de juventud a la hora de mirar bajo el capó. Dado que estamos ante un modelo relativamente nuevo la oferta mecánica es por el momento corta. Se ofrecen dos motores, uno diésel de 95 caballos y otro gasolina con dos niveles de potencia, 95 y 115 caballos. En todos los casos la fuerza se transmitirá exclusivamente al eje delantero a través de cajas de cambio manuales de cinco y seis velocidades y únicamente la unidad más potente tendrá acceso a un DSG con siete marchas que incrementará el precio de venta en 1.200 euros.

Por su parte el T-ROC presenta una oferta más variada, aunque también hay que reconocer que lleva más tiempo en el mercado. No sería nada extraño pensar que en un futuro ambos modelos presenten las mismas configuraciones. Pero actualmente la oferta del T-ROC está compuesta por 3 motores de gasolina y dos diésel. Las potencias arrancan donde lo deja el T-Cross, en los 115 caballos, pudiendo llegar a un máximo de 190. Todas las mecánicas podrán asociarse a una caja de cambios automática DSG de siete velocidades, pero solo el diésel más potente de la gama podrá tener acceso a una tracción total 4MOTION.

Comparativa Volkswagen T-Cross vs T-ROC

Diferentes en cuanto a diseño y precio, similares en cuanto a calidad, equipamiento y habitabilidad y prácticamente idénticos en cuanto a su conducción. Como ya he dicho ambos coches se plantan en plataformas casi idénticas. Mientras que el T-Cross hace uso de la estructura MQB A0, el T-ROC emplea una versión derivada, la MQB AB. Eso nos deja con un comportamiento dinámico muy similar. Ni siquiera la diferencia de peso es suficiente para marcar diferencias ya que ambos están separados por 20 kilogramos que van a favor del más pequeño de los dos.

El concepto es diferente, el T-Cross es más urbano, mientras que el T-ROC es más polivalente

La mayor desigualdad entre uno y otro reside en los motores y en la entrega que estos ofrecen. Para esta comparativa hemos tomado dos versiones que en un principio deberían ser de las más vendidas en ambos modelos. Por un lado el T-Cross equipa la variante más prestacional de la que puede hacer gala en la actualidad. Es el 1.0 TSI de 115 caballos con cambio automático de siete velocidades. El T-ROC por su parte muestra más rendimiento gracias al motor 1.5 TSI de 150 caballos. En ese caso el cambio también es un DSG de siete velocidades. La única configuración compartida es la tracción, que en los dos casos se destinaba al eje delantero.

Los 35 caballos que separan uno del otro son más que evidentes y se dejan notar mucho a la hora de conducir. No solo es que el T-ROC tenga más potencia es que el motor es más grande. En lugar de tres cilindros cuenta con cuatro y un mayor cubicaje, eso quiere decir que además de más potencia tenemos más entrega, más par. 250 Nm entre las 1.500 y las 3.500 vueltas. Es un amplio rango de revoluciones, revoluciones normales que permiten que el coche tenga una ágil respuesta en todo momento. Diría sin temor a equivocarme que con este motor tenemos rendimiento más que de sobra para un T-ROC.

Gracias a eso está pensado para un uso más polivalente. Aunque sus medidas lo hacen muy solvente en espacios cerrados, el T-ROC 1.5 TSI permite realizar viajes largos sin problemas. Es capaz de adelantar con toda normalidad y salir desde parado apenas supone un esfuerzo. Ni siquiera el circular completamente cargado o por un puerto de montaña supondrá un problema. Motor solvente asociado a una caja de cambios que sabe aprovechar perfectamente cada caballo y cada Nm de entrega. El complemento perfecto aunque algo caro ya que incluirlo supone pagar algo más de 1.200 euros.

En caso el T-ROC es algo diferente. Su concepto urbano le hace ser ideal en ese tipo de entornos. Su radio de giro minúsculo y sus medidas recortadas le permiten desenvolverse como pez en el agua en la ciudad o en terrenos cercanos a la misma. Otra cosa es realizar viajes largos. El motor tricilindrico de un litro es algo más perezoso. Tampoco podemos exigir de él un comportamiento mayor, pero está claro que no es tan solvente en carreteras rápidas como el 1.5 TSI de su hermano mayor. Algo parecido pasa con el T-ROC de 115 CV, como ya os contamos en la prueba.

Los dos pueden llegar a disponer de avanzada tecnología, aunque el T-ROC incluye más elementos

Las aceleraciones fuertes le cuestan, y aunque no tenga problemas en realizar adelantamientos tendremos que preparar bien el coche para no quedarnos sin respuesta, algo que como ya he dicho antes, al T-ROC no le pasa. Más que por culpa del motor es por culpa de la caja de cambios. A pesar de tratarse de un DSG, la caja está configurada para reducir los consumos y maximizar el confort. Las transiciones son muy suaves, pero no tan rápidas como cabría esperar. Poniendo la palanca en la posición manual se vuelve más reactiva, y en ese caso sí que conseguiremos un mejor comportamiento.

