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Jean-Pierre Jabouille, el infortunado pionero de las victorias turbo en F1, fallece a los 80 años

El piloto francés, que logró el primer triunfo de Renault y de un motor turbo en Fórmula 1, tuvo una carrera plagada de problemas mecánicos y momentos desafortunados en la máxima categoría. Fue también un notable competidor en Le Mans, donde subió cuatro veces al podio.

Jean-Pierre Jabouille, el infortunado pionero de las victorias turbo en F1, fallece a los 80 años
Jabouille sufrió de lo lindo con las múltiples roturas del turbo de Renault - Renault Sport

9 min. lectura

Publicado: 02/02/2023 21:30

Después de las recientes muertes de Patrick Tambay y Philippe Streiff, el automovilismo francés ha vuelto a perder a uno de sus grandes iconos del pasado en la figura de Jean-Pierre Jabouille. El piloto parisino, que figura en la historia como el primer ganador de un Gran Premio de Fórmula 1 con un motor turbo, ha fallecido este jueves a los 80 años de edad mientras dormía, según informa L'Equipe. Jabouille disputó 49 Grandes Premios de Fórmula 1 entre 1974 y 1981, siendo especialmente recordado por su paso en Renault donde celebró sus dos únicos podios en el cajón más alto.

Debido a sus estudios de ingeniería y sus inicios laborales en garajes y concesionariois, Jabouille fue un debutante tardío en competición. De las subidas de montaña y la Renault Gordini Cup, saltó en 1966 con 24 años a la Fórmula 3 francesa, donde se pasó cuatro años entre los cuatro primeros. En 1968 tuvo lugar la primera de sus 13 apariciones en las 24 horas de Le Mans como piloto de Alpine, que le reclutó para uno de los lucrativos programas franceses de formación de la época. A posteriori, siguió vinculado con Alpine en monoplazas mientras Matra le daba hueco en citas de resistencia. Con ellos logró dos terceros puestos absolutos en Le Mans en 1973 y 1974.

Su controvertido título de Fórmula 2 precedió su etapa en Renault, donde peleó a viento y marea contra la 'tetera amarilla'

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Tras varios años de carreras sueltas, su primera temporada completa de Fórmula 2 en 1974 le trajo un cuarto puesto y sus primeras dos oportunidades en Fórmula 1 con Williams y Surtees, sin lograr clasificarse en ninguna. Al año siguiente, además de su quinto puesto en F2, el apodado 'le grand blonde' (el rubio alto) firmó su debut competitivo de Gran Premio con un tercer Tyrrell en Francia. Logró acabar la carrera (en duodécima posición), algo que no sería en absoluto una constante en su posterior estancia mundialista.

Finalmente, en 1976 logró alzarse con el título de Fórmula 2 en un dramático final en Hockenheim, donde le arrebató la corona por un punto a su compatriota René Arnoux gracias a un efectivo trabajo de equipo con su compañero Michel Leclére para engañar a su oponente. Durante el año, Jabouille trabajó con Renault en su revolucionario proyecto para competir en Fórmula 1 con un motor turbo, el cual no hizo su debut hasta la segunda mitad de temporada en Silverstone. Los clásicos problemas de fiabilidad de la 'tetera amarilla' dejaron su temporada en cuatro abandonos, además de no clasificarse en Canadá.

Llega la velocidad y la gloria... pero no la fiabilidad

El Renault RS01 mejoró su velocidad en 1978, especialmente en circuitos de velocidad como Italia o Austria (dos terceros puestos en parrilla), pero la tetera siguió humeando con regularidad y Jabouille solo terminó cinco de las 14 carreras que disputó, sumando los únicos puntos del equipo en Estados Unidos con un cuarto puesto. Pese a todo, el galo perseveró, aplicando sus conocimientos en el desarrollo de una tecnología considerada 'indomable' y poco efectiva en cuanto a consumo y manejo.

Fue en 1979, con un compañero en la figura de Arnoux y un nuevo coche con efecto suelo, cuando Jabouille pasó a contar con uno de los coches más rápidos de la parrilla, logrando cuatro poles en Sudáfrica, Francia, Alemania e Italia. No obstante, Jabouille solo vio la bandera a cuadros en cuatro de las quince carreras, y Arnoux fue algo más regular. Sus únicos puntos del año llegaron en su día para la historia, el Gran Premio de Francia de 1979, donde su RS10 logró aguantar en el revirado Dijon para coronar por primera vez en un Gran Premio a un motor turbo, y a la propia Renault. Aquella carrera sería más recordada, pese a todo, por el increíble duelo por la segunda posición que Arnoux perdió en el segundo renault contra el Ferrari de Gilles Villeneuve.

Un accidente trunca la carrera de Jabouille en Fórmula 1

De nuevo, 1980 trajo sensaciones similares: Jabouille obtuvo en Austria el segundo triunfo de su carrera, pero abandonó en once de las doce carreras restantes. Terminó en octava posición pese a ello, pero con solo nueve puntos frente a los 29 de Arnoux. Su año terminó una carrera antes de tiempo en un accidente en Canadá, donde se fracturó las piernas tras un fallo de la suspensión. Para entonces, su futuro en Renault ya estaba sentenciado en detrimento de Alain Prost, quien conseguiría consolidar a la marca gala los tres siguientes años como una candidata legítima al título.

Jabouille buscó continuar en la Fórmula 1 con Ligier en 1981, pero las secuelas de su accidente le impedían competir con comodidad y no logró clasificarse en dos carreras. Tras solo cinco eventos con el equipo y sufrir un fallo de frenos en el Jarama, Jabouille optó por retirarse, cambiándolo por un breve rol como asesor técnico del equipo. En 1984, regresó al volante en turismos, compitiendo en varios certámenes europeos antes de adentarse de nuevo en el mundo de la resistencia en 1989. Tras un esporádico paso por Sauber-Mercedes, Peugeot le seleccionó como uno de los pilotos de su programa en C1, y Jabouille logró otros dos terceros puestos en Le Mans en 1992 y 1993, sus últimas apariciones en la prueba.

La marca del león incursionó en la Fórmula 1, y Jabouille fue nombrado director deportivo del proyecto, pero los resultados insatisfactorios y el fiasco de la asociación con McLaren hizo que apenas durase dos años en el cargo. A partir de ahí, Jabouille entró en semi-retirada deportiva con apariciones esporádicas en campeonatos de GT. Su última temporada tuvo lugar en el campeonato francés en 2005 a la edad de 63 años, coincidiendo curiosamente con un Alain Prost que decidió darse un capricho final tras 12 años retirado, antes de regresar a un rol de asesor para diferentes proyectos de competición.

Los números de la carrera de Jabouille, a nivel estadístico, son algunos de los más extremos de la historia para un competidor con dos victorias y seis poles en su haber: en las 49 carreras que disputó (sin contar las seis citas que no inició), solo terminó la prueba en 13 ocasiones, y solo en tres de ellas logró pasar del décimo puesto. La mala fortuna le acompañó incluso en su día más grande, donde quedó opacado por los pilotos a los que, por una vez, había logrado derrotar al final de un Gran Premio. Una figura histórica, aunque sea en el sentido menos convencional de la palabra.

Fotos: Renault Sport

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