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Por qué 7 podios y 236 puntos ya no bastan para considerar la temporada de Aston Martin un éxito

Si analizamos la campaña 2023 del equipo de Silverstone, el avance con respecto al año pasado ha sido notable. Sin embargo, no sólo importa el resultado final, sino también las circunstancias que lo han protagonizado. Y ahí es donde Aston Martin suspende rotundamente.

Por qué 7 podios y 236 puntos ya no bastan para considerar la temporada de Aston Martin un éxito
El Aston Martin AMR23 ha mutado en un coche complicado y vulgar.

11 min. lectura

Publicado: 30/10/2023 12:30

Aston Martin está viviendo una temporada difícil de calificar, pues pasar de plantar cara a Red Bull a verse en dificultades para escapar de las últimas posiciones es algo complicado de asumir.

Es evidente que entre esos dos extremos hay muchos matices, pero la realidad es que ambos se han dado en algún momento de los 19 Grandes Premios que llevamos disputados en 2023, una temporada en la que Aston Martin ha ido cayendo progresivamente en la parrilla y en la clasificación.

Qué dicen los números

Las estadísticas no suelen entender de plazos ni matices, pues tienden a reflejar un escenario global desde un punto de vista concreto. En ese sentido, Aston Martin tiene argumentos para sacar conclusiones positivas, pues a falta de tres Grandes Premios acumula números muy superiores a los de 2022.

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Siete podios, 23 presencias en Q3 (de 38 posibles) y 236 puntos que contrastan notablemente con los cero podios, las ocho presencias en Q3 y los 55 puntos del año pasado. Y ese es precisamente el argumento de los hombres fuertes de Aston Martin, que insisten en poner en valor lo conseguido hasta ahora por el equipo.

Aston Martin tomó la decisión de seguir evolucionando el AMR23. El resultado no ha podido ser más desalentador

«Ha sido un 2023 increíble», comentaba recientemente Fernando Alonso ante los medios de comunicación en México. «Sé que esto es como el fútbol y parece que sólo cuenta el último resultado, pero no debemos olvidar de dónde venimos».

«Hace dos años, esta organización tenía 250 personas y ahora estamos a pocos puntos de los equipos ‘top’, y con varios podios este año», recordaba. «Tenemos una fábrica nueva, gente que viene de fuera, 200 puntos más que el año pasado... Ha sido una temporada más consistente de lo que muestran los resultados».

Lo mismo ha señalado reiteradamente un Mike Krack que en las últimas semanas también ha insistido en que lo que diferencia los resultados actuales de Aston Martin de los de meses atrás es que los rivales que comenzaron en mala forma -Mercedes, Ferrari y McLaren- se han puesto al día, mientras su equipo ha mantenido la distancia con Red Bull.

La realidad muestra otra cosa y es ahí donde reside el principal motivo de preocupación para Aston Martin. Un motivo que deja los podios y los más de 200 puntos prácticamente en una anécdota.

Fernando Alonso precede a Lance Stroll en Monza. Imagen: Alberto Fernández López.

La involución del Aston Martin AMR23

Que Aston Martin hizo un trabajo brillante con el AMR23 es un hecho, pues comenzó la temporada siendo la única amenaza (tímida) para Red Bull. Si bien pronto quedó patente que el monoplaza de Fernando Alonso y Lance Stroll flaqueaba en clasificación y carecía de velocidad punta, era sumamente sencillo de pilotar, así como noble y predecible en su comportamiento.

Eso le permitió a Fernando Alonso fascinarnos a todos con su pilotaje en un primer tercio de temporada en el que sumó seis podios en las primeras ocho carreras.

En ese momento del año, Aston Martin fue ambicioso y buscó el modo de acabar con los puntos débiles del AMR23. Intentó mejorar la eficiencia aerodinámica para ser más competitivo en los circuitos rápidos y también mejorar su velocidad a una vuelta.

El primer resultado de ese enfoque fue el paquete aerodinámico de Canadá. Aquel fin de semana, un problema con las cámaras dejó la primera sesión de entrenamientos libres en nada y la lluvia limitó enormemente el rodaje durante el resto del Gran Premio.

La consecuencia fue que el equipo no tuvo la oportunidad de analizar adecuadamente el comportamiento de una actualización que pareció funcionar a la perfección gracias al podio de Fernando Alonso.

Hasta que llegó la siguiente carrera, en Austria. Desde ese momento, el AMR23 comenzó a ser más complicado de pilotar y su excelente trato de los neumáticos también se vio afectado. En definitiva, los datos indicaban que el coche era más rápido, pero a los pilotos les resultaba más complicado hacerlo realidad.

