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Virutas F1Maneras de vivir

Parece hecho a media. El disco que Rosendo Mercado grabó en 1999 en la cárcel de Carabanchel, tras los muros de un talego, parece diseñado para definir la situación por la que pasa Carlos Sainz. En sus maneras de vivir cantó aquello de estar agradecido, y al carrerista-corista le encantaría entonar junto a su paisano el primer tema del DVD, “Yo me largo”.

13 min. lectura

Publicado: 26/06/2017 10:30

Aunque no te lo creas Rosendo bien podría haber acabado en la Fórmula 1, pero abandonó sus estudios de ingeniería para agarrar una Fender Stratocaster que muy pocas veces soltaría. El rockero eligió su arma, al igual que Red Bull elige a sus peones. Les paga en muchas ocasiones el largo y costoso trayecto en la escalera de la velocidad, y cuando el Doktor Marko considera que están maduros, los encarama en sus azules coches hasta que le sale de la pera.

El problema para la mayoría de ellos no es tanto entrar en esta jaula de oro, esto es relativamente fácil, sino salir de ella. Muchos se buscan la vida una vez egresados de tan ilustre familia, pero no es menos cierto que la mayoría desaparecen de la faz del paddock de la Fórmula 1 y tarifan hacia otros horizontes con más o menos suerte.

Déjame que pose para ti, eres tú mi artista preferido. Déjame tenerte junto a mí, prometo estarte agradecido, prometo estarte agradecido.

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Carlos Sainz afronta su tercera temporada en la Fórmula 1 y ya ha captado la atención de varios equipos punteros.

Tras fichar por Red Bull todo piloto que se precie debería mostrarse no agradecido, sino agradecidísimo. El problema para nuestro héroe de hoy, Carlos Sainz, es que su ciclo está tan agarrotado como la maquinaria de un submarino hundido en la segunda gran guerra. El madrileño ha demostrado su seriedad, eficiencia, y buen hacer, pero toca mover ficha. Una carrera deportiva ha de sustentarse en el movimiento continuo en pos de mejoras en tu entorno hasta que te lleves coronas para casa.

Un plazo de dos-tres años es razonable para saltar si eres realmente un piloto competitivo, y Carlos lo ha demostrado ya. Toca crecer, ir a más, y para ello no queda otra que cambiar sus mimbres para obtener otros resultados. De seguir como estamos su figura puede empezar a sufrir de sosería, aburrimiento y agotarse sin una meta alcanzable-haga-lo-que-haga. No hay nada más triste para un deportista de élite que ser conocedor de que no tiene nada que conseguir.

Si fuera yo capaz de conseguir tenerte alguna vez entretenido, hacerte por lo menos sonreír, prometo estarte agradecido, prometo estarte agradecido.

Ningún piloto ha completado cuatro años en Toro Rosso, un equipo que nació con la aspiración de formar pilotos para Red Bull Racing.

Si nada cambia ni nada lo remedia el hijo de El Matador, y de forma totalmente inhabitual, va a correr en Toro Rosso por cuarto año consecutivo el próximo 2018. Entretenido va a estar, pero también perdiendo su tiempo. Sainz está maduro para dar su siguiente paso y en buena lógica debería ser hacia arriba dentro de su misma escalera. La parte contratante ya ha dicho mirando al tendido que Ricciardo y Verstappen seguirán en el equipo senior y aunque el mensaje vaya dirigido al espacio exterior, también afecta a su espacio interior. Carlos ya sabe que que el año próximo no va a pillar ningún RB14. De ahí que mire por el retrovisor y vea como Esteban Ocon, Stroll o Wehrlein, que llegaron más tarde, aunque gozan de otras libertades y posibilidades que a él le están negadas.

No te lo pienses más, baja la guardia y mira atrás. Nadie te va a alcanzar, no tienes rival, no tienes rival.

Se sabe que los Sainz ya tuvieron contratos encima de la mesa con el logotipo deRenault y Haas, o incluso en McLaren no niegan su interés en el muy probable caso de que Alonso decida pillar la puerta hacia otros destinos. El equipo galo sería un destino ideal. Crecen lentamente pero como equipo ‘joven’, pero necesitan una estrella emergente, joven y eficaz sobre la que hacer pivotar su proyecto a medio plazo.

Los gabachos están cocinando a fuego lento un souflé que acabará sabiendo bien. Magnum no les funcionó, Palmer está pendiente de un hilo y es muy discutido, y a pesar de su poco discutible papel Hulk no está brillando como les gustaría con unos coches que tampoco son como para tirar cohetes. Carlos Sainz bien podría realizar el papel que hizo su compadre asturiano cuando aterrizó en Enstone aquel 2003 en que empezó a bruñirse su leyenda.

Helmut Marko es quién decide qué piloto va a dónde en Red Bull.

