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Virutas F1El guante blanco

Existe una creencia bastante extendida entre lo más profundo del alonsismo. Apunta a que cuando Fernando Alonso usa guantes con detalles blancos, siempre hace una buena temporada. Esta fue la razón que agitó las redes sociales cuando el respetable le vio emplear unas manoplas blanquiverdes el día del estreno en su nueva escudería.

El guante blanco
Fernando Alonso confía en el proyecto de Aston Martin.

12 min. lectura

Publicado: 14/02/2023 14:30

Ese pedazo de Nomex, inteligente, conectado y con capacidades ignífugas, es lo que separa a un corredor de su cabalgadura en su capa más fina. Es la frontera que delimita donde termina el hombre y empieza la máquina; el árbitro corpóreo entre la decisión y la ejecución. Es al mismo tiempo el envoltorio de la expresividad visual de los corredores.

Si ganan, si adelantan, o si se enfadan con sus rivales, envuelven al dedo expresivo, al signo de la victoria, o la indicación por donde adelantar a uno que llega con más prisa. Fueron siempre el envoltorio de ‘los pajaritos’ que veíamos cuando ALO ganaba carreras. Este 2023 el tripulante se convierte en pieza, y Alonso en guante. Porque como tal, encaja en la formación propiedad de Lawrence Stroll.

Todos los equipos necesitan un líder, y en esto, Alonso es imbatible

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Los ciclos de éxito no siempre se definen por el cúmulo de puntos o victorias, sino que a veces se anotan en una tabla clasificatoria invisible al sumar crecimiento orgánico. Los entrenadores de baloncesto salivan cuando sus jugadores junior pillan una gripe y vuelven a la actividad dos dedos más altos. El equipo Aston Martin se encuentra en un proceso de crecimiento, y es lógico que hagan lo mismo que los baloncesteros al ver vestido de verde al asturiano. Durante la primavera de 2022 algún muelle debió saltar dentro de la cabeza de Stroll, y pasó de amenazar con vender la escudería a grito pelado, a repensarse un salto cualitativo de calidad.

El resultado fue que, una vez más, abrió cartera, pisó más fuerte el acelerador, y acabó fichando a Alonso tras la marcha de Sebas Vettel. Es por lo primero por lo que el asturiano dice que ve a un equipo ganador. En parte porque está por agradar a su parte contratante, y en parte porque lleva cierta parte de razón. Hay que diferenciar, algo que muchos han confundido, y es que una cosa es un equipo que huele a atmósfera ganadora o al menos en vías que querer alcanzarlo, y otra muy distinta, que vaya a ganar mañana mismo.

En busca de una identidad

Aston Martin es la última reencarnación del equipo Jordan, que en vidas anteriores ha pasado por ser Spyker, Midland, Force India y Racing Point. El lunes posterior al Gran Premio de Bahréin de 2020, un empleado del mantenimiento en la sede de Silverstone anduvo loco un buen rato. Tuvo que rebuscar en los cajones las llaves de la estantería donde se guardan sus trofeos, porque no recordaba dónde las habían puesto. Hacía tanto que no metían algo brillante que nadie daba con ellas. Cuando las encontraron, pudieron exhibir el trofeo que conmemoraba el triunfo de Checo Pérez en el Gran Premio de Bahréin. Es la única victoria que se han apuntado en la última década ‘los de Silverstone’, que es como les llaman en el paddock.

De entre los equipos británicos, a McLaren o Williams siempre se les ha conocido por su nombre, pero a Mercedes, Alpine y los de verde, son populares por la denominación del pueblo más cercano. Por eso se les llama ‘los de Brackley’, ‘los de Enstone’ o ‘los de Silverstone’. Y este es ya un principio: la identidad. Y Aston Martin ha comenzado por algo sencillo pero efectivo al elegir un tono monocorde y con mínimas variaciones de su verde guardiacivilero.

A un Ferrari se le reconoce a la legua por su inconfundible color rojo, los Red Bull parecen aburridos al ser casi siempre cromáticamente calcados a sus iteraciones previas, o los Jordan, que pasaron a ser eternos con su tabaquero amarillo. Los de Silverstone eligieron un tono de verde en un intento similar para mostrar que han llegado para quedarse, y no es un mal comienzo. El paso siguiente es hacer crecer de manera ordenada y eficiente una estructura que en esa década de la que hablamos siempre se mantuvo en la zona media o media-baja, con éxitos muy puntuales.

