Motor.es

Pisando por lo verde

El 1 de agosto de 2022 muchos de los integrantes de la plurinacional plantilla de Aston Martin conocieron a través de sus teléfonos móviles algo que les resultaba ajeno: el significado del vocablo ‘nano’. Más complicado fue hacer entender a ingleses, suizos y hasta a un japonés quien es Melendi.

Pisando por lo verde
Fernando Alonso ha llevado la ilusión a Aston Martin.

12 min. lectura

Publicado: 21/03/2023 09:30

Aquel día a media mañana, y quince minutos antes de hacerse público, todos los empleados de Lawrence Stroll recibieron un email en su buzón corporativo. El remitente era Mike Krack, responsable operativo de la escudería, y en el asunto se podía leer en negrita «Important announcement».

Cuando los integrantes de la plantilla empezaron a abrirlo, la rumorosidad propia de las oficinas y espacios de trabajo se quebró, sonó alguna risotada, y retumbó algún bufido de expectación.

En la hoja de ruta alguien ha dejado escrito el deseo de que toda la plantilla se sienta querida

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

¡Infórmate!

Según el propio directivo que lo envióhubo unos minutos de valorativo silencio, y ciertamente la actividad se detuvo durante unos instantes. Lo que no dice es que en el equipo verde no existe un grupo de WhatsApp general, pero si los hay por departamentos.

Tras el anuncio, y por aquellos grupos en los que participan alguno de los catorce españoles que curran en Silverstone, corrió como la pólvora una musiquilla muy concreta. Era la tonada que el cantante de las rastas y apasionado del chocolate dedicó al que fue su compañero de clase.

Parte del silencio creado, algo verdaderamente complicado en un equipo de carreras, fue para que sonara música. Con ella de fondo, todos se giraron, buscaron expresiones dibujadas en las caras vecinas, y hubo algarabía; fue una sorpresa, nadie se lo esperaba. Los españoles fueron a buscarse entre sí, algunos sonriendo de oreja a oreja, otros brazos en alto, y todos con los ojos muy abiertos.

Fernando Alonso ha encajado como un guante en su nuevo equipo.

Uno, en un exceso de entusiasmo, hasta se subió a una silla y entonó el conocido «toma, toma, toma» que el bicampeón lanzara cuando celebró su primer título. Al rato todos se volvieron a sus tareas tras charranear al respecto… ataviados con una sonrisa tonta.

Meses más tarde, tuvo que llegar el primer pódium de la Era Alonso para verles de nuevo juntos, con la actividad detenida y celebrando algo con alegría. Fue el martes posterior al Gran Premio de Bahréin, en el ajardinado que hay ante la factoría, y donde aterriza el helicóptero del jefe cuando llega volando. En esta ocasión llegó subido en su habitual Rolls-Royce, con chófer, como los altos mandatarios y los concejales más desvergonzados de pueblos costeros.

La fiesta

La felicidad colorea el pequeño acto en el que hablan Stroll y Martin Whithmarsh por un pequeño sistema de megafonía. Todos sujetan una copa de champán, con la que brindan. Esta es la segunda vez que se organiza algo así; la primera vez fue cuando en 2020 Checo Pérez ganó una carrera subido a un Racing Point, pero hay diferencias.

Entonces tardaron meses en ver y tocar el trofeo. En esta ocasión todos pudieron hacerlo a las 48 horas de haberlo logrado. Lawrence insistió en que la copa alzada por Alonso en el cajón estuviera presente en esta ceremonia de tono casi familiar. Hay un especial interés en que todos se sientan un poco responsables del logro, de ahí este pequeño, pero significativo detalle para con los soldados.

Tanto es así que la escudería montó un photocall, con un fotógrafo profesional, por el que pasaron todos los presentes. Nada de fotillos con un móvil para enviar a tu pareja, no. La empresa pagó a alguien para que todo el que lo deseara se inmortalizase junto al trofeo, ya fuera a solas, junto a sus compañeros de equipo o por nacionalidades. Hubo uno de esos pormenores extra que definen un cambio importante.

Los equipos son poco amigos de permitir a sus integrantes hablar con libertad a través de sus cuentas en redes sociales. Hay muchos casos de integrantes que han recibido un chusco, o incluso una degradación en su cargo, tras soltar afirmaciones inconvenientes. En muchos equipos no dejan usar teléfonos móviles en el interior de las instalaciones, y hasta se los retiran o les ponen un parche ante la cámara.