Carlos necesita avanzar, dar un traspiés que le aleje del equipo azul. Sin un futuro claro dentro de su estructura, alargando a una cuarta temporada en su seno sin una promesa de coche pata negra no ya a corto sino ni siquiera a medio plazo, y con un contrato válido hasta 2019. Marko lo dejó claro hace poco cuando dijo “los pilotos no pueden irse cuando ellos quieran. Esas cosas las decide el equipo”. Los menos conocedores del negocio (que no del deporte) dicen “¿pero cómo es que han aceptado esas condiciones?”. Er, cuando a un piloto que merodea el paddock de la F1 le ponen un contrato encima de la mesa, y más un equipo campeón y con la pasta que tiene Red Bull, si le dicen ‘déjanos a tu madre en prenda’ lo haría.

La prioridad de un corredor es entrar, la de Red Bull parece ser que no se les escapen lo que nos lleva a una situación poco o nada deseable, dura, casi desagradable. Es raro el equipo que hace contratos de varios años; si acaso lo que hace son “acuerdo multianuales” que no son más que declaraciones de intenciones y prolongaciones del mismo acuerdo al acabar cada temporada si ambas partes están de acuerdo, o no tienen opciones mejores. Carlos las tiene, y las ve venir, pero no debería dejarlas escapar.

Me paso el tiempo viéndote venir y pasas a mi lado distraído. Si dejas que camine tras de ti prometo estarte agradecido, prometo estarte agradecido.

Carlos Sainz se maneja a medio camino entre la seguridad del trabajo bien hecho y la incertidumbre de saber cómo será su futuro.

El Doktor Marko nunca pasa distraído al lado de sus chicos, y distraídos si que estuvieron los funcionarios de la cárcel de Martutene en 1985. Dos peligrosos etarras se colaron dentro de los altavoces del cantante Imanol Larzabal, que actuó en el interior del centro de reclusión, y al salir se los llevó de manera inopinada. La pena es que el rockero madrileño no actúa en los shows musicales de la Fórmula 1 y no puede echar un cable a su veloz coterráneo.

Ojalá hubiera algún tipo de altavoz Bluetooth a través del que Carlos pudiera darse a la fuga sin hilos porque su destino puede quedar emponzoñado con una cuarta temporada con un coche más que digno pero insuficiente para alcanzar podios, y ni mucho menos victorias. Carlos no va a más porque no puede, no porque no sepa, y si suena de forma pública y reconocida en muchos equipos como deseable es porque se valoran sus prestaciones, seriedad, y haber caído con buen pie en un entorno para nada favorecedor. Lo ha hecho bien, y tienen muchas cosas que decir, dentro y fuera de la pista.

Te tengo tantas cosas que decir y tú como si no fuera contigo. La historia se repite y aún así prometo estarte agradecido, prometo estarte agradecido.

Una de las coplas más exitosas de Rosendo, Maneras de vivir, fue producida por Teddy Bautista, muy apreciado en su etapa como músico, pero enterrado en corrupta mierda en su época como presidente de la SGAE. En toda película hay un malo y si en la musical era el compositor canario, Herr Marko es el bandido de la F1. Marko no hace ni más ni menos que su trabajo, y defiende los intereses de su compañía, le pagan para ello. Si Mateschitz es el poli bueno, el Doktor ejerce de poli malo y es el encargado de los ladridos y bocados.

¿Carlos Sainz a McLaren en lugar de Fernando Alonso? Cualquier cosa parece posible en una temporada con tantos contratos en el aire.

El guardés del criadero azul tiene atados con correa a sus chicos y no les dejará escapar hasta que tenga una opción válida a su curtido criterio. Bajó a Kvyat del equipo pata negra y pocos dan mucho por su continuidad en la formación; a Carlos lo sujeta y mantiene caliente pero sin prometerle un cochazo. Mala postura para ambos sin la presión desde abajo de nuevos fieras que quieran esos asientos y que los merezcan con claridad. Tan solo Pierre Gasly tiene esa hambre, aunque todos piensan que si llega, no sustituirá al español sino al ex soviético. El cambio de cromos no sería el idóneo para nuestro hombre, pero claro, detrás de esta hipotética jugada siempre habría toda una historia.

Rosendo Mercado grabó su disco en directo Siempre hay una historia entre los grandes premios de Australia y Brasil de la temporada 1999. En la primera carrera, Mika Hakkinen abandonó. A final de año se proclamó campeón. Sabes que ‘siempre hay una historia’ cuando descubres que las cosas no siempre se cuentan como empiezan, pero siempre se relatan como acaban. Que le pregunten a Mika. Y a Rosendo, que iba para ingeniero.

PD: Esta es la lista de canciones de aquel disco y su DVD. Te proponemos un ejercicio, un juego. Asocia cada título a una jugada, escena, o condicionante en la existencia actual de Red Bull, Toro Rosso, Helmut Marko y Carlos Sainz.

Siempre hay una historia

  1. Vaya ejemplar de primavera
  2. Un paso de más
  3. Aguanta el tipo
  4. ¿Y de qué vas?
  5. Mala vida
  6. Hasta de perfil
  7. En agua caliente
  8. Cucarachas
  9. Siempre hay una historia
  10. Listos para la reconversión
  11. Por cierto
  12. A la sombra de una mentira
  13. Flojos de pantalón
  14. Puedo ser más eficaz
  15. Pan de higo
  16. Bailando al aire
  17. Agradecido
  18. Navegando
  19. La Fina

Temas del DVD

  1. Yo me largo

Fotos: Red Bull Content Pool

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