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Desde su creación en 1967, AMG ha dejado una huella imborrable en el mundo del automovilismo, convirtiéndose en sinónimo de innovación y rendimiento extremo. Con hitos en competición y modelos icónicos, su legado continúa marcando la evolución de la alta ingeniería automotriz.
AMG ha sido, durante más de cinco décadas, un referente en el desarrollo de vehículos de alto rendimiento y en la ingeniería automotriz de vanguardia.
Lo que comenzó como un pequeño taller especializado en motores de competición para Mercedes-Benz, se transformó en una marca icónica que combina la máxima potencia con el lujo y la exclusividad.
La estrecha colaboración con Mercedes-Benz no sólo ha llevado a AMG a triunfar en los circuitos, sino también a crear algunos de los modelos más deseados por los entusiastas del automovilismo.
El SLS AMG fue el primer automóvil fabricado completamente por AMG, con un motor de 571 CV.
AMG es la división de alto rendimiento de Mercedes-Benz, conocida por desarrollar versiones más potentes y exclusivas de los modelos de la marca.
AMG fue fundada en 1967 por dos ingenieros alemanes, Hans Werner Aufrecht y Erhard Melcher, y originalmente trabajaba como una empresa independiente que modificaba coches de Mercedes-Benz para competición y alto rendimiento.
El nombre AMG proviene de las iniciales de sus fundadores (Aufrecht y Melcher) y el lugar de origen de Aufrecht, Großaspach.
Mercedes-AMG se caracteriza por crear coches con motores más potentes, suspensiones mejoradas, aerodinámica optimizada y sistemas de escape más deportivos.
Además, muchos de los motores de AMG se ensamblan bajo el principio de «One Man, One Engine» (un hombre, un motor), lo que significa que cada motor es construido a mano por un sólo técnico, garantizando así un alto nivel de artesanía.
Simplificando, podemos decir que un coche AMG es una versión mejorada y más deportiva de un modelo estándar de Mercedes-Benz, diseñada para ofrecer un rendimiento superior y una experiencia de conducción más emocionante, manteniendo al mismo tiempo el lujo y la calidad que caracterizan a la marca.
La historia de AMG comienza en 1967, cuando Hans Werner Aufrecht y Erhard Melcher, dos ingenieros ex-Daimler-Benz, fundaron su propia empresa en un viejo molino de Burgstall. Su objetivo era claro: desarrollar motores de carreras para coches Mercedes-Benz.
El primer gran éxito llegó en 1971, cuando el AMG Mercedes 300 SEL 6.8 ganó su categoría en las 24 horas de Spa, demostrando que el trabajo de empresa estaba a la altura de la competición internacional.
Con el tiempo, AMG creció. En 1978, el pequeño emplazamiento se reveló insuficiente, por lo que la empresa se trasladó a Affalterbach, donde ya contaba con 40 empleados. Para 1985, AMG había incrementado su plantilla a 100 empleados, consolidándose como una potencia en la ingeniería automotriz de alto rendimiento.
Un hito importante se produjo en 1988, cuando AMG se convirtió en el equipo oficial de Mercedes-Benz en el Deutsche Tourenwagen Meisterschaft (DTM), marcando el regreso de la marca a la competición.
En 1990, AMG firmó un acuerdo de cooperación con Mercedes-Benz, lo que llevaría a una estrecha colaboración entre ambas empresas. En 1993 se lanzó el C36 AMG, el primer vehículo desarrollado conjuntamente, lo que sentó las bases para que AMG se convirtiera en una marca registrada reconocida globalmente.
La década de 1990 fue especialmente exitosa para AMG en el DTM, logrando varias victorias con pilotos como Klaus Ludwig y Bernd Schneider. En 1999, Mercedes-AMG GmbH se convirtió en una subsidiaria de DaimlerChrysler, consolidando aún más su posición en el mercado.
Ya en los 2000, AMG continuó innovando con nuevos modelos y tecnologías. En 2003, su motor V8 turboalimentado ganó el premio Engine of the Year, y en 2008 lanzó el impresionante SL65 Black Series, con un motor V12 biturbo de 670 CV.
El punto culminante llegó en 2010 con el lanzamiento del SLS AMG, el primer automóvil fabricado completamente por AMG, con un motor de 571 CV.
En 2014, AMG presentó el Mercedes-AMG GT, un deportivo diseñado para rivalizar con modelos icónicos como el Porsche 911. Un año más tarde, en 2015, Mercedes decidió separar AMG de la filial Benz, lo que marcó un cambio en la denominación de sus vehículos, ahora conocidos como Mercedes-AMG.
A lo largo de su historia, AMG ha pasado de ser una pequeña empresa dedicada a modificar coches para competición a convertirse en una de las marcas más prestigiosas y deseadas del mundo automovilístico, sinónimo de alto rendimiento, lujo y exclusividad.
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