Desde entonces, cada actualización que se ha implementado en el Aston Martin AMR23 ha tenido un efecto imperceptible o ha empeorado la situación. El último ejemplo lo tenemos con la llegada de otro gran paquete aerodinámico, el de Estados Unidos.

En un fin de semana con formato Sprint (una sola sesión de entrenamientos libres) en el que los problemas de frenos impidieron a Aston Martin evaluar adecuadamente las nuevas piezas, hubo que recurrir a una solución de urgencia el domingo: romper el régimen de parque cerrado y que ambos pilotos salieran desde el pit lane, Alonso con el paquete viejo y Lance Stroll con el nuevo).

Todos los esfuerzos de Aston Martin por mejorar el AMR23 han sido en vano.

El resultado parecía prometedor, pues ambos remontaron hasta los puntos con un gran ritmo de carrera y sólo el abandono de Alonso por rotura del suelo tras golpear un piano ensombreció aquel domingo en

Así las cosas, en México había motivo para el optimismo y, tras analizar los datos de Austin, el equipo dio por válido el nuevo paquete aerodinámico y lo montó en ambos monoplazas. Sin embargo, el resultado no ha podido ser más desolador, ya que el AMR23 se ha mostrado lento y muy nervioso, incluso provocando algo casi insólito: dos trompos de Fernando Alonso en un mismo fin de semana.

Ya antes de la carrera, las declaraciones de Krack, Alonso y Stroll dejaban clara la decepción reinante en el equipo. Y la carrera confirmó que el nuevo paquete aerodinámico no sólo no había mejorado las cosas, sino que las había empeorado.

Aston Martin falla estrepitosamente en lo más importante

Así las cosas, el hecho de que Aston Martin completara un primer tercio de temporada espectacular no cambia una realidad preocupante: el equipo de Silverstone ha sido incapaz de entender cómo mejorar un monoplaza que nació siendo realmente bueno. Y tampoco los siete podios y los más de 200 puntos cambian eso.

En la Fórmula 1 actual, la cualidad de saber desarrollar un monoplaza es lo que convierte a los equipos en ganadores. En cambio, Aston Martin ha fracasado estrepitosamente en eso, no sólo siendo incapaz de añadir velocidad con cada mejora, sino eliminando progresivamente cada una de las fortalezas del coche: docilidad, gestión de neumáticos, tracción y predictibilidad.

El discurso público de Aston Martin pondrá en valor la comparación con respecto a 2022 para suavizar el golpe. Pero el análisis interno sea mucho más realista

Pueden argumentarse varias cosas, como que el equipo está creciendo mucho en poco tiempo, que está construyendo una nueva factoría o que algunas de las claves del AMR23, como el alerón delantero ‘flexible’, han tenido que ser retiradas por intervención de la FIA.

Pero lo cierto es que nada de eso justifica que el AMR23 haya empeorado tanto en tan poco tiempo, pues al fin y al cabo equipos con recursos similares o inferiores, incluido Racing Point y Force India (nombres anteriores de Aston Martin), han sido capaces de mejorar sus coches o al menos mantenerlos a buen nivel en el pasado.

Otro punto muy preocupante para Aston Martin es que en verano tomó la decisión de seguir evolucionando el AMR23, a pesar de que otros equipos ya comenzaron a centrarse en el coche de 2024. Ya a finales de septiembre, viendo que la cuarta posición del campeonato peligraba a consecuencia de la meteórica recuperación de McLaren, tomaron de nuevo la misma decisión.

Sin embargo, el resultado no ha podido ser más desalentador. Eso no sólo mina la moral del equipo, sino que podría poner en riesgo la temporada 2024 si Aston Martin no ha calculado bien la cantidad de recursos destinados al coche del año que viene.

Sea como fuere, siete podios a final de temporada -como los de McLaren- tienen más valor que siete al inicio. Porque indican que un equipo es capaz de sobreponerse a las dificultades y otro es incapaz de aprovechar el viento a favor.

Lógicamente, el discurso público de Aston Martin pondrá en valor la comparación con respecto a 2022 para suavizar el golpe. Pero seguramente el análisis interno sea mucho más realista. Mike Krack lo dijo hace tiempo: Aston Martin no es todavía un equipo puntero. Y es muy cierto, aunque no sólo por las razones obvias que el ingeniero luxemburgués esgrimió en aquel momento.

Fotos: Aston Martin Racing

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