Fernando Alonso, un líder para Aston Martin

Si en el deporte de Lebron James el estirón pega con una gripe, en la Fórmula 1 no existe otro método que una cartera generosa. Cuando Alonso llegó Alpine muchos esperaba que llegasen victorias y títulos como por arte de magia. Su segundo paso por McLaren y el tercero por Enstone certificaron una teoría sencilla: un piloto ganador no hace ganador a un equipo si ese equipo no está en disposición de poder estar a esa altura. Ya puedes poner a un Michael Schumacher en la Mercedes de 2010, a Lewis Hamilton en su primer año de esa misma formación, o al propio Alonso en la Alpine que ha abandonado al fin de la última temporada, que no vas a conseguir gran cosa... o no al menos mientras no eleves tu listón como escudería.

El nuevo AMR23 debe traducir en resultados la ambición de Aston Martin.

A la vista queda que pilotos pocamente discutibles, solos, no hacen gran cosa. Ahora bien: si quieres ser un equipo ganador, necesitas a un piloto igualmente ganador que lidere tu proyecto. Esa pareja de hecho, a veces mal avenida, es un matrimonio de conveniencia para ambas partes, y del grado de afinidad y calidad puesta por ambas partes dependerán sus resultados. Aunque Red Bull hace girar su proyecto alrededor de Max Verstappen, en Ferrari todos asocian su éxito futuro a Charles Leclerc o Mercedes gravita alrededor de Lewis Hamilton. No se trata de menospreciar a sus compañeros, pero siempre hay uno que trae más puntos, que lleva más tiempo en el equipo, y que tiende a ser la referencia. Pero a fin de cuentas, todos necesitan un líder, y en esto, Alonso es imbatible.

El bicampeón tiene muchas cualidades, y una de ellas es la constancia en sus aportaciones personales. Los ingenieros adoran trabajar con él por diversos motivos, y uno es que en pista funciona como un mecanismo infalible. Les das algo, y te trae algo, de manera que si lleva el coche hasta su límite, difícilmente le será posible hacer algo parecido a otro. Es una garantía a la hora de probar cosas, y esto es una pieza fundamental en para formación que pretende crecer. Cuando el de Oviedo dice que ve a un equipo ganador, lo que quiere decir es que tiene los mimbres que suelen tener los equipos ganadores. Esto se aprecia cuando hay dinero, fluidez a la hora de dar pasos adelante, y una atmósfera que apunta hacia arriba.

Los mimbres están en su sitio

No carga las tintas contra Alpine, pero su llegada no fue acompañada por grandes obras de mejora en las instalaciones, ni un nuevo túnel de viento, ni un simulador de última generación. La plantilla creció, pero no de forma significativa hasta el punto de necesitar mucho más espacio, no llegaron fichajes de renombre. Todo esto si está ocurriendo en Aston Martin, y aunque les lleve tiempo, hay algo que apuntala a los soñadores. Tardarán años, pero se vislumbra una curva ascendente. Muy mal lo tendrían que hacer para que con edificio nuevo, túnel de viento propio y no usar —y en fines de semana— el de Mercedes, el incremento de la plantilla, un simulador avanzado (al que Alonso pronto encontró sus limitaciones), no salga algo bueno de ahí.

Hay quien piensa que hay mucho jefe y poco indio, parcelas de poder que acaparar, y mucho mecanismo complejo en la escala empresarial que hacer funcionar. No obstante, si Stroll padre, que muy rara vez viaja en el mismo aparato que su hijo, no se mete demasiado y deja hacer a los gestores, debería acabar en un desarrollo progresivo. Su límite será el grupo de delante, y su siguiente parada tener un motor propio o disponer de un motorista que no sea competidor. ¿Podrían hacerlo sin Alonso? Sí, pero sería más lento y por diversos motivos. Uno que es que atesora una capacidad de análisis única, y la experiencia que no disfruta nadie en la parrilla. Dos, que tendrá que pelear poco por luchas internas contra su compañero de equipo.

Esto puede parecer irrespetuoso para con Lance Stroll, pero de manera sistemática ALO supera, cuando no humilla, a sus compañeros. El canadiense es mejor piloto de lo que muchos piensan, pero no va a ser competencia para el bicampeón. Y tercero, y esto no va a gustar a todos: Fernando no va a pelear por títulos ni victorias, así que sus necesidades no estarán añadidas hacia sus resultados, sino que su meta será avanzar con el coche que le den. Su meta va a ser estar en Q3 y la zona de puntos de forma lo más constante posible, y si llega la 33, bendita sea, pero los que cuenten con ella han de poner en la cuenta que de entrada ha de superar a dos Red Bull, dos Mercedes, dos Ferrari, y dejar atrás a Alpine y McLarens como mínimo. Si esto ocurre, sería la segunda de la última década para ‘los de Silverstone’. Ojalá veamos ese champán, que los mimbres se están colocando.

Fotos: Aston Martin Racing

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