En cuanto a consumos, ambos juegan con sus propias armas. El motor de cuatro cilindros presenta tecnologías de ahorro destinadas a bajar las emisiones y el gasto, mientras que el tres cilindros apuesta claramente por ofrecer siempre bajos consumos. La realidad es que tras haber hecho uso de ello en escenarios semejantes el T-Cross es justo vencedor. Pero tampoco por mucho.

Hay que diferenciar entre uso urbano y uso extraurbano. En el primero el T-Cross presenta unos consumos ridículos, muy cercanos a los 4,5 litros que anuncia de forma oficial Volkswagen. Pero por el contrario el T-ROC es más eficiente fuera de la ciudad. En ambos casos se ha podido rodar por debajo de los cuatro litros de media, pero en cuanto elevamos el ritmo el consumo del 1.0 TSI sube más deprisa que en el 1.5 TSI. De hecho en carreteras rápidas los datos son prácticamente idénticos. Así que, para que quede claro: uso principalmente urbano, mejor el T-Cross. Uso combinado, mejor el T-ROC. Algo esperado por otro lado.

En ciclo urbano el T-Cross saca mejores consumos, pero en carretera el T-ROC es más eficiente

La batalla del confort también está muy igualada en ambos casos. De hecho me ha sorprendido el comportamiento del T-Cross porque no resulta muy diferente al de su hermano. Aunque uno pudiera pensar que el T-ROC es un coche más adulto, en un uso normal ambos son muy similares en cuanto a comodidad y rumorosidad. Ambos ofrecen mucho confort de marcha y eso siempre es algo de agradecer. Obviamente eso quiere decir que ninguno de ellos es bueno en terrenos movidos, pero tampoco se le pretende, a pesar que el T-ROC puede disponer de varios modos de conducción.

Son coches que ofrecen comodidad en todo el amplio sentido de su palabra. Desde la ergonomía de sus asientos al tarado de las suspensiones la comodidad está presente. Dirección y amortiguadores pecan de blando, aunque debo decir que podrían haber dado un poco más de sensibilidad a un volante excesivamente asistido. Por lo tanto si buscamos un coche cómodo, los dos lo son, tanto que no puedo decantarme por uno o por otro. Las cosas como son.

Si buscas un SUV urbano mejor optar por el T-Cross, pero si buscas un coche más polivalente el T-ROC es mejor opción

Tampoco son coches para el campo como sus cotas de altura libre dejan bien claro. 184 milímetros para el T-Cross y 161 para el T-ROC. Es algo absurdo que el mayor tenga menos altura libre porque es el único que puede disponer de tracción 4MOTION. Por lo tanto esta solo nos ayudará en arranques de baja fricción o terrenos algo deslizantes. Pero repito, ninguno de los dos es un coche para uso extensivo de campo y los dos sufren mucho ante el más mínimo inconveniente.

Conclusiones

Tan parecidos pero tan diferentes. La elección entre el T-ROC y el T-Cross está muy equilibrada. Ambos se parecen tanto que se podría decir que el diseño y el precio son sus mayores diferencias. Y como en diseño no hay nada escrito habrá a quien le parezca más bonito uno que otro. Pero sin lugar a dudas el T-Cross busca atraer un público más juvenil y urbano. Por el contrario el T-ROC es más coche, un coche más maduro que busca un dueño joven pero con una capacidad económica algo mayor. Por lo demás ambos coches son prácticamente idénticos para una misma configuración mecánica.

Decantarse por uno o por otro puede ser una mera cuestión estética o de presupuesto

Entre las cualidades de uno y otro están la garantía de ser un producto Volkswagen, la excelente habitabilidad interior, un buen equipamiento, amplias opciones de personalización y una conducción tranquila y refinada con consumos eficientes y bajos. Por el contrario entre los aspectos más negativos está el precio de venta elevado con respecto a la competencia y la excesiva cantidad de plásticos en el interior que no concuerda con ese precio de venta.

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Habitabilidad interior
  • Comportamiento refinado
  • Bajos consumos
  • Rendimiento T-ROC 1.5 TSI
Nos ha gustado menos
  • Precio elevado de venta
  • Plásticos interiores
  • Versiones de acceso
ValoraciónNota8.1
Comportamiento8
Rendimiento8
Prestaciones7
Consumos9
Seguridad8
Confort8
Habitabilidad9
Equipamiento8
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