En esta ocasión la nueva community manager de Aston Martin, Helen Crossley, animó a todos a expresarse con cierta libertad alrededor de esta celebración. Crossley estuvo antes en Alpine, McLaren o el club de fútbol favorito de Bernie Ecclestone, el Chelsea. Parece haber agitado la proyección pública del equipo, y apunta a que quieren ir a más en este sentido.

En la hoja de ruta alguien ha dejado escrito el deseo de que toda la plantilla se sienta querida, y no solo el equipo de carreras, los que pisan los circuitos, que todos forman parte de los resultados. En las breves alocuciones, los máximos responsables dejaron un mensaje en el aire: «Iremos a más, porque estamos aquí para ganar».

Es la primera vez que algunos miembros de la escudería ven la cara de algunos compañeros. Han llegado muchos nuevos de un tiempo a esta parte y nunca antes habían coincidido. Allí sonríen; lo hacen menos a la hora de aparcar, porque el llano asfaltado donde dejan sus coches se les ha quedado pequeño y los más rezagados encuentran cada vez menos sitio.

Fernando Alonso lidera el Gran Premio de Arabia Saudí con su Aston Martin AMR23.

El que no va a tener problemas de aparcamiento cuando se plante en las instalaciones será Alonso, que en voz de algún amigo verde «es un referente para los ingenieros, tiene algo especial. Por un lado provoca cierto temor no estar a la altura. Es duro y exigente, nos pone a prueba, lo que por otra parte es un reto, nos espolea. Nunca se rinde, y es un espíritu muy deseable para los que trabajamos con él. Los que han llegado de Alpine —fichajes recientes—, cuentan que a nivel interno se llevaba muy bien con sus mecánicos e ingenieros. Las tensiones eran con los jefes, con la cabeza del equipo».

El vaivén de técnicos entre equipos es muy habitual en la Fórmula 1, y el viaje del asturiano es el mismo, pero en sentido contrario, que han hecho algunos. «Algún español se ha ido días antes de que llegase Fernando. No sé si se hubiera quedado de haberlo sabido», mascullan con voz queda y las cejas enarcadas.

Los que han ido aterrizando, sobre todo los de alto nivel como Luca Furbatto, han importado nuevos procedimientos. Esto ha traído algo de desorden en los inicios de su implementación, algo de confusión, pero poco a poco todo va encajando. Todos se van estableciendo, los novedosos mecanismos consolidándose, y las filosofías alternativas se van asumiendo.

No es solo que las recetas aplicadas tengan reflejo en el éxito inicial de esta temporada, sino que ya comenzaron a traer algún que otro beneficio el año pasado. El AMR22 fue un coche fallido tras su nacimiento. Botaba como un condenado en las rectas, el rendimiento general era decepcionante, y pesaba demasiado.

La Operación Bikini al que se le sometió consiguió afeitar casi veinte kilos de sus mollas. Una vez ejecutada la liposucción, e introducidos diversos cambios a mitad de temporada, el escenario pasó a ser más favorable. «A nivel interno nos sentimos sextos, empatamos a puntos a Alfa Romeo, y superarles era una de las metas. Les ganamos por máxima posición y fuimos amortizando los puntos perdidos al inicio de la temporada. Nuestro coche tenía algo bueno: no se rompía, éramos fiables».

Añade que «lo peor era los sábados. Clasificábamos mal, y luego los domingos recuperábamos un poco. En el momento en que desapareció el porpoising todo fue distinto, mejoró mucho, fue como entrar en otra fase». ¿Habéis copiado el Red Bull del año pasado? «El concepto general del coche se asemeja al de Red Bull, pero hay diferencias. Nuestra suspensión es tipo push-rod y la de ellos pull-rod, son muy distintas».

«En Mercedes dicen que el motor es igual, la caja de cambios es la misma, y el tren trasero es suyo, y que la diferencia está en la parte delantera. Debe ser algo de eso, pero en las suspensiones no es, porque son distintas».

¿Por qué esa diferencia entre el coche inicial y el que llegó luego? «Puede ocurrir otra cosa: que en las simulaciones y el CFD salgan datos positivos y luego el coche se muestre asintomático. Esto puede pasar, aunque lo normal es que haya un cambio grande inicial y luego haya leves mejoras hasta que los cambios se normalicen… y vuelta a empezar». ¿Y lo de Mercedes? «En Mercedes mataron moscas a cañonazos el año pasado. Sacaron dos coches en lugar de evolucionar uno, pero este año les toca hacer otra cosa».

Esa cosa es sencilla, y se explica en la segunda parte de esta viruta.

Fotos: Aston Martin Racing

Compártela en:

